Tener la voluntad de perseverar en el ballet
Stefany tiene 22 años, es profesional en Administración de Empresas y sus actividades favoritas son el ballet, leer y la gastronomía. Hoy nos cuenta sobre su experiencia en el escenario y como bailarina del Ballet...
Stefany tiene 22 años, es profesional en Administración de Empresas y sus actividades favoritas son el ballet, leer y la gastronomía. Hoy nos cuenta sobre su experiencia en el escenario y como bailarina del Ballet Capezio.
Cuéntanos sobre tu rutina en el Ballet
Mi rutina técnica en el ballet es rigurosa, considerando que el calentamiento es el primer paso para iniciar la técnica de barra que comienza con ejercicios lentos para posteriormente llegar a los más arduos, para ello necesitamos del precalentamiento, después seguimos con la técnica de centro que es personalmente una de las partes más difíciles, es ahí donde uno tiene que aplicar cada uno de los ejercicios anteriores y hacerlo de manera fluida y más armónica, pues como mi profesor dice "Cada clase es imaginar que ya están bailando en el escenario". En medio de las técnicas está el estiramiento que es tortuoso pero poco a poco, aunque suena sádico debo aclararlo, vas sintiéndote cada vez más complaciente y tolerable, pero sobre todo satisfacción por el logro de obtener más elasticidad, En resumen la rutina que tengo en mi ballet es rigurosa, cansadora, forzosamente perfecta, muy exigente, pero nada se compara a la magnífica sensación de haber logrado por lo menos algún ejercicio bien y que el profesor te diga que ahora sí salió el ejercicio como debe ser y como lo haría una gran bailarina.
¿Qué es lo que más te divierte en esta actividad?
Lo que me divierte de esta actividad principalmente son los errores que cada uno de nosotros dentro del ballet cometemos, realmente en ocasiones metemos la pata a lo grande, en los ejercicios e incluso en las presentaciones. El momento en el que compartimos con mis compañeras cada hazaña en cada papel que nos toca es inexplicable, la parte de la actuación en cada papel es la parte difícil pero inevitablemente divertida por los procesos que pasamos para tratar de encajar en el personaje y agradarle a nuestro profesor. Una de las cosas divertidas en el ballet es cuando nos regaña, pero de todo en cada ensayo, incluso él se ríe de lo que en muchas ocasiones nos atontamos y nos entra el momento de olvidarnos ciertos pasos del baile, es de lo peor pero demasiado gracioso.
¿Qué es lo más difícil de ser bailarina de ballet?
A mi parecer lo más difícil de ser bailarina es creer en ti misma, de que puedas llegar a ser una gran bailarina desde ya y dejar muchísimas cosas de lado, ausentarte en otras actividades que se presentan y tener la voluntad de perseverar en el ballet por muy difícil que sea. La voluntad de hacer ballet lo es todo desde mi punto de vista, si bien existe talento y aspectos innatos para este arte, no es nada si no se tiene la voluntad de poder potencializar cada uno de esos aspectos sin recaer en ser ególatra. Aunque suene demasiado cliché la humildad tiene que ir siempre agarrada de la mano de la voluntad de cada uno que desee ser bailarín y el esfuerzo que cada uno realiza para lograr cada cosa que se requiera en el ballet.
¿Cómo decidiste ingresar al ballet Capezio?
Decidí entrar al ballet Capezio cuando mi profesor de hoy en día, dio un taller al que asistí, siempre mostró gran presión sobre los bailarines para ir examinando cada una de nuestras aptitudes, las clases eran muy buenas, aunque debo admitir que también asustaban un poco; Francisco Mejía, mi profesor, es demasiado exigente. En ese tiempo de taller tuve la oportunidad de que Francisco viera en mí un potencial y me invitó a su ballet, por lo que yo acepté encantada de asistir a sus clases y por ello llegué a ser parte de lo que ahora es la familia Capezio.
¿Qué otra actividad realizarías si no estarías en el ballet?
Si no estaría en el ballet, seguramente me habría dedicado a la fotografía, me gusta mucho sacar fotos y tratar de mantener lo esencial del momento, o por otro lado me habría encantado el atletismo, me gustaba mucho antes de entrar al ballet porque lo practicaba, pero tuve que dejarlo porque contrarrestaba al ballet y no era muy favorable para ello.
¿Cuál consideras que fue tu mejor performance hasta ahora?
La mejor para mí fue cuando bailé Don Quijote, en el papel de Kitri, porque fue un paso importante, no sólo se trataba de tener una buena técnica, sino que esa técnica fluyera por si sola, es decir que parezca innata en cada movimiento. El desafío fue meterme en el papel, el saber que no sólo era bailar bonito o perfecto, sino también bailar demostrando algo más, el ballet es exigente, no sólo en su técnica, también en la expresión y los sentimientos, es una sensación de satisfacción y tranquilidad después de todo el esfuerzo realizado.
¿Recomendarías que ingresen a una escuela de ballet y por qué?
Claro que sí recomiendo entrar a una escuela de ballet, para promover el ballet clásico en Sucre, demostrar que tan bello puede llegar a ser, también que tan exigente es y la disciplina que imparte, evidentemente existen muchos prejuicios sobre el mismo, en especial con los hombres en este arte, pero es demasiado irrespetuoso comentar o criticar este bello arte y a las personas que lo realizan, simplemente por ciertos aspectos, ideas equivocadas, pensamientos cerrados y obstinados, atrapados en comentarios precarios, sin valorar la esencia y el esfuerzo que requiere llegar a ser un bailarín de ballet clásico.
a la pregunta...
¿Qué es lo más hermoso que te ha pasado?
Tener un padre asombroso.
¿A qué le tienes miedo?
Llegar a no saber qué es lo que quiero en esta vida.
¿Qué es lo que más te molesta?
Las personas falsas e hipócritas.
¿Qué te hace reír?
Que los bebes se caigan cuando empiezan a caminar.
¿Cuál ha sido el momento más triste de tu vida?
Cuando mi hermana tuvo un accidente.
¿Qué es lo que amas hacer?
Ver pelis con mi hermana mayor.
¿Qué lugar del mundo te gustaría conocer?
Roma o Italia.