Artistas viajeros franceses en la Bolivia independiente

No solo trajeron su arte, sino que reflejaron lo que vieron a través de representaciones gráficas.

Templo y fortaleza de Tiwanaku, Léonce Angrand.

Templo y fortaleza de Tiwanaku, Léonce Angrand.

Grabado del Illimani.

Grabado del Illimani.

Grabado de Alcide D’orbigny.

Grabado de Alcide D’orbigny.

Representación de una chola de la ciudad de La Paz.

Representación de una chola de la ciudad de La Paz.

Indio tocando la faluta.

Indio tocando la faluta.

Grabado que representa a nuestro país.

Grabado que representa a nuestro país.


    José Eduardo Pradel Barrientos (*)
    Ecos / 25/06/2025 19:50

    Quizá uno de los hitos más pintorescos entre Francia y Bolivia en el Siglo XIX, fue el arribo de artistas viajeros que testimoniaron, a través de representaciones gráficas, aspectos salientes de la naciente República de Bolivia, como paisajes, vestimentas y costumbres.

    Uno de esos primeros viajeros fue el naturalista Alcide d'Orbigny, quien acompañado por el dibujante Emile Lassalle, realizaron valiosos bosquejos del puerto de Cobija (La Mar), entre otros lugares y aspectos significativos. Mucho tiempo después, otro destacado explorador, el naturalista Francis de la Porte Conde de Castelnau junto a Hugh Algernon Weddell, esbozaron una serie de estampas o representaciones de las poblaciones nativas asentadas en el oriente boliviano.

    En esta misma línea, en 1836, el ingeniero hidráulico Benoit-Henry Darondeau, el artista Barthélémy Lauvergne y el teniente de fragata Philippe-Victor Touchard, tripulantes de la corbeta ‘La Bonite’, representaron en distintos dibujos y aguadas la rada de Cobija y el artista itinerante André-Auguste Borget, muchos años después esbozó: ‘Balsas (embarcaciones pesqueras) en la costa de Bolivia’. De esta época también destacamos la labor del pintor y músico Amédée o Amadeo Gras quien recorrió no solo Bolivia, sino también el norte argentino, parte de Chile y el Perú. Además, dirigió la Academia de Pintura de Chuquisaca (1835), retrató al mariscal Andrés de Santa Cruz y según el investigador Daniel Buck, en 1849 vendió una cámara de daguerrotipia al fotógrafo chuquisaqueño Rosquellas.

    De esta manera, poco a poco se difundía a través de imágenes a la naciente Bolivia, en Europa. A esto contribuyó el diplomático Léonce Angrand, quien realizó significativas ilustraciones de las principales ciudades, además de las ruinas de Tiwanaku. Paralelamente, el pintor Jean François Allus, arribó a nuestro país contratado como profesor de dibujo en el Colegio de Ciencias en la ciudad de La Paz, en 1848. Más adelante, el artista Jean-León Pallière plasmó sus impresiones sobre Bolivia, en la obra: ‘Diario de un viaje por la América del Sud’.

    Es necesario matizar, que también ilustraciones gráficas de vistas urbanas, escenas rurales y vestimentas, acompañadas por textos descriptivos sobre Bolivia fueron publicados en impresos de divulgación masiva, como por ejemplo la obra: ‘Voyages autour du monde et naufrages célébres’, del capitán de marina mercante Gabriel Lafond de Lurcy, o revistas de circulación, como: ‘L'Illustration’, ‘Le Tour du Monde’, ‘Correo de Ultramar’ y Cartas Ilustradas de Sud América.

    Por otro lado, el arte francés ejerció una fascinación sin límites en las nuevas élites aristocráticas, de esta manera, en el gobierno del general José Ballivián (1841-47) arribaron los marmolistas Pedorino o Pedorrin y Lemarson Marbrier; el extractor Lemarson Germain; el pulidor Nielbarbier, el escultor Blanchetan, juntó al hábil Lemeteyer quien realizó las decoraciones y pinturas de los palcos y plafón del actual Teatro Municipal de La Paz. Para la década de 1870’, Joaquín Rigalt encabezaba la lista de los principales pintores decoradores de dicha ciudad. Asimismo, el academicismo francés también influyó en pintores bolivianos como Melchor María Mercado y Antonio Villavicencio, a quien se le atribuye la autoría de la serie de cuadros sobre la Batalla de Ingavi, ‘mandados litografiar por un boliviano’, en la imprenta Lemercier de París. A su vez, destaca el influjo literario de Alexandre Dumas y el vizconde de Chateaubriand, en las obras de Zenón Iturralde, entre otros.

    En el campo de la fotografía es importante mencionar a los célebres hermanos franceses Courret, que en el álbum de dos volúmenes, titulado ‘Recuerdos del Perú’, tomadas en 1868, figuran: una escena de Calamarca, otra de Oruro y dos de La Paz. A su vez, un año antes en la Exposición Universal de París, la delegación boliviana a la cabeza de Albert Arman exhibió diversas fotografías de nuestro país, como ser: el Palacio de Oruro, el Puerto de Cobija, la playa de Mejillones y una fuente de la ciudad de La Paz, entre otros.

    A modo de conclusión a través de esta nota, destacamos la labor realizada por diferentes viajeros e impresiones francesas que representaron en grabados, ilustraciones y fotografías a la naciente República de Bolivia, que ahora son parte de su patrimonio artístico.

     


    (*) José Pradel es socio correspondiente, en La Paz, de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP).

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