La exagerada polvareda y el alto tráfico vehicular irritan a vecinos
Por una calle angosta y una avenida de tierra, circulan carros en doble vía

El polvo de una avenida de tierra y el alto tráfico de una calle angosta de doble vía, son los principales problemas que no dejan vivir tranquilos a los vecinos de la zona Bajo Huayrapata, en el sector suroeste de la ciudad.
No tiene nombre. “Esta avenida creo que tiene más de 20 nombres”, dice el vecino Mauricio Gréau; uno de ellos es Todos Santos, apunta.
La vía es ancha, de por lo menos unos 20 metros. A un costado está el campamento del Servicio Departamental de Caminos (SEDCAM); al otro, casas particulares, cuyos vecinos no se cansan de luchar con el polvo.
La plataforma es de tierra, pero el ripio la hace resistente al alto tráfico vehicular, aunque aquello no evita que los peatones tengan que perderse en nubes de polvo.
Los ojos son los primeros en irritarse y las manos se cansan de tanto fregar puertas y ventanas, pisos y paredes de las casas.
Los vecinos construyen sus viviendas. La mayoría son grandes edificaciones multifamiliares como últimamente se acostumbra en la ciudad. Sus propietarios quisieran tenerlas plenamente acabadas, pero no se puede. Pintar las fachadas se ha convertido en un reto difícil de superar, cuenta el vecino Carlos Aguilar
El polvo que levantan los motorizados es imposible de contener. “Mi hija llega de su trabajo y tiene que estar limpiando”, dice la señora Julia Salinas, que cuando salió de su casa para atender a este periódico, estaba limpiando.
Cuando la plataforma de la avenida está en buenas condiciones, los vehículos imprimen grandes velocidades y transitan en doble sentido. Y cuando lo hacen en horas pico, la nube de polvareda más que alarmante ya es irritante. Los vecinos están cansados de esa situación e incluso, en su afán de llevar a los coches por el centro de la vía, colocaron piedras pequeñas a los costados como si se tratara de un juego de niños. El recurso funciona, especialmente con aquellas casas que quedaron con un piso bajo el nivel de la calzada.
La solución parece que no llegará pronto, pues ni siquiera está dentro de Plan Operativo Anual de la Alcaldía de Sucre, aunque los vecinos aseguran que ya tienen un proyecto de pavimentado. Hasta que ello ocurra y mientras llueva, el barro es otra dificultad que los vecinos intentan evadir en su diario vivir. Lo que antes era una quebrada, ahora es un colector de aguas pluviales de varias calles.
A continuación, doblando la primera cuadra de subida hacia la mano izquierda está la calle Rafael Gómez. Al inicio está un letrero que dice prohibida la circulación de camiones, pero nadie hace caso. En la parte de arriba, en la intersección con la calle Serrano, también hay otro con similares características, pero nadie lo respeta.
Por esa vía angosta transitan en doble sentido camiones de alto tonelaje, volquetas cargadas de arena y piedra, y buses llenos de pasajeros. Los conductores de pequeños motorizados lo utilizan como vía de escape. El escape se produce en “masa” cuando el tráfico vehicular es en horario pico.
Cruzar de una acera a otra es misión imposible, dice la vecina Blanca Álvarez quien expresa su preocupación por las personas de la tercera edad y los niños. El colocado de un rompemuelle cerca de la intersección con la calle Serrano podría ser un paliativo, sugiere.
Sin embargo, la zozobra continuará si los carros de alto tonelaje continúan circulando por una plataforma que no tiene condiciones para resistir grandes pesos, advierte la vecina Verónica Peñaranda, quien recuerda que en una oportunidad se rompió una tubería por esa causa y que parte de la tubería de gas está en medio de la calzada.
Los vecinos
“Esta calle creo que tiene 20 nombres. Han rellenado la avenida y las casas quedaron con un piso bajo el nivel de la calle”.
Mauricio Gréau
“El problema que tenemos es de la polvareda que generalmente afecta a las casas y a las plantas".
Carlos Aguilar
“Uno limpia y vuelve a aparecer y hasta mis ojos me hace mal. Todo el tiempo estoy mal de mis ojos”.
Julia Salinas
“El problema es que en horas pico hay demasiada movilidad, es una calle de escape”.
Verónica Peñaranda