La lucha contra el cáncer lidia con equipamiento básico
Especialistas aseguran que el diagnóstico está garantizado, pero falta equipamiento
Con dos institutos oncológicos públicos que tienen equipamiento básico y el personal en permanente capacitación, Chuquisaca busca hacer frente a la enfermedad del siglo: el cáncer.
En ambos centros especializados aseguran que el diagnóstico está garantizado, pero admiten que el tratamiento aún tiene debilidades.
El Departamento sólo cuenta con una bomba de cobalto, máquina de radioterapia para el tratamiento de algunas enfermedades, entre ellas el cáncer, y urge la adquisición de un acelerador lineal de electrones, aparato de alta tecnología que se emplea generalmente para irradiar tumores malignos localizados, como los de próstata, pulmón, cerebro, hígado y páncreas.
Así, entre fortalezas y debilidades, tanto el Instituto de Cancerología “Dr. Cupertino Arteaga” –dependiente de la Universidad San Francisco Xavier– como el Instituto Chuquisaqueño de Oncología (ICO) –gestionado por la Gobernación– se esfuerzan por aliviar el dolor de centenares de pacientes.
TIPOS DE CÁNCER
El cáncer de cuello uterino, causa de muerte de un promedio de cuatro mujeres por día en el país, es la enfermedad oncológica con mayor prevalencia en el Departamento. Le sigue de cerca el cáncer de mama, luego el gástrico, el cutáneo y el de próstata.
“El 26% de todos los pacientes que llegan a nuestra institución tienen cáncer de cuello uterino, el 25% es cáncer de mama, que sorprendentemente cuando inició este proyecto nos decían que no había cáncer de mama, que diagnosticaban uno o dos casos al año”.
El comentario lo hace la directora del ICO, Maribel Mármol, quien aclara que no es que haya subido el porcentaje de casos, sino que no estaban diagnosticados.
LA VACUNA: PREVENCIÓN
De todos los cánceres, el de cuello uterino es uno de los pocos, sino el único, que se puede evitar. Investigaciones científicas consiguieron identificar como causantes a subtipos del Virus del Papiloma Humano (VPH).
Ante tal situación y con el objetivo de bajar la incidencia de esta enfermedad, el Ministerio de Salud dispuso, hace más de un año y medio, mediante un programa, que se aplique una vacuna a niñas de entre nueve y 11 años. Los resultados podrán ser evaluados dentro de muchos años. Entretanto la fatalidad, inevitablemente, seguirá rondando a las familias.
“Las mujeres en edad sexual activa deben hacerse un control al año, no sólo de Papanicolaou, una exploración ginecológica, una ecografía ginecológica, porque en la mujer no sólo existe el cáncer de cuello uterino, también el cáncer de endometrio y el cáncer de ovario; tiene que ser una valoración ginecológica integral con los estudios respectivos para cada patología”, explica Mármol.
Al respecto, dice que el profesional médico debe tener una capacitación para hacer un diagnóstico adecuado y oportuno.
El cáncer –nombre común que reciben un conjunto de enfermedades relacionadas en las que se observa un proceso de alteración de las células del cuerpo– puede ser tratado si se lo identifica en su fase inicial. No así en estadios avanzados, por lo que los oncólogos aconsejan la realización de estudios periódicos.
Según datos del Ministerio de Salud, 11.194 personas fueron diagnosticadas con cáncer el año pasado en Bolivia.
El 27% de los pacientes de cáncer mueren como consecuencia de un diagnóstico tardío y la falta de acceso a un tratamiento oportuno y de recursos económicos.
En criterio de la presidenta de la Fundación de Lucha contra el Cáncer, Sussy Sandoval de Lagrava, los pacientes en Sucre tienen más dificultades para el tratamiento de esta enfermedad con relación a ciudades del eje central, en especial de La Paz.
“Creo que es mucho más dramática (la situación) aquí en Sucre, tenemos dos espacios oncológicos donde se hacen los esfuerzos necesarios para brindar el apoyo a los pacientes, aquí no hablamos de acelerador lineal porque estamos fuera del eje central, el Gobierno aquí no ofrece algunas condiciones que está ofreciendo en otros lugares, pero la incidencia del cáncer en Chuquisaca también es muy alta, vemos muchas personas que llegan de las provincias”, señaló Sandoval.
Pacientes hacen frente al cáncer con optimismo, pese a dificultades
En la casa albergue de la Fundación de Lucha contra el Cáncer se tejen historias conmovedoras. Como la de la tarijeña Valentina Morales y su hija Julieta Quisbert quienes, juntas, le hacen frente a esta dura enfermedad, pese a todo, con mucho optimismo.
Hace cinco años, a la señora Valentina le detectaron cáncer y como no había un centro especializado en Tarija, vino a Sucre para hacerse tratar en el Instituto de Cancerología “Dr. Cupertino Arteaga”. Allí consiguió recuperarse, pero su pesar no terminó ahí.
En junio del 2017, a su hija Julieta le detectaron un tumor maligno en el ovario derecho. Doña Valentina no dudó en traerla. Le hicieron el diagnóstico, luego llegó la cirugía y, por último, los tratamientos. Meses más tarde, un nuevo tumor apareció en el ovario izquierdo, complicando el cuadro médico.
“Desde el año pasado estoy con quimioterapias. Me pudieron estabilizar, pero en enero volví a recaer: me salió otro tumor. Entré a radioterapia, en marzo ya terminé mi tratamiento. En junio vine a un control y ahora a uno nuevo”, relata Julieta a CORREO DEL SUR.
A pesar de los momentos difíciles que les tocó vivir –por un lado el dolor físico y por el otro el bajón psicológico, además de los elevados gastos económicos que significan los tratamientos–, ellas no pierden la sonrisa. Siempre están dispuestas a apoyar y aconsejar a otras personas que padecen esta enfermedad.
Dice Julieta: “No tenemos la costumbre de hacernos un chequeo general. Aconsejo a la población que se haga un control cada año; por más que uno se sienta bien, es necesario hacerse un control, tanto mujeres como hombres”.
Cuenta que ella no tuvo síntomas de la enfermedad, a más de un bulto que comenzó a crecer poco a poco en su vientre.
Tanto Valentina como Julieta, al igual que los demás acogidos en la casa albergue, agradecen la iniciativa de la Fundación de Lucha contra el Cáncer de brindarles un lugar dónde vivir. A los médicos, por su compromiso y esfuerzo para sacarles adelante. Y a los sucrenses, por su hospitalidad.
“El albergue es como nuestra segunda casa. Llegamos con confianza, tenemos todo: alojamiento, cocina, ducha y enfermera”, resume Valentina.
SIETE DÉCADAS ALIVIANDO EL DOLOR DE MILES DE PACIENTES
El Instituto de Cancerología “Dr. Cupertino Arteaga” se fundó hace 71 años y actualmente funciona en ambientes prestados por el hospital Santa Bárbara, en el tercer patio.
“Fue el primer instituto nacional creado para la atención de pacientes con cáncer; sobre todo cuando se inauguró, se trataba a las pacientes con cáncer de cuello uterino. Posteriormente se le dotó del equipo de radioterapia, porque era la única forma de tratamiento en ese entonces del cáncer; tenemos la bomba de cobalto”, comenta la oncóloga clínica del Instituto de Cancerología, Janeth Rojas.
El instituto tiene equipamiento para tratar el cáncer mediante radioterapia, quimioterapia y cirugía. Además, una campana de flujo laminar que ayuda a preservar la medicación, a una buena administración y a brindar seguridad a las enfermeras. Rojas dice que cuentan con un equipo completo de profesionales.
“En el instituto tenemos tres oncólogos formados con especialidades, dos oncólogas clínicas, un oncólogo radioterapeuta y los demás médicos tienen afinidad a la oncología, pero son de otra especialidad. Por ejemplo, tenemos un urólogo oncólogo, es decir, su primera formación ha sido la parte urológica y ha hecho una subespecialidad en la parte oncológica de esa región del cuerpo”, explica.
En el Cancerológico trabajan 30 personas: nueve médicos, ocho enfermeras y las restantes 13 forman parte del plantel administrativo y de apoyo.
Cada día, este Instituto atiende a unos 30 pacientes. De ellos, alrededor de cinco son nuevos y los demás acuden a tratamiento, especialmente al servicio de radioterapia.
El ICO con el reto de avanzar en la investigación
El Instituto Chuquisaqueño de Oncología comenzó a funcionar hace tres años como Departamento Integral de Oncología del Instituto Gastroenterológico Boliviano Japonés. Este 2018 se fortaleció con la dotación de una infraestructura junto al hospital Santa Bárbara, bajo la dirección de la oncóloga Maribel Mármol, especializada en España.
“El ICO lo que brinda en este momento es una oncología integral, como tiene que ser; es un proyecto, como todo, tiene que tener su tiempo, no tenemos una varita mágica para tocar y que todos los profesionales estén súper cualificados. El proyecto de oncología es a mediano y largo plazo, en cualquier parte eso lleva mucho tiempo”, comenta.
Mármol precisa a CORREO DEL SUR que en el ICO trabajan 75 personas, entre profesionales contratados y voluntarios.
El Instituto tiene una infraestructura adecuada para la atención a los pacientes, además del equipamiento necesario. Y en caso de que necesite de algún servicio lo solicita, ya que está disponible en el sistema público.
La institución enfoca su esfuerzo en el diagnóstico precoz del cáncer y también en la cirugía. En este último caso, tiene previsto habilitar su quirófano para realizar operaciones de alta complejidad. Lo hará en el marco del Congreso de Avances en Oncología, al que llegarán médicos de otros países como el cirujano español Eduard María Targarona.
El jefe del Servicio de Cirugía del ICO, Gary Durán, informa que “nuestro quirófano ya va a estar en funcionamiento aproximadamente en dos semanas”. Luego detalla que estará equipado “con toda la tecnología: tiene equipo de laparoscopía de última generación, tiene un ligasure (un sellador de vasos sanguíneos, que es el único hospital público para hacer cirugías complejas ya sea por vía laparoscópica o abierta), y tenemos la mesa de quirófano, igual, de última tecnología, y cialiticas con luces neón”.
Provenientes de todo el país
Pacientes encuentran apoyo en casa albergue
Los enfermos con cáncer y sus acompañantes, provenientes en su mayoría de las provincias de Chuquisaca, cuentan en Sucre con un albergue administrado por la Fundación de Lucha contra el Cáncer. Pero este necesita del apoyo de la población para su funcionamiento y la construcción de una infraestructura propia.
El albergue fue inaugurado hace 16 años. Antes de que eso ocurriera, muchos pacientes y sus familias dormían en los pasillos del hospital Santa Bárbara, donde funciona el Instituto de Cancerología “Dr. Cupertino Arteaga”.
“La Fundación de Lucha contra el Cáncer, hace 16 años, alquiló un espacio en la calle Domingo L. Ramírez. En ese lugar dormían hasta diez personas en una sola habitación. Luego consiguió en anticrético un ambiente frente a la (fábrica) Sureña; un año se cerró el albergue y, gracias a la Fundación Cardenal Maurer, que nos prestó un inmueble en la zona de Villa Charcas, podemos tener hasta 26 personas, un paciente y su acompañante”, relata la presidenta de la institución, Sussy Sandoval de Lagrava.
En el albergue, que consta de ocho habitaciones y demás dependencias, la Fundación ofrece alojamiento, alimentación y, en casos críticos, apoya en el tratamiento gracias a las donaciones que recibe durante la campaña anual “Por un techo para vivir sin cáncer”. El año pasado recaudó cerca de 20.000 dólares.
“De toda esa recaudación, una parte va a una caja de ahorro con la cual esperamos algún rato construir nuestro albergue en propiedad, empezar con los cimientos. Tenemos Bs 280 mil en una cuenta en el Banco Nacional de Bolivia; el resto se lo divide en alimentación, servicios básicos y, con todo lo que sobra, se apoya mensualmente en tratamientos”, detalla Sandoval.
Este año, el reto de la Fundación es recaudar la misma cantidad o más que el 2017, para garantizar el funcionamiento del albergue en el 2019.
La campaña finalizará el 15 de noviembre con una Teletón en la plaza 25 de Mayo. Entre tanto, la población puede aportar en las latas que portan los voluntarios –en su mayoría estudiantes de colegio–, quienes cada año con su denodado esfuerzo consiguen recaudar cerca del 30% del total.
Los voluntarios interesados en colaborar a esta noble causa pueden acudir a la oficina Nº 9 de la galería Yolanda, en la calle Bolívar entre San Alberto y Calvo. Los aportes pueden ser depositados directamente en la cuenta del BNB Nº 4500264050.
El 10 de noviembre, la Fundación organizará una carrera ciclística, cuya inscripción será de Bs 10 con derecho a una rifa y los fondos recaudados servirán para sumar a la campaña.
La tesorera de la Fundación de Lucha Contra el Cáncer, María Elena Franco, solicitó a las autoridades departamentales que gestionen la compra de un acelerador lineal.