El mal estado de un poteo amenaza con aislar a vecinos de Arco Punku
Un puente y el jardín botánico son proyectos largamente anhelados
El camino de ingreso al barrio Arco Punku está a unas cuantas lluvias de desaparecer, por lo que los vecinos reclaman la construcción de un puente y recuerdan a las autoridades el compromiso de emplazar un jardín botánico que regalaría un pulmón verde a la ciudad de Sucre.
La quebrada que se encuentra en perpendicular al camino de ingreso recibe las aguas servidas de varios barrios como Olmos, ENDE, Florida, El Tejar, Estación, San Cristóbal y María Auxiliadora; el poteo entregado hace pocos años colapsó debido a que no tenía las condiciones necesarias para absorber la gran cantidad de agua.
Durante las últimas lluvias el agua que salió del alcantarillado carcomió parte del camino de ingreso. “El peligro es para los alumnos que bajan del colegio (Domingo Savio), unas dos o tres lluvias no va a resistir”, afirma el vecino Félix Macías al mostrar la cantidad de tierra que cedió.
Los vecinos aseguran que hay múltiples fisuras en el poteo que causan filtración de agua hacia sus viviendas, lo cual puede evidenciarse en las grietas que presenta el terreno.
Cuando empezaron los problemas los vecinos solicitaron la construcción de un nuevo poteo, pero la Alcaldía les manifestó que este proyecto es inviable, por lo cual les propuso construir un puente, informa Fernando Fernández.
El secretario Municipal de Planificación, Wilber Ramos, admite que hubo una negligencia por parte de ex subalcaldes, sin embargo, asegura que con la nueva autoridad del Distrito 4 se encamina el proyecto.
“Es un poteo antiguo, está en pésimas condiciones y hay que dar una solución definitiva”, enfatiza al señalar que hay voluntad política del Alcalde para solucionar el problema.
Según el subalcalde Wilder Bolívar, la obra se incluirá en la nueva declaratoria de emergencia que elabora la Municipalidad para que se pueda reponer el poteo. El proyecto tendría un costo de Bs 980 mil.
Jardín Botánico
La quebrada P’isqo Jayt’ana ocupa un área aproximada de cinco kilómetros, donde habita gran cantidad de animales e insectos. “Vienen los loritos, las luciérnagas en las noches parecen arbolitos de Navidad”, indica Guillermo Velásquez.
Los vecinos piden que la Alcaldía haga los esfuerzos para conservar esta área verde y pueda emplazarse el anhelado proyecto de un jardín botánico antes de que el lugar termine de convertirse en un tiradero de basura.
Según los habitantes de la zona, en 2017 la Alcaldía pretendió emplazar allí una construcción talando varios árboles; tras pedir información, ellos descubrieron que no tenía diseño aprobado e hicieron paralizar la obra que ahora es ocupada por bebedores consuetudinarios.
Las actuales autoridades replican que fue un intento de loteamiento. No obstante, el Subalcalde se comprometió a resguardar el área con la reposición del enmallado y la instalación de la señalética de área verde para evitar la acumulación de basura.
Más problemas
Otro problema que afecta la tranquilidad del barrio son los ejercicios de tiro y gas lacrimógeno que realiza la Escuela Básica Policial (ESBAPOL). Un menor de edad con discapacidad profunda que vive en la casa contigua al polígono de tiro es el más afectado. “Con cada tiro se golpea la cabeza (…) los animales, los perros, se vuelven locos”, reclama Luisa Bernal.
La vecina Rosalía Romero reclama que la Empresa Local de Agua Potable y Alcantarillado (ELAPAS) haya elevado el cobro del servicio durante un prolongado corte producido en enero. También reclama mejor atención del servicio de micros de la línea 12 rosada que, afirma, no llegan hasta su parada los fines de semana.