“Encuentro la inspiración en casi cualquier cosa”

Descríbete brevemente…

Soy una chica multifacética, dinámica y alegre. Desde que era pequeña siempre me ha gustado aprender de todo: historia, tecnología, repostería, deportes, religión e incluso política. Me gusta mucho poder conversar con la gente sobre diversos temas, escuchar sus opiniones y puntos de vista. Además, no importa lo mucho o poco que sepa, siempre habrá alguien que tiene más conocimientos y yo no quiero quedarme atrás. Soy muy dinámica, cuando veo a las personas tímidas o asustadas incluso más que yo, siempre intento tomar el rol de líder y tomo la iniciativa ante las situaciones nuevas o problemas que se presenten, afrontando las situaciones difíciles con alegría y sonrisas pues me di cuenta de que si sigo pensando en los errores del pasado en lugar de buscar una solución, nunca podré avanzar.

¿Qué es lo que más te gusta de ti?

Lo que más me gusta de mí es lo creativa que puedo llegar a ser. Encuentro la inspiración en casi cualquier cosa: un color, un garabato, una palabra, una emoción… todo me sirve para diversas áreas, desde la escritura y narración, la edición de multimedia, el desarrollo de algoritmos, hasta realizar mis dibujos y circuitos y dar clases. Siempre hay algo que me sirve para inspirarme a crear nuevas formas para afrontar los problemas que existen en la vida y en la sociedad; esto me ayuda mucho actualmente y me ha salvado de cada situación en la que me he encontrado.

¿Qué carreras estudias actualmente?

Actualmente estoy estudiando Ingeniería en Sistemas y Contabilidad. El siguiente semestre comienzo con Ingeniería en Diseño y Animación Digital. También estoy estudiando coreano a distancia. 

¿Cómo surgió tu interés por la robótica?

A partir de mis cuatro años, cuando quemé la computadora de mis padres, ahí me di cuenta de que la computadora era mucho más compleja que los otros aparatos tecnológicos que teníamos. Desde entonces comencé a introducirme un poco más en el área de la robótica, centrándome en la programación.

Cuéntanos tu experiencia en el “First Global Challenge”, el evento más importante del planeta en el campo de la robótica.

Desde el comienzo fue mucho entusiasmo, ya que en edad yo era la menor y también la única mujer del equipo. Tuve bastante apoyo de mis compañeros, de nuestro tutor, el Ing. Said Pérez, y mi familia. Durante meses tuvimos que dedicar tiempo a la competencia, aprender inglés (el idioma oficial con el que nos comunicamos en toda la competencia), sin dejar de lado nuestros estudios. En la competencia como tal, pude conocer a muchas personas de diferentes lugares del mundo las cuales incluso al día de hoy siguen siendo amigos cercanos míos.

¿Es difícil hacer robótica en Bolivia?

Sí, en un principio había pocas personas que podían traer el material y distribuirlo, además de que el conocimiento y las personas que se interesaban en esta área eran pocas. Aprender robótica en un instituto como tal era bastante complicado; sin embargo, en los últimos años (principalmente a partir de la competencia First Global del 2017) hubo un gran crecimiento, más personas comenzaron a distribuir el material necesario, creándose así institutos para aprender robótica. Actualmente sigue siendo un poco complicado; sin embargo, con la ayuda del internet, cualquiera puede aprender desde cero a hacer un robot y aprender a programar.

¿Qué es lo más complejo y qué es lo más placentero de armar un robot?

Lo más complejo es hacer el diseño, desde los circuitos hasta el mismo código que se va a ocupar. Siempre hay ideas que se implementan y mejoras sobre un diseño original, poder acomodar todo para que quede, pero a veces no es la mejor opción y se tiene que volver a hacer un diseño desde el inicio. Lo más placentero desde mi perspectiva es ver el proyecto concluido, cuando cumple con su objetivo principal y es totalmente eficiente tanto en el software como en el hardware.

¿Has pensado en diseñar y armar algún tipo de robot en especial?

Sí, todo comenzó desde que veía las noticias en la televisión y leía el CORREO DEL SUR con mis padres; durante una época, los titulares que más aparecían eran sobre asaltos a fuentes laborales y personas incluso a plena luz de día. Desde esa edad (aproximadamente a los siete años) me puse a pensar en ¿qué pasaría si alguien cometiera esos actos frente mío y se vieran afectadas las personas que quiero?. Yo no podría hacer nada con esa edad, pero en mi cabeza estaba la idea de hacer un robot que pudiera defender a los demás y ser una especie de androide para defensa y seguridad de las personas que me rodeaban y para mí misma. 

Actualmente sigue siendo una idea que está en mi mente, sin embargo, con los años ha ido cambiando constantemente. Ahora en lo que más me enfoco es en la “inteligencia artificial” que tendría el robot, pues no quiero que sea solo un robot que sea de defensa personal y seguridad, sino que también pueda llegar a interactuar con su usuario y se adapte a las necesidades a medida que pasa el tiempo con este.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

Concluir mis estudios de la universidad y realizar mis cursos de postgrado.

¿Qué consejo o recomendación les darías a los jóvenes que están interesados en la robótica?

No importa lo difícil que parezcan las cosas o si todo aparenta estar perdido, solo es difícil, pero mas no imposible. Mientras sigan dando lo mejor de sí mismos y confíen en Dios, todo estará bien.

A la pregunta…

¿Qué es lo más hermoso que te ha pasado en la vida?

Haber participado en una competencia de carácter internacional (First Global) y conocer los laboratorios del MIT (Massachusetts Institute of Technology, Cambridge, Estados Unidos).

¿A qué le tienes miedo?

A rendirme.

¿Qué es lo que más te molesta?

La soberbia.

¿Qué te hace reír?

Mis amigos. Siempre se esfuerzan por sacarme una sonrisa en las mejores y peores situaciones.

¿Qué es lo que amas hacer?

Editar, escribir, programar y diseñar.

¿Qué lugar del mundo te gustaría conocer?

Realmente quiero conocer Italia.