Hiro, maldito genio incomprendido

No es aventurado pensar que se convertirá en un clásico, en un músico de culto

Hiro,  maldito genio incomprendido

Hiro, maldito genio incomprendido Foto: Internet

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    Oscar Díaz Arnau
    Ecos / 07/07/2025 02:47

    Con autoridad se plantaba en los escenarios, pero ocultaba una fragilidad que no pudo sobrellevar más allá de sus 29 años. Solo tres días antes de morir, en la última entrevista que concedió, Hiroshi Ishida (“Hiro”) anunciaba con cierto entusiasmo al programa “El Kiosco” de Correo del Sur Radio la inminente salida de un nuevo EP, su próximo viaje a Sucre en agosto o septiembre y, refiriéndose a su alter ego artístico, decía, aparentemente esperanzado: “Ocasional Talento tiene bastante para dar…”.

    Ocasional Talento murió el pasado jueves 26 de junio y dejó suspendido en el aire un profundo dolor entre sus fans bolivianos y extranjeros. Paceño de ascendencia japonesa, la obra de este notable artista del rap, breve pero de gran calidad, recién ahora está siendo reconocida en el país (porque no pocos críticos de fuera la tenían en alta estima).

    Para rapear tiene un flow único. Su música urbana —resultado de la fusión de diferentes ritmos en la que imprimía su estilo, propio, bien definido— se distingue por beats pegajosos y también por el tratamiento de los grandes temas universales: la melancolía del amor, la tristeza metafísica de la muerte, la soledad, la introspección, la crítica social.

    Junto con aquel denso sentimiento de pena sobrevuela también la reflexión acerca del peso —insoportable para algunos— de la presión de querer ser algo que los demás no aceptan, o en lo que los demás no creen, y, aparejada, la idea del tratamiento pendiente de la cuestión de la salud mental en Bolivia y en Sudamérica.

    Su obra

    Proviniendo de la cultura skate y el grafiti, tuvo una autoformación que partió con el ukeleke (instrumento en el que compuso en la soledad de su habitación hasta el final), pero se quedó frustrado por no cumplir su sueño de entrar al Conservatorio de Música de La Paz. No debería sorprender a nadie que Ocasional Talento se convierta, más pronto que tarde, en un artista de culto.

    En una entrevista en “QD Show” con Freddy Valle (que se puede repasar en YouTube), revela su canción favorita, “El club”, en la que destacan su lírica (contenido poético y verbal en el rap) y las distintas personalidades que, en su criterio, “creo que todos tenemos: uno no es la misma persona cuando está enojado o cuando está feliz, o cuando está borracho o cuando está sobrio, trabajando o con los amigos. Somos un club en mi cabeza”.

    Como si estuviera siempre al borde del abismo, mezcla una voz dulce con otra dura, a veces armoniosa y otra más bien grave o “rasgada”, tal cual la describe él, de bajos profundos que acompaña de letras como la de El Club: “Viajando como Sáenz o Vallejo / En los versos que no escribieron / Saber más te hace más libre lo supieron / Me gusta que las veces que a veces / Digo no puedo me callo, respiro, pienso / Y termino siendo el primero / No me creo / Nada más que un simple / donador de letras / En un mundo donde todos cantan sobran los poetas / Esta es mi pelea / Y si voy perdiendo / Nadie se meta / Soy experto en marcar goles / En el minuto noventa”.

    Allí queda al descubierto su íntimo combate contra sí mismo (que finalmente perdería), y cómo se daba ánimo después de todo, pese al sufrimiento que para muchos representa el partido de fútbol de la vida.

    La romántica “Tequila, limón y sal”, en coautoría con su hermano Naoki, tiene un aire de bolero. Dijo que la compuso en Chile para una enamorada, a la que se la cantó por teléfono hasta hacerla llorar de emoción: “Somos como arena y mar / Tequila, limón y sal / Hechos para combinar / Si te vas no voy a estar / Solo existo si tú estás / No me vayas a faltar”.

    “Un último intento”, en cambio, se decanta por el jazz que, como lo concibe él, es “el padre del rap (...), están en el mismo árbol genealógico”.

    “Justo y necesario”, un rítmico hip hop, junto con Greco Fyah Fú, va por el lado de la rebeldía: “poder seguir rapeando como un negro para vivir como un blanco” y por el intimismo: “Yo no soy tu parse / soy mi propia cárcel / tal como cual cáncer / Yo no miento, man / Seguiré haciendo rap hasta el momento que no sienta aliento / me mire al espejo y ya no pueda más”.

    “El escritor del cuento” es pura metáfora: “Tus amigos son mendigos usando caros disfraces”. Y “El velero”, dulce como en su video, en el que comparte con su hermano y su hija. “Dame tu corazón / que es lo que quiero / pasajes en avión / mucho dinero / para comprarte una casita y un velero / donde te espere cada noche con un beso / donde bailemos aunque yo no sepa de eso / tomar tu mano y sonreír mientras te veo (...) Y los sueños que nos faltan los conseguirás conmigo / curaré tu frágil corazón con pedazos del mío”.

    Al margen de su depurado rap, coqueteando con el blues, el funky, la bossa nova, todo un solo flow subyugante de ritmo y métrica, se nota a las claras el arduo trabajo de producción en los videoclips de Ocasional Talento: breves historias con arco argumental dirigidos por Rodrigo Valverde. Hiro confesó que de adolescente le gustaba actuar. Su sueño era hacerlo bien y su meta, dejar algo para ser recordado después de su muerte.

    Continuamente referenciaba a su abuelo fallecido y dejaba entrever una pizca de apocamiento, o de agobio: “A falta de inteligencia / mi instinto predomina”, o: “El peso de mi conciencia ocupa espacio en mi mochila”.

    Se eternizó en “Sólido”, álbum joya de la música urbana que denota todo lo perfeccionista que era Hiro, partiendo de la complejidad del trabajo vocal: “...incluso los errores, las desafinaciones... no es necesario que el tema sea totalmente afinado; al menos para mí, y lo he escuchado en muchos expertos también. Esos errores, esos gallitos que a algunos se les pasa, le dan cierto sabor al tema. Es como cantar llorando (...). Esas pequeñas equivocaciones hacen que el tema sea mucho más rico, musicalmente”.

    Con la sensibilidad del artista a flor de piel, Ocasional Talento no comprendía que unos pudieran hablar mal de otros sin siquiera conocerse, y lo volcó en el papel: “Están hablando mal de mí contigo / pero todo normal, qué le vamos a hacer / no puedes evitarlo”. En la misma entrevista, muy profesional, confesó también que “cada palabra tiene su peso, al menos para mí”.

    “Cuando mueras, ¿se supone que deben extrañar?”, escribió en “Stereo Break”, donde, con un groove extraordinario, vuelve a echar mano de la metáfora para crear poesía: “Inmortal / ebrio de sinceridad / uso el juego del hip hop para poder volar” •

    Su última entrevista, tres días antes de morir

    La siguiente es la última entrevista que Ocasional Talento concedió antes de morir. Fue el lunes 23 de junio; él falleció la madrugada del jueves 26. Marisol Muñoz lo entrevistó vía Zoom en el programa “El Kiosco” que conduce en las tardes, de lunes a viernes, en Correo del Sur Radio:

    CORREO DEL SUR RADIO (CSR). Si tuvieras que presentarte frente a alguien que no conoce tu carrera, que es asombrosa, ¿qué le dirías?

    Ocasional Talento (OT). Le diría que hay muchos jóvenes como yo que estamos intentando mover la música aquí en Bolivia, y que sería bueno que se informe un poco sobre lo que está haciendo la juventud, ya que es importante saber en qué estamos. Y que, si quiere conocer algo de mi música, es bienvenido.

    CSR. El país viene explotando en cuanto a la industria musical con propuestas que no son netamente folclóricas. ¿Cómo surgió tu interés por lo urbano y la idea de potenciar este género en Bolivia?

    OT. Desde joven siempre he sido muy melómano, y compartía gustos musicales con mis amigos. Yo hacía skate, y los chicos escuchaban desde rock y punk hasta rap. Entonces, uno va poco a poco eligiendo qué canciones entran en su playlist. Descargaba los temas para tenerlos en el teléfono, para escucharlos cuando íbamos a hacer skate, parkour o cualquier actividad. Así fue que me incliné mucho más por el rap, el hip hop y el boom bap, subgéneros del rap que están conectados con la cultura del hip hop.

    La mayoría de mis amigos siempre ha estado conectada con el breakdance, el graffiti, el tatuaje—que no es un elemento del hip hop, pero está muy vinculado con todo este mundo del arte urbano.

    CSR. ¿Quiénes fueron esos primeros artistas a los que te aproximaste?

    OT. Principalmente artistas extranjeros, ya que aquí había pocas bandas de rap hace unos diez años. No me sentía tan identificado al principio, pero sí recuerdo escuchar tanto a grupos nacionales como internacionales. Puedo mencionar a FM 11, una banda de rap muy buena de La Paz, y también a Parche, una banda old school de Santa Cruz.

    CSR. Desde que empezaste a hacer música urbana hasta hoy, ¿cómo ves que ha evolucionado la aceptación de este estilo en el país?

    OT. Bastante. Ha tomado mucha más relevancia, y ahora se puede considerar un género que está marcando un antes y un después en la música boliviana. Muchas empresas están empezando a tomar en cuenta a artistas urbanos para sus publicidades y eventos. Es algo que se está volviendo consistente, porque antes predominaban el folclore y la cumbia. Y eso no está mal, al contrario, es genial y parte de nuestra cultura, pero es bueno saber que hay otras opciones musicales, desde el jazz hasta la bossa nova, por así decirlo.

    CSR. ¿Cómo crees que esta apertura hacia más géneros aporta a la cultura y economía del país?

    OT. El rap y el hip hop siempre han estado conectados con la protesta, con los barrios bajos que alzaban la voz. La música siempre ha sido un medio de comunicación masivo y puede convertirse en una herramienta muy poderosa para que la gente se entere de lo que está pasando, para crear conciencia, especialmente entre los jóvenes. Muchos niños van a mis conciertos y me agradecen. La influencia que uno puede tener musicalmente sobre la gente puede ser un factor de cambio importante.

    A nivel económico también es positivo que la gente sepa que se puede vivir de la música. Tal vez por ahora no se puede decir que es el mejor trabajo del mundo, pero, comparado con otras profesiones, está en un nivel adecuado.

    CSR. Háblanos de ti y de los proyectos que has estado emprendiendo en los últimos meses.

    OT. He estado trabajando en colaboraciones con otros artistas, tanto del país como del extranjero. La música te abre muchos espacios, te permite conocer personas increíbles y compartir a través de ella.

    Recientemente trabajamos en un videoclip sobre la migración, un tema muy presente en nuestra coyuntura actual. También tenemos un nuevo EP para este año, con entre 10 y 12 canciones, que presentará otro concepto pero mantendrá la esencia de Ocasional Talento.

    CSR. ¿De dónde viene el nombre “Ocasional Talento”?

    OT. Quería un A.K.A. (pseudónimo) que tuviera nombre y apellido, que sonara como otra persona, para usar esa personalidad al escribir todo lo que Hiro no puede decir. En cierto sentido, “desdoblarme” y expresarme como alguien diferente, alguien que puede decir lo que Hiro quizás tiene vergüenza o miedo de decir.

    Así nace este personaje que llega ocasionalmente, no de forma constante, pero que me aporta muchísimo: el talento. Siento que no estoy todo el tiempo haciendo canciones, pero a veces la inspiración llega de manera tan repentina y fuerte que te impulsa a crear, y eso funciona tan bien que uno la espera. Por eso es Ocasional, y el Talento viene del lado creativo.

    CSR. ¿Qué diferencias y similitudes hay entre Hiro y Ocasional Talento?

    OT. Uno puede ser más atrevido y agresivo en las letras, mientras que el otro es más romántico. Con Hiro tengo la libertad de explorar otros géneros, de probar jazz, soul, y de tocar con una banda que no necesariamente suene a hip hop, sino que vaya más por lo melódico y musical. En cambio, Ocasional es muy apegado al sample, al beat, a la estructura clásica del rap. Con Hiro puedo ser más cantante que rapero.

    CSR. Tenemos entendido que tienes pensado pasar por Sucre. Danos los detalles.

    OT. Así es, estaremos en Sucre después de un buen tiempo. La última vez fue un público increíble; esa ciudad te atrapa. Estamos en conversaciones para hacerlo entre agosto y septiembre. Estamos buscando una fecha ideal, ya que uno sabe que la coyuntura del país cambia constantemente. Hay que escoger un momento tranquilo para que no haya contratiempos. Hay colegas que se quedan varados por bloqueos y tienen que cantar en la carretera para poder pasar. Algunos ni siquiera logran llegar a sus conciertos. Elegir la fecha adecuada es algo muy necesario en estos tiempos.

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