Mancomunidad "Tupac Katari", la línea entre lo rural y urbano
Muchos proyectos de mejoramiento se ven frenados por la falta de titularización

Las intensas lluvias de este año fueron, sin duda, beneficiosas para la actividad agrícola. De eso están seguros los vecinos de la Mancomunidad Tupac Katari, ubicada al noroeste de la ciudad, donde el progreso urbano lucha por abrirse paso entre una amplia meseta que en algún momento estaba considerada como una de las zonas de expansión de la ciudad.
Las lluvias, si bien trajeron cierta tranquilidad porque garantizan el abastecimiento de agua por los próximos meses, también fueron motivo de incomodidad para los habitantes de la zona debido a las obras de ampliación del pavimentado de la avenida principal, que permitirán al transporte público (por ahora solamente cubierto por la línea de micros "Q") ampliar sus servicios en un futuro cercano.
Allí, todavía se observan amplios espacios de plantaciones de maíz que en esta época pintan de verde un paisaje habitualmente árido en invierno. Muchos vecinos son todavía gente de campo que comienza a convivir, cada día con más cercanía, con los beneficios que ofrece el progreso de las ciudades, aún lento y dificultoso en muchos casos.
La Mancomunidad Tupac Katari agrupa a un total de 14 barrios que se fueron formando alrededor del antiguo camino a las comunidades de San Juan y Charcoma. Los barrios Mirador, Los Ángeles y Molle Mocko son algunos de los nombres de estas zonas periurbanas, las cuales surgieron como fruto de la permanente y caótica migración rural o también por la expansión de proyectos de vivienda más organizados y planificados.
Debido a estos factores, la falta de titularización de la propiedad sigue siendo un freno para la dotación de servicios básicos, y pese a que la Alcaldía está en plena construcción y ampliación de la vía principal, todavía hay muchos sectores que fueron loteados sin cumplir los requerimientos legales y técnicos exigidos para las urbanizaciones.
Este es el problema de una gran mayoría de las zonas urbanas de nueva creación en la ciudad. “Los propietarios vendieron a su antojo y no sanean sus terrenos”, se queja Carlos Cruz, secretario de Hacienda del barrio Los Ángeles, quien advierte sobre los perjuicios que la falta de registro de la propiedad está provocando entre el vecindario.
Actualmente se edifica la nueva escuela Rufo, la misma que acogerá a una importante cantidad de alumnos. La actual infraestructura es muy antigua e insuficiente para satisfacer la creciente demanda de plazas escolares. Por ello, muchos padres de familia optan por enviar a sus hijos a otros centros más próximos, como la escuela Domingo Savio en Aranjuez o inclusive otras unidades educativas del centro.
Entre los requerimientos del vecindario también se encuentra la construcción de un centro de abasto. Las amas de casa deben realizar un viaje de alrededor de cinco kilómetros hasta el Mercado Campesino para aprovisionarse.
El dirigente Carlos Cruz menciona que entre los anhelos más grandes y ambiciosos está la instalación de un centro de salud de tercer nivel. Aunque no existe todavía un proyecto, esta iniciativa está comenzando a ser discutida entre los dirigentes de la Mancomunidad. En la actualidad, el centro de salud zonal tiene muchas deficiencias y limitaciones y está provocando constantes reclamos del vecindario.
Sin embargo, la actualización de los títulos de propiedad y su aprobación legal por parte del Gobierno Municipal es la única vía para acceder a las asignaciones presupuestarias que permitirán mejorar sustancialmente la vida cotidiana de los habitantes de la Mancomunidad. Entretanto, los vecinos deberán continuar luchando contra las adversidades que plantea la falta de servicios y equipamiento urbanos.