Cartas a Charly
Querido amigo: Sudamos la gota gorda, traspiramos hasta la última lágrima de sudor, finalmente la Selección de Fútbol de nuestro país empató frente a Ecuador con el Jesús en la boca.
Querido amigo:
Sudamos la gota gorda, traspiramos hasta la última lágrima de sudor, finalmente la Selección de Fútbol de nuestro país empató frente a Ecuador con el Jesús en la boca.
Queremos agradecer al capellán de nuestro Instituto por los responsos hacia su Jefe celestial, pues sin sus rogativas hoy estaríamos más apesadumbrados con una derrota a la cual nos tienen acostumbrados esos huayrajait’as pecho fríos.
Si de algo tenemos que estar felices es que el de arriba viste la verde, porque lo que vimos es un milagro muy milagroso y el 2-2 frente al Ecuador es una muestra, los nuestros se asustaron del triunfo que se embolsillaban y ahí les tiemblaron las tabas y las ilusiones se fueron al suelo; un huayrajait’a dió la espalda a la jugada, cuando el fútbol se juega de frente y sin miedo, y ¡zaz! empatan en los minutos finales.
Para hacer pasar el tiempo y evitar que los ecuatorianos se lleven por delante a varios de la verde, entre los que contamos al “back” ese de la tercera edad, tuvieron que desmayarse, hacerse dar con muyu muyu, mal de ojo, calambres hasta en las cachinas, pero felizmente terminaron los minutos reglamentarios y empatamos famélicamente y con desesperanza.
Desde este manicomio miramos furiosos, desanimados y aopaos a quienes nos arruinaron el martes; el colerón del lunes nos lo dio nuestro adlátere incondicional, el Gober señor don Este Bang, al pedir que otro representante nuestro en la silla presidencial, se quede “for ever” y cumpla con la agenda 20-25, pues hasta esa fecha, rodo indica que hay algunas deuditas pendientes que cancelar.
Volviendo a la ingratitud del fútbol y dejando los colerones de lado, aunque ese magro empate nos pone tristes y desconsolados, queremos indicar que el aclimatamiento de toda la selección en este paraíso terrenal apodado manicomio Pacheco, no sirvió de mucho y no dio los frutos que esperábamos y ahí que no pudimos sacar los diablos de las derrotas y nos hicimos de un empate que achica nuestras posibilidades del camino al mundial de Rusia; aunque es un sueño que tenemos, cada día nos queda lejos, pero no está demás creer que matemáticamente “podemos clasificar”, tal cual señalan algunos deportólogos que hacen soñar con sus operías a la hinchada.