Surapata, el barrio que lucha por renovar su imagen a fondo

Una fachada linda no es suficiente para vivir a gusto, pero los vecinos aprecian su valor

VISTA. Las casas blancas destacan en el panorama de Surapata, donde hace unos dos meses se ejecutó un plan para...

VISTA. Las casas blancas destacan en el panorama de Surapata, donde hace unos dos meses se ejecutó un plan para...

DETALLES. Las macetas en las casas le dan un toque de antaño al lugar.

DETALLES. Las macetas en las casas le dan un toque de antaño al lugar.

MANTENIMIENTO. Funcionarios de la Empresa Municipal de Áreas Verdes acondicionan los jardines de Surapata.

MANTENIMIENTO. Funcionarios de la Empresa Municipal de Áreas Verdes acondicionan los jardines de Surapata.


    Dayana Martínez Carrasco
    Local / 26/02/2018 06:11

    Con sus calles que permanecen blancas y sus jardines que se alistan para cambiar de imagen, está Surapata, uno de los barrios más tradicionales de Sucre, y que pese a que fue recientemente engalanado para recibir turistas y la fiesta de Carnaval de esa zona, aún lucha por romper con su denominativo de "zona roja".

    Desde hace mucho que Surapata pasó de ser conocido como un barrio de antaño a vivir el estigma de ser considerado un lugar en el que el peligro acecha, sin embargo, el esfuerzo de sus vecinos por destacar sus cualidades y renovar su imagen a los ojos de propios y extraños parece haber dado frutos ya que en los últimos años, se registraron mejoras.

    Desde el hecho de que personas ajenas a la zona transiten sin miedo en horas en las que antes no lo solían hacer hasta la visita –aunque aún escasa– de turistas son parte de los logros que hacen que los surapateños confíen en que su barrio se reposicionará.

    En diciembre del año pasado, la Alcaldía de Sucre presentó a una Surapata con fachadas renovadas, como parte del proyecto “Barrios Blancos”, en el que propietarios de 230 viviendas también dieron su contraparte. A algo más de dos meses de la entrega oficial, la zona aún brilla.

    Son muy pocos los grafitis que osaron manchar las fachadas al igual que aquellos que usaron algunos puntos esquivos a la vista de la ciudad para hacer sus necesidades biológicas, en contraste con la cantidad y buen cuidado de las flores en maceta y las composiciones de músicos y escritores chuquisaqueños que se instalaron en casas y espacios públicos.

    “Es una maravilla cómo se ven las casas”, comentó una de las vecinas de Surapata, que comenta que vivió toda su vida ahí y que vio cómo en al menos 40 años, las vías de barro y polvareda se convirtieron en pavimento.

    Recordó que hace mucho se aprovisionaban de agua en grifos comunales, mientras que ahora tienen todos los servicios básicos al igual que otras zonas que como ésta quedaron en pleno centro de la Capital.

    Pero en esta transición por los años los vecinos lamentaron que la zona llegó a ser considerada como un punto a evitar por todo transeúnte que no quiera perder sus pertenencias. Este panorama del lugar es conocido por cualquiera, tanto así que hay taxis que a cierta hora, prefieren no ir por esas rutas.

    Sin embargo, en los últimos dos años, aseguraron los vecinos, hay personas que “ya se animan a pasar” por ahí. También hay turistas, aunque siempre se dedican a tomar un par de fotos desde algunos de los ingresos y nada más, según los testimonios.

    “Yo no creo que sea un lugar de visita, los turistas ni miran las pobres casas, toman unas fotos porque creo que se ve bien de aquí la ciudad, y se van”, afirmó otro vecino.

    Si bien cree que la imagen de las casas antiguas no es muy agradable por el deterioro que tiene y las pocas opciones a hacer cambios al ser parte de la zona patrimonial, el vecino coincidió en que el lugar mejora de a poco y que si se ordena aún más podría hacerse confortable para cualquier familia que decida establecerse ahí.

    ¿Por qué aún no lo es o al menos no por completo? Es sin duda una pregunta obvia, pero que no merece siquiera ser lanzada, pues basta con decir que los vecinos prefieren evitar queja alguna sobre la inseguridad de la zona, curiosamente, por resguardar su seguridad.

    Así, se evidencia que los textos de Jaime Medinacelli, Miguel Ángel Valda y Simeón Roncal, las macetas coronadas de flores de color rosa o rojo y unas calles casi impecablemente blancas no son suficiente para tener un barrio agradable.

    Lo bueno y lo malo

    -Las calles de Surapata se mantuvieron remozadas y sus áreas verdes están limpias y son atendidas a diario.

    -Los atracos convirtieron al lugar en una zona roja de la ciudad, un denominativo contra el que los vecinos luchan a diario.

    -Al estar ubicada en una parte alta de la ciudad, Surapata ofrece una vista agradable de Sucre, que puede ser aprovechada por visitantes.

    -La mala fama que se ganó con los años, afecta a los habitantes que a veces no encuentran un taxi que acepte ir al lugar.

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