Hoy las almas retornan al cielo

Tras haber acompañado a sus familiares, las almas se despiden hoy a mediodía, según la creencia popular, tras lo cual los dolientes abrirán sus domicilios para recibir a la población en los tradicionales "k’anchakus". La festividad de Todos los Santos, resultado del sincretismo de muchas culturas, es una de las más importantes en el pais, que como otras sufre cambios pero perdura en el tiempo.

Según el calendario católico, ayer, 1 de noviembre, se recordó el Día de Todos los Santos y hoy, 2 de noviembre, es el Día de los Fieles Difuntos; sin embargo el pueblo conoce ambas fechas de forma genérica con el nombre de Todos Santos, recordó el escritor e investigador tradicionalista de Sucre y del folclore boliviano, Luis Ríos Quiroga.

Cumpliendo la tradición sucrense se armó la mesa o tumba en el lugar más preferente de la sala de cada casa. Y hoy el pueblo celebra la alegría del encuentro con el espíritu de sus seres queridos con los "k’anchakus", donde se sirve el mondongo (plato típico) en vasijas de barro, acompañado de la chicha entremezclada con el panal color rosa (panala), que sirve como asentativo.

El investigador detalló que en esta época “también se acostumbran los compadrazgos y madrinazgos que están exentos de interés”. “Se lo hace por puro cariño y simpatía a una persona, para esto la señora o el señor entrega la t’antawawa, en una charola con pétalos de rosa, y cuando la persona acepta ser la comadre, tiene que retribuir al año siguiente con una t’antawawa más grande”, explicó.

Rubén Barrientos, compartió con CORREO DEL SUR el proceso que significó para su familia el armado de la mesa. Explicó que su difunta madre, la señora Maria Remedios Chumacero, tenía costumbres arraigadas en Sucre y que por tal motivo se propusieron recuperar la esencia de la festividad, preparando todo tal como ella lo hubiera hecho. Su familia se organizó para comprar vasijas de barro (donde servirán el mondongo), jarras, copas y k’erus donde invitarán chicha y cocteles elaborados con agua de canela, jugos de fruta de temporada y singani. En la actualidad no se emplean los utensilios de barro.

Indicó que incluso el proceso de elaboración de la mayoría de las masitas, bizcochuelos y dulces estuvo a cargo del entorno familiar, como solía ser antes. Rubén dijo que la tradición es levantar la mesa un día después de despedir al difunto y que así lo cumplirán. Otras familias lo harán hoy.

JORNADA DE TODOS LOS SANTOS

Ayer, al mediodía, aumentó la concurrencia de la población en el Cementerio General. Algunos vestidos de luto armaron pequeñas mesas para las almitas a los pies de las lápidas o en las tumbas.

Encima de flores, extendieron t’antawawas, suspiros, panalas y rosquetes. Alrededor compartieron refrescos, coca y, de vez en cuando, elevaban oraciones. Todo con sobriedad, ante el estricto control de la Policía y funcionarios públicos.

Los uniformados revisaron las bolsas de las personas en las puertas para verificar que no introduzcan bebidas alcohólicas. Impidieron también el ingreso de grupos musicales, como bandas y mariachis.

Por otra parte, la Alcaldía ofreció un altar para los caídos en Ayo Ayo. El centro cultural El Mercado preparó un homenaje a los artistas fallecidos. El personal del Instituto Psiquiátrico armó una mesa y en la Casa Municipal de Cultura, unidades educativas realizaron la teatralización y explicación de la tradicional fiesta. En Villa Serrano, familiares de doña Jacinta Polanco, madre de los cuatrillizos, también la recordaron con la tradicional tumba.