Familias alistan festejos para los padres
Este diario cuenta la historia de un padre que extraña al suyo y el de un peluquero
El 19 de marzo se conmemora el Día del Padre en Bolivia. Los hijos, esposas, madres y centros de acogida se alistan para festejar a ese ser extraordinario que es uno de los pilares fundamentales de la familia. En algunas unidades educativas los festejos arrancaron el viernes. CORREO DEL SUR cuenta la vida de dos padres esforzados.
En la mayor parte de los hogares de nuestro país se festejará a los padres dándoles un sincero abrazo, ofreciéndole un obsequio, una flor, una visita o un almuerzo.
Por ejemplo, un grupo de jóvenes voluntarios del Hogar de Ancianos Mercedes, prepara una fiesta para ese día, con música, canto, baile y refrigerio para los diez papás que viven allí, contó el director del Hogar, el hermano Jorge Enrique González. “Es importante festejar ese día a esas personas con los que tenemos una deuda porque nos transmitieron valores, conocimientos, sabiduría y justicia”, manifestó.
En algunos colegios preparan horas cívicas y luego comparten un momento especial entre padres e hijos. Otros acostumbran visitar a sus padres en el cementerio, llevándoles flores y llorando su partida.
Ese es el caso del arquitecto Freddy Barzola, cuya familia perdió a su padre, el carpintero Gastón Barzola, propietario de la mueblería Gran Poder ubicada en la avenida German Buch # 282, esquina Valentín Abecia. Murió el 12 de agosto de 2018, a los 79 años.
Barzola, nació el 2 de diciembre en 1938, empezó a trabajar a los nueve años y lo hizo durante 70 años. Hizo muebles hasta el último día de su vida.
Se casó con Josefa Rojo y tuvo cinco hijos; Freddy, arquitecto; Yhobana, contadora; Danny, visitadora médica; Cristina, economista y Fernando, visitador médico.
Tenía el deseo de que todos sus hijos y nietos estén siempre a su lado, para transmitirles sus conocimientos y los valores como la educación, el respeto, amabilidad, honestidad y solidaridad.
Lo que más le gustaba era el orden y así lo exigía a todos. En su taller todas sus herramientas siempre estuvieron perfectamente ordenadas.
Ahora Freddy trabaja en la carpintería de su padre siguiendo sus mismos lineamientos de trabajo. También es progenitor de una hija, le alegra cargarla en los brazos, llevarle al parque y que le diga ¡papá!
Jaime Guerra Villalba, peluquero de profesión, es otro orgulloso papá de cuatro hijos de 18, nueve, seis y tres años y medio. Dijo que su vida cambió radicalmente cuando fue padre, porque tiene más responsabilidad en el trabajo. “Aunque es duro es muy lindo ser papá”, comentó.
Empezó a trabajar en la peluquería Belén a los 19 años. Le gusta ese rubro porque el pago es cada día, no tiene que esperar hasta fin de mes.
Trabaja desde hace 16 años, ahora tiene su propia peluquería que le costó años de ahorro para montarla; tiene dos empleados.
Contó que antes se capacitaba asistiendo a cursos, pero ahora se actualiza mediante tutoriales por internet.
Demora en cada corte entre 15 y 20 minutos, realiza unos 12 cortes al día. Cobra por los cortes Bs 20, asimismo la barbería.
El horario de atención es de 9:00 a 13:00 y de 14:00 a 21:00, de lunes a lunes. Aseguró que siempre se da una mañana o una tarde para llevar a pasear a sus hijos en fin de semana; también les lleva y recoge de la escuela. “Me preocupo de mis hijos no al cien por ciento porque su mamá también lo hace, pero me preocupo mucho por ellos porque los amo”, confesó.