“Rancho guitarra”
El equipo que representa a Potosí en la Primera División del Fútbol Boliviano tiene una rica historia que se remonta a la primera mitad del siglo XX.
El Club Atlético Nacional Potosí se fundó donde nace el sol, al este de la ciudad de Potosí, el 8 de abril de 1942, y con el tiempo se convirtió en el representante genuino del fútbol potosino.
El lugar preciso de la fundación fue en la calle Chuquisaca, cerca del templo de San Juan Bautista.
DESDE LA ÉPOCA COLONIAL
La explotación de la plata del Cerro Rico hizo surgir a la más importante ciudad del Nuevo Mundo. El nacimiento de Potosí fue muy apresurado y caótico, sin ninguna planificación.
En los primeros años de la fundación de la Villa Imperial, y luego con la rápida y desordenada construcción de casas para los indígenas que llegaban de distintos lugares a trabajar en el Cerro Rico, los recién llegados se vieron obligados a vivir en páramos, soportando el rigor del fuerte frío de la región.
El virrey Francisco de Toledo dividió la ciudad en población de españoles y población de indios, tomando como límite el Río de la Ribera. La población de indios era un lugar sin forma, con calles muy angostas y torcidas. Se la denominaba zona de “La ranchería”. Allí vivían los nativos sin ninguna comodidad. Las fachadas de las casas tenían un vigor cromático en el empaste, que se aprovechaba en el mosaico de colores vivos de los ocres que entregaba el cerro.
En las postrimerías del periodo colonial, la producción de la plata en el Cerro Rico había decaído por el empobrecimiento de las vetas, por la inundación de las bocaminas, por los derrumbes. Se acentuó la crisis con la Guerra de la Independencia, ya que los trabajos mineros fueron paralizados: sus propietarios, los españoles, huyeron y retornaron a su patria y, como consecuencia, el panorama urbano de la ciudad era desolador.
LA GUERRA DEL CHACO
La guerra se produjo durante el gobierno de Daniel Salamanca. Antes de enfrentarse al enemigo, los soldados bolivianos debían padecer terriblemente con la naturaleza hostil y poco conocida y en el chaco murieron de sed antes que por las balas del enemigo. El conflicto duró tres años (1932-1935). Bolivia había perdido 50.000 vidas jóvenes y un territorio de 215 kilómetros. Por lo menos no se habían perdido los territorios que encerraban petróleo y que después significarían tanto para la economía del país: desde Villa Montes, el ejército boliviano soportó todas las ofensivas del ejército paraguayo.
El esfuerzo de la guerra había dejado casi en la quiebra al país y recién se veían las fallas de su régimen social. Bolivia movilizó a 200.000 hombres; lastimosamente las bocaminas del Cerro de Potosí fueron abandonadas, pero la explotación de la plata y del estaño debía seguir, así que se contrató para las faenas mineras a mujeres y niños para el trabajo duro en las minas; pero aún faltaban manos laboriosas. Para el efecto, empezaron a llegar trabajadores del Perú, y ocuparon las viviendas de piedra abandonadas de “las rancherías”; zona alta de la ciudad de Potosí, cerca del Cerro Rico, donde se construyeron, en la época colonial, las parroquias de indios: San Martín, San Juan, Concepción, San Cristóbal, San Sebastián, San Pedro, El Calvario, Santa Bárbara y San Benito.
UNA HISTORIA EXTRAORDINARIA
Habían pasado 10 años desde la llegada de los peruanos a trabajar en el Cerro Rico de Potosí. Una vez instalados en la zona de “las rancherías”, similarmente como en la época colonial, los nativos procedentes de diferentes etnias llegaban a trabajar en las bocaminas del cerro, trayendo consigo a sus familias, costumbres y sus instrumentos folklóricos; es así que los peruanos inmigrantes trajeron consigo sus guitarras. Se debe considerar que éstos eran excelentes intérpretes guitarreros de los valses criollos, boleros, huayños y demás géneros musicales peruanos.
Luego de las faenas cotidianas en el Cerro, los mineros peruanos retornaban a las casuchas de las “rancherías” a descansar, pero no olvidaban las jaranas nocturnas al son de las guitarras. Se dice que en las noches se escuchaba el sonido musical de sus guitarras en la ranchería de la zona alta de la ciudad.
Posiblemente por estos antecedentes se los identifica como “rancho guitarras”. Pero la historia no termina ahí, puesto que los peruanos que aún vivían en la Villa Imperial fundaron el Club Atlético Nacional Potosí que, al proceder de la zona alta, tiene el apoyo incondicional de todos los distritos mineros, lo que hace prever una inevitable rivalidad con los vecinos del centro y zona baja de la ciudad.
Posiblemente los fundadores hayan adoptado la característica de vestir la camiseta blanca con una banda roja en bandolera similar a los colores del equipo de fútbol de la República del Perú.
El Club Atlético Nacional Potosí resultó ser un equipo de tradición popular dentro del fútbol potosino, al punto de que es denominado también “Equipo del Pueblo” debido al gran acercamiento que tiene con la hinchada, la identificación de sus simpatizantes apegados a sus colores (rojo y blanco), los mismos de la bandera del departamento de Potosí. También se lo conoce como “Equipo de pata lados” y “Equipo de los Altos de San Juan”, que significa del lado alto, por la zona donde se fundó el club.
(*) Cristóbal Corso Cruz es Director del Taller “Corso” Historia, Arte y Restauración.