Gracias a la danza dejé de lado mi timidez

Nicole más conocida como Zuynnee, es integrante de la escuela de danza RADAR y es conocida por el estilo “Voguing”. Fue voluntaria en un albergue animal es romántica, sencilla y una fanática de la lectura e historias...

En nuestra portada, Nicole Zuynnee Arandia Mercado En nuestra portada, Nicole Zuynnee Arandia Mercado

Gente Flash
Gente Flash / 17/12/2015 06:54

Nicole más conocida como Zuynnee, es integrante de la escuela de danza RADAR y es conocida por el estilo “Voguing”. Fue voluntaria en un albergue animal es romántica, sencilla y una fanática de la lectura e historias de amor. Hoy nos comenta sus experiencias de su profesión con RADAR.

¿Cuándo comenzó tu interés por la danza?
Al inicio para mí era sólo un hobbie, a los ocho años mi familia me inscribió en el Ballet Municipal, entonces era muy tímida y mala para los deportes u otras actividades similares, pero gracias a la danza dejé de lado mi timidez y más que todo descubrí que tenía talento para algo y no sólo para bailar, para actuar también ya que un bailarín es un intérprete que tiene que tener pasión, mucha constancia y disciplina.

¿Qué estilo de danza es el que te define?
El “Voguing” por ser elegante, coqueto, sensual e imitar poses de modelos, creo son las características más marcadas del estilo y las mías como bailarina.

¿Qué es RADAR para ti?
RADAR es mi familia y la sala en la que ensayamos mi segundo hogar, en el que paso más tiempo de hecho. Con ellos puedo ser yo misma, siempre me apoyan y lo mejor de todo es que comparto con ellos la pasión por la danza. Daniel es de las personas que más me apoya yo lo considero mi hermano mayor, mi consejero, gracias a que él creyó en mi pude brillar como bailarina y ponerme nuevos retos, hacer cosas que jamás hice y lograrlas. Todos son mis mejores amigos y cada uno tiene una característica especial, Emilio es confiable y el mejor amigo de todos, Guimer tiene mucha actitud y es chistoso, Oyam es muy dulce y una gran amiga, Alejandro con el que más congenio y siempre me hace reír junto con Oliver, Fabiola es la niña más dulce que haya conocido, Ashelem es como mi hija, Gabi, Lupe y Helen cada día se les ocurre algo nuevo con qué alegrarme el día. Son irremplazables, adoro pasar tiempo a su lado, tan solo un día no los veo y ya los extraño.

¿Crees que la danza urbana es todavía
incomprendida en la ciudad?
Sí, una gran parte del público todavía menosprecia el trabajo que se realiza en cuanto a lo que es la danza urbana o moderna, no están dispuestos a pagar el mismo monto por un evento de danza urbana que por un evento de danza clásica o folclórica, no se dan cuenta que realizamos el mismo esfuerzo, invertimos el mismo tiempo y dedicación que cualquier bailarín, incluso con más dificultades ya que los bailarines de danza urbana y moderna tenemos que ser versátiles ya que cada día salen nuevos estilos de baile y más complejos , también tienen que luchar con el disgusto de su familia, pagar ellos mismos por los vestuarios o la indumentaria necesaria. En Radar muchas veces nos ha tocado recibir malas críticas porque los vestuarios son muy atrevidos, pero nos basamos en bailarines y artistas internacionales, la diferencia es que si es de otro país está bien, pero si lo hacemos aquí está mal, no se dan cuenta que los vestuarios los hacemos nosotros con nuestros propios recursos, no hay un solo traje en Radar que haya sido comprado, todo lo hacemos nosotros y estamos muy orgullosos de eso.

¿Cuál fue tu inspiración para llegar a donde estás?
Encontrar algo en lo que tengo talento y aprovecharlo para ser la mejor en ello, soy una persona que se aburre con mucha facilidad, me interesa una cosa y luego otra. En mi vida hice de todo un poco, pero ninguna con el amor que siento por la danza, es único, me gusta que no es algo estático, siempre aparecen nuevas cosas qué hacer, nuevos retos, nuevos estilos, siempre hay algo nuevo, es algo de lo que no puedo aburrirme nunca.

¿Qué fue lo más difícil de lograr en tu profesión artística?
Mi flexibilidad y actividades relacionadas con la gimnasia, ser bailarín cada día es más exigente y difícil, yo nunca ni en colegio pude dar un volteo ni mucho menos parada de manos, pero como bailarina tuve que hacerlo con mucha perseverancia y esfuerzo, veo que hay personas que son flexibles o sino lo logran con mucha facilidad, yo no, no hay nada más frustrante de sentir que tu propio cuerpo te limita al ser bailarín ya que ese es tu instrumento, pero me siento muy orgullosa de decir que lo estoy logrando.

¿Cuál fue tu anécdota más divertida hasta ahora?
Como bailarín no creo. Alguna vez pasa de tropezarte o, peor caerte, felizmente no me ha pasado en presentación, solo en ensayos. Solo una vez que tuve que hacer una apoyatura con mi pareja Daniel y sin querer le di un codazo en la cara, fue tan fuerte que anduvo unos días con el ojo morado, (lo siento Dani).

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