Documentos del 25 de Mayo

El alzamiento de 1809, en Chuquisaca, dio lugar a que se instauren varios procesos contra los responsables y el autor reporta algunos de ellos que son custodiados por la Casa de la Libertad.

Los documentos están en el archivo de la Casa de la Libertad.

Los documentos están en el archivo de la Casa de la Libertad.

El Archivo de la Casa de la Libertad recibe cada vez más visitas.

El Archivo de la Casa de la Libertad recibe cada vez más visitas.

La lista de expedientes de Vasquez Machicado es mecanografiada.

La lista de expedientes de Vasquez Machicado es mecanografiada.

Primera foja del expediente de embargo al escribano Toro.

Primera foja del expediente de embargo al escribano Toro.

La Casa de la Libertad custodia estos documentos.

La Casa de la Libertad custodia estos documentos.

Parte del Archivo Histórico de la Casa de la Libertad.

Parte del Archivo Histórico de la Casa de la Libertad.


    Juan José Toro Montoya (*)
    Ecos / 29/05/2025 00:15

    La revolución del 25 de mayo de 1809 accionó las aspiraciones independentistas en los virreinatos españoles de América del Sur y ameritó acciones urgentes. Una vez que se controló la situación, en diciembre de ese mismo año, se asumió acciones para castigar a los protagonistas de aquel hecho y, en ese afán, se abrió procesos investigativos que produjeron sendos expedientes que ahora son valiosas fuentes para los investigadores.

    Los sucesos de Chuquisaca tuvieron una primera reacción en Potosí, cuyo gobernador, Francisco de Paula Sanz, acudió a La Plata apenas dos días después con el fin de sofocar el movimiento. Las acciones de auxilio también partieron de Cochabamba, gobernada entonces por Francisco Viedma. La Paz, en cambio, se levantó el 16 de julio de 1809 y esa fue la primera ciudad que sufrió las represalias desatadas por la corona española, que usó a José Manuel de Goyeneche como la mejor arma para sofocar las sublevaciones.

    Goyeneche derrotó a los insurrectos de La Paz y los tomó prisioneros. La noticia de la derrota de los alzados paceños fue suficiente para que Chuquisaca entregue las armas, prácticamente sin ofrecer resistencia. Pero mientras el arequipeño ejecutaba sin piedad a Murillo y sus compañeros, quien se hizo cargo de la situación de Chuquisaca fue Vicente Nieto, que había sido nombrado presidente de la Audiencia de Charcas. Militarmente, Nieto fue respaldado por las tropas del coronel de marina José Córdova y retomó el control en diciembre de 1809.

    En 1810, Chuquisaca estaba nuevamente bajo dominio español. Los “Apuntes…” de Manuel María Urcullu señalan que “mandó Nieto prender y poner incomunicados á todos los oidores de la real audiencia, al caballero D. Juan Antonio, Fernandez, á D. Joaquin Lemoine , D. Juan Antonio Alvares de Arenales , a  Domingo Aníbarro, D. Anjel Gutierrez, Dr. Anjel Mariano Toro, á los dos Zudañez ( -), D. Antonio Amaya; Dr. Bernardo Monteagudo, á dos franceses D. Marcos Miranda y D. José Sivila y a otros más que no pudieron evadirse. Estos, casi todos europeos y vecinos principales, estuvieron sujetos á un proceso criminal”.

    La cantidad de procesos criminales es impresionante y la mayoría de los expedientes se encuentra en el Archivo General de Indias, en Sevilla, España. En 1814, Juan Francisco Navarro levantó un inventario que, a su juicio, era el más completo que se hizo sobre los sucesos del 25 de Mayo de 1809 ya que solo faltaba una única pieza, “la referente a las confesiones de los Oidores Don José Agustín de Usoz, Don José Vásquez Ballesteros y el Fiscal Don Miguel López”. Ese expediente habría sido entregado a Bernardo Monteagudo y no se conoce su paradero. “Con lo que y por no haber más papeles que inventariar, concernientes al movimiento popular del 25 de Mayo de 1809, se concluyó esta diligencia”, rotuló Navarro el 27 de junio de 1814.

    Ese inventario fue encontrado en Sevilla por el historiador José Vásquez Machicado quien hizo una copia mecanografiada que ahora es conservada en el archivo de la Casa de la Libertad. En esa lista figuran 88 expedientes del año 1809, 17 de 1810 y otros 17 apuntados bajo el título de “lista de los demás expedientes”.

    SU CONTENIDO

    Estudiar, o por lo menos revisar, cada uno de esos expedientes tomaría más de una vida ya que, si bien los más reducidos son de apenas cuatro folios —como el referido a la compra de plomo, fábrica de balas, cartuchos y municiones de guerra; o el levantado para que se pague los utensilios a los granaderos de la corte—, existen muchos que son tan extensos que sobrepasan el centenar de hojas.

    El expediente más voluminoso de 1809 es uno de 255 folios que consiste en los “autos que contienen las declaraciones recibidas por el Señor Gobernador Intendente de Potosí, sobre averiguar los autores y cómplices en el tumulto acaecido en la ciudad de La Plata, la noche del 25 de Mayo de 1809 y posteriores ocurrencias”.  

    Entre los 17 expedientes formados en 1810, el que tiene la mayor cantidad de folios es el “Testimonio de la sumaria recibida con motivo de lo ocurrido el 25 de Mayo de 1809, recibida por la Audiencia Gobernadora”, puesto que llega a 641 en total.

    También existe abundante documentación de los sucesos del 16 de Julio de 1809 en La Paz, como los cuatro cuadernos conteniendo los autos de ese caso, de 27, 39, 52 y 31 folitos cada uno.

    DOS BOTONES

    Entre las escasas copias de esos expedientes existentes en Bolivia están dos, en la Casa de la Libertad, que permiten tener más detalles de los sucesos del mayo chuquisaqueño.

    Por una parte está un informe que, en su inicio, dice estar firmado por Vicente Nieto y los señores regente y oidores de la Real Audiencia. “En oficios de 10 de septiembre y 11 de noviembre del próximo año pasado me previene entre otras cosas el Exmo. Sr. Virrey de estas provincias q recoja todos los autos, sumarios y demás actuaciones que se hayan formado por los sucesos del 25 de Mayo y sus incidencias, lo que comunico a U.S. para su cumplimiento”, dice el encabezado del documento que lleva fecha del 2 de enero de 1810.  

    Uno de los datos dignos de investigarse es la fecha del 10 de septiembre que, a la luz de este documento, ya correspondería al inicio de procesos en contra de los alzados de mayo y eso habría ocurrido cuando la sublevación de La Paz no había sido sofocado.

    También llama la atención la cantidad de expedientes que se llegó a reunir porque claramente se ve que tan solo los de 1809 sobrepasan en cantidad a los que están en Sevilla. El detalle es que el texto no está acompañado por ningún adjunto y, además, se trata de una copia que en primera instancia se hizo el 17 de enero de 1810 y está firmado por Manuel Sánchez de Velasco. Pero, a su vez, este texto también es una copia de un expediente original que estaría en la oficina del secretario del Archivo General de la Nación, Ricardo Condarco, quien certificó tal extremo en fecha 12 de julio de 1900.

    El otro documento es el detalle del embargo de los bienes del fiscal, Miguel López, y del escribano de cámara, Ángel Mariano Toro. El encabezamiento de esta pieza es el siguiente:

    En la Ciudad de La Plata en diez i siete días del mes de Abril de mil ochocientos diez años por la mañana; el Señor Don Manuel Antonio Tardío de Agirreta del Concejo de Su Majestad i comisionado para el secuestro general de Bienes de los que fueron arrestados el día once de febrero último de orden del Mui Ilustre Señor don Vicente Nieto, Presidente de esta Real Audiencia Comandante General i Juez pesquisidor de las causas originadas con motivo de la conmocion acaecida en esta Ciudad el veinticinco de mayo del año próximo anterior: Para el desempeño de la Comision que se le tiene conferida con aquel objeto y consta por cabeza del expediente de la ocupación de papeles i embargo de bienes del Señor Fiscal don Miguel  López Andren, en oficios de trece i diez i siete del citado Febrero, mandó que atento á haberse finalisado el día de ayer con las diligencias de don Juan Antonio Alvarez de Arenales, se procediese á igual operación con los pertenecientes al Doctor Don Anjel Mariano Toro, Escribano de Cámara de esta Real Audiencia uno de los arrestados…”.  

    En la fecha referida, se le decomisó correspondencia, que fue puesta en cajas selladas, y al día siguiente se hizo el inventario de sus libros. Por las anotaciones en los inventarios se puede evidenciar que su bibliotera era más bien modesta, con algunos libros de la legislación de la época, pero pródigos en literatura y religión. Así, se inventarió “La Galatea” y “Novelas de Cervantes” así como libros hoy inubicables, como la “Última despedida de la mariscala a sus hijos”, de Louis-Antonie Caraccioli. Entre los libros religiosos destacan las Cartas de Clemente XVI, en seis tomos.

    Además de su casa, que estaba ubicada “frente de las ventanas del palacio Arzobispal en la esquina de esta Plaza, que por la una parte linda con la que posee doña Tomasa Portugala i por la otra con la de Lorenzo Saavedra”, {Angel mariano Toro tenía una quinta “situada tras del Campo Santo del Hospital de Santa Bárbara”, aunque allí no se encontró bienes de importancia, salvo dos lienzos, uno de la Virgen de Guadalupe y otro de San Francisco de Paula, ambos con marcos dorados. La huerta tenía 85 árboles de duraznos y un palomar con 40 pares de palomas.  

    Los bienes importantes estabanm en la casa de la esquina de la plazadonde, entre otros objetos, se encontró dos urnas coronadas con plata conteniendo un nacimiento del Niño y la Sagrada Familia. Entre la joyería que se encontró estaba, por ejemplo, “un par de sábanas de diamantes de varios tamaños i calidades engastados en plata cada una con cinco perlas medianas; una sortija de oro i seis diamantes rosas engastados en plata, una gargantilla de perlas con siete hilos, los seis de ellos con perlas medianas…”.

    Pero lo que más llama la atención de los bienes que le fueron embargados es que entre estos figuran “tres piezas de esclavos, las dos mujeres nombradas Tereza i María, la primera al parecer de más de 30 años i la última de veinte años más o menos i el negro Juan Manuel de edad de más de 50 años…”.

    El embargo se hizo en presencia de la esposa de Toro, Manuela Jiménez, y su hijo adoptivo, Manuel Ocampo Toro. El depositario de los bienes embargados fue Joaquín de Artachu.

    Pese a que se revisó hasta la correspondencia del embargado, no se encontró pruebas que lo vinculen directamente con la revolución del 25 de Mayo de 1809.

     


    (*) Juan José Toro es fundador de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

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  • independencia
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