Charly y una experiencia nativa de varios tiempos
Con la segunda semana del año en curso y la desintoxicación del 1º consolidada, Charly emprendió una nueva aventura; quiso combinar una nueva aventura con un ingrediente del que pocas veces echó mano: la comida.
Con la segunda semana del año en curso y la desintoxicación del 1º consolidada, Charly emprendió una nueva aventura; quiso combinar una nueva aventura con un ingrediente del que pocas veces echó mano: la comida.
Al revisar las decenas de mensajes que recibe por WhatsApp, encontró un meme “serio” que hablaba de la oferta de un nuevo restaurante, “Nativa”, recién abierto al público en Sucre. Entonces le llamó la atención lo que se decía del local y apuntó todos sus dardos ahí.
El “feis” le alertó sobre el cumpleaños de Nicole, una jovencita que conoció de paso en alguna discoteca el año pasado; la felicitó y ella, tan gentil, agradeció con un beso virtual. Entonces le planteó una cena de cumpleaños a la luz de las velas.
Así pactaron encontrarse en la plaza y cuando eso ocurrió, nuestro personaje fue gratamente sorprendido con lo que sus ojos veían: una trigueña de 1,60, con tacones punta de alfiler, escote generoso y pelo planchado. Era todo lo que Charly no recordaba, por lo que le salió un “wua”.
Ella percibió su impacto y quiso sellarlo, como que anticipar lo que vendría y que, sobre todo, tenía el control. Así fue que le plantó un pico encantador del que al instante se desentendió. Charly no salía de su asombro, pero quiso asumir la autoría de la travesura, como dándole la razón a Nicole.
Acto seguido pasaron a caminar unas pocas cuadras rumbo a “Nativa”. Guardando las apariencias, Charly no dejaba de sorprenderse de lo que su acompañante dejaba ver, de su actitud y, claro, del perfume que ella llevaba impregnado. Lo detectó al instante, sólo que no lo dijo: era el Pitanga de Natura que tan bien se le había grabado de una relación romántica hace siete años.
Entre charla y charla llegaron al lugar indicado. Allí los recibió Juan Pablo Gumiel, propietario y chef de “Nativa”. Eligieron una mesa al centro y tomaron asiento; el ambiente es fresco y amplio, pero sobre todo cálido y bien logrado.
Eligieron el menú y acompañaron todo con un buen vino; la marea de sabores y aromas que los inundó, unas exclusivas fusiones de comida nacional que venían en una marejada de varios tiempos, dejó poco tiempo para la charla; aun así, Charly pudo aprovechar pequeños resquicios para ofrecer la especialidad de la casa: su labia de Donjuán.
Entre risa y risa, apenas habían dejado espacio para el postre, cuando fueron gratamente sorprendidos con una chicha de yuca y una ambrosia de choclo, dos exquisiteces que sólo “Nativa” prepara. Nicole pidió un exótico postre de papalisa con crema de habas dulces, con chips de camote y todo cocido bajo tierra; él ya no daba más, aunque se relamía de sólo ver el menú y lo mucho y bien que había comido.
Honrada la cuenta, la pareja salió del restaurante a las 22:30 de ayer; entre miradas pícaras, juegos de manos y abrazos, llegaron a donde les correspondía para sellar una noche frenética que continuaba esta madrugada.
Charly despertó a las 6:00, hizo los deberes de la particular hora y se ofreció a preparar el desayuno; Nicole aceptó encantada y lo volvió a premiar maravillosamente, tanto como el nativo menú de “Nativa”.
COORDENADAS
Nativa, comida con concepto bolivianom, se ubica en calle La Paz Nº 737, entre Bustillos y Junín. Abre de lunes a sábado (18:00 a 23:00) y los domingos de 11:00 a 15:00.
menú
La variedad y el sello boliviano se impone en la carta de ofertas de este innovador restaurante. Comida, bebida y maridaje tiene como base productos nacionales; hay combinaciones de sabores y aromas que destacan y sorprenden a los comensales. ¿Alguna recomendación? ¡Pruebe todo lo que pueda y no se arrepentirá!
NENAS
Pese a que recién abrió, "Nativa" recibió durante toda la semana la visita de simpáticas damitas agrupadas al rededor de la amistad o la familia. De hecho ayer Charly vio un par de mesas llenas de ¡chuquisaqueñas de cepa!