Barrio Lindo B quiere surgir con esfuerzo de sus vecinos

El Barrio Lindo B forma parte de la zona urbana que comenzó a expandirse a finales de la década de 1970 hacia el norte de la ciudad, sobre lo que antes eran sembradíos y quebradas colindantes con Bajo Tucsupaya.

A pesar de que el trazo urbano lleva ya bastante tiempo, los requerimientos vecinales continúan siendo los mismos de hace años, cuando se organizaron las primeras Juntas para exigir una serie de mejoras a diferentes gestiones municipales.

Hoy, el barrio cuenta con todos los servicios básicos, pero muchas de sus calles siguen sin pavimento. Las veredas son escasas y en época lluviosa el tránsito de peatones y vehículos se hace dificultoso. Además, la acumulación de basurales en diferentes lugares brinda un mal aspecto a la zona que antes de la construcción del nuevo aeropuerto formaba parte del ingreso obligado al centro de la ciudad.

Pese a que el servicio de recojo llega al barrio dos veces por semana, la falta de conciencia de muchos vecinos hace que los desperdicios sean arrojados a cualquier hora del día.

Barrio Lindo B se caracteriza también por una importante actividad económica. En esta zona se instalan importantes industrias metalmecánicas y en sus calles se puede observar a numerosos talleres mecánicos.

El barrio se encuentra ubicado en el Distrito 2, uno de los más populosos de Sucre, y en su interior funcionan también un centro de salud y un servicio municipal de biblioteca que con gran esfuerzo de su encargada brinda atención a una creciente población estudiantil.

A este centro acuden niños de otros centros educativos próximos, como “6 de Junio”, “Jorge Revilla” o “Adhemar Carvajal”, según la encargada, Aurora Bejarano, quien considera que la biblioteca requiere de un mayor equipamiento de libros y textos para proporcionar una mejor atención.

Hace algunos años, un grupo de mujeres del barrio tomó la decisión de organizarse con el propósito de realizar actividades de capacitación. Hoy en día, en el barrio funciona una asociación que se encarga de gestionar programas de ayuda destinados a la enseñanza de tejido entre las madres de la zona.

“No tenemos un apoyo de las autoridades, pero organizamos una asociación con el fin de ayudar a mujeres que quieren superarse”, afirma Lidia Medina, la actual presidenta de esa organización que también logró el respaldo de organizaciones privadas para instalar un taller de tejido.

Los vecinos cuentan que la gran afluencia de estudiantes a un centro escolar en el vecino barrio Patacón provoca conflictos de seguridad, pues muchos de ellos descienden a la avenida Juana Azurduy de Padilla por estrechos y peligrosos senderos improvisados. Afirman haber visto a muchos niños utilizar como pasarela la tubería de agua potable que atraviesa la avenida.

En los últimos meses, el aumento del tráfico vehicular está convirtiendo las rotondas de Gas Center y de Cimaco en lugares altamente riesgosos, tanto para conductores como también para peatones, sobre todo en los horarios pico de la mañana y de la tarde.

LOS VECINOS

Efraín Avendaño

"En el barrio avanzamos de a poco pero es insuficiente la atención que se da a la zona".

Aurora Bejarano

"Solamente queremos que nos ayuden con más material para los niños, muchos son de familias pobres".

Hilaria Vedia

"Esto era un huayco, era muy feo. Poco a poco se ha recuperado, ahora tenemos una junta vecinal que siempre nos ayuda".

Miguel Thola

"Hay quejas de la posta, lo que pasa es que no siempre atienden los encargados de salud, muchos vecinos se quejan".

Lidia Medina

"Necesitamos un salón para las mujeres. También queremos que mejoren las veredas".