Bolivia está entre los peores “infiernos fiscales”
Un índice internacional revela que nuestro país tiene elevados niveles impositivos con baja o nula seguridad jurídica.
Bolivia se ubica en el puesto siete del Índice de Infiernos Fiscales 2024, elaborado por The 1841 Foundation sobre la base de datos de un año antes, con un porcentaje total de 9,50 puntos.
Este estudio, que evalúa 82 países de Europa y América, combina indicadores fiscales y de gobernanza para identificar las jurisdicciones con entornos tributarios más restrictivos o desafiantes. De ese número, los 12 primeros son considerados “infiernos fiscales”. En la anterior versión, eran 15.
Bielorrusia, Venezuela, Argentina, la Federación Rusa, Ucrania, Nicaragua y Bolivia aparecieron en las cuatro ediciones de este estudio dentro de los infiernos fiscales.
El ‘Índice de Infiernos Fiscales’ es una herramienta que identifica aquellas jurisdicciones que combinan elevados niveles impositivos con baja o nula seguridad jurídica.
“Los datos examinados incluyen no solo información fiscal, sino también información sobre los gobiernos y su capacidad para funcionar de manera eficiente y efectiva para sus ciudadanos”, se lee en el documento compartido con la revista ECOS.
El caso de Bolivia
El estudio destaca que Bolivia implementó en 2021 el Impuesto a las Grandes Fortunas, que grava a personas naturales con patrimonios superiores a 4,3 millones de dólares, con alícuotas progresivas que alcanzan hasta el 2,4%. Esta medida se suma a una estructura impositiva ya considerada onerosa, y refleja una tendencia regional hacia una mayor presión fiscal.
Además, según el análisis del Índice, el país enfrenta desafíos significativos en términos de calidad institucional, incluyendo preocupaciones sobre la seguridad jurídica, la eficacia gubernamental y la protección de los derechos de propiedad. “Estos factores cualitativos, combinados con la carga tributaria, contribuyen a la clasificación de Bolivia como un entorno fiscal hostil”, dice el estudio.
“Un infierno fiscal no es solo un país con altos impuestos. Es, sobre todo, un país donde no se respetan los derechos de propiedad, la privacidad ni el Estado de derecho”, añadió Martín Litwak, presidente de The 1841 Foundation.
Inestabilidad política y elecciones
“El caso de Bolivia es preocupante, ya que se ha visto afectado por políticas fiscales desordenadas y una caída significativa en las reservas del Banco Central”, señala el Índice en el capítulo correspondiente al país.
Luego, agrega: “La incapacidad de los ahorristas para retirar sus depósitos en dólares genera un clima de desconfianza generalizada, mientras que las acciones del gobierno, encabezado por el Movimiento al Socialismo, muestran un desprecio por los derechos de propiedad y la privacidad”.
Aunque sus indicadores cuantitativos están en zona de riesgo, son los cualitativos los que colocan a Bolivia firmemente en la categoría de infierno tributario, dice el análisis.
“En un año con elecciones presidenciales, las continuas peleas entre Arce y Evo Morales y la falta de un candidato presidencial que pueda llevar tranquilidad al mercado son cuestiones que preocupan de cara al futuro. La inestabilidad política es una de las principales causantes de inseguridad jurídica”, finaliza.
Lo que tienen en común
Aunque la presión fiscal —en realidad, el esfuerzo fiscal— es un factor importante, consideramos que un “infierno fiscal” no se limita a ser un país con altos impuestos. Más bien, se trata de un lugar donde el Estado de derecho es débil y los derechos a la privacidad y la propiedad no se protegen adecuadamente, se lee también en el estudio.
Además de la carga impositiva, también deben considerarse elementos como la protección de la propiedad privada, la facilidad con que un país puede cambiar sus políticas fiscales, la previsibilidad en la toma de decisiones y la calidad de su gobierno.
Por ello, en los resultados de este índice, algunos países con altos impuestos, pero con gobiernos de alta calidad y estabilidad económica y legal (por ejemplo, Dinamarca) no se consideran infiernos fiscales.
De hecho, entre los 12 peor clasificados en esta edición —y por lo tanto catalogados como infiernos tributarios— se encuentran tanto jurisdicciones con impuestos altos como bajos. Lo que todos tienen en común es la presencia de gobiernos de baja calidad, alta corrupción y discrecionalidad, una gestión económica deficiente e instituciones débiles, aclara el autor del Índice.
Litwak es abogado especialista en planificación patrimonial.
¿Cómo se construye el índice?
El Índice de Infiernos Fiscales se elabora a partir de una evaluación cuantitativa (60%), que incluye presión fiscal, deuda pública, inflación y déficit, y una evaluación cualitativa (40%), que mide factores como el estado de derecho, la calidad regulatoria, la eficacia gubernamental, la estabilidad política, el control de la corrupción y la rendición de cuentas.
La información para elaborarlo se obtuvo de fuentes públicas, específicamente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial.