Calle Ingavi, un problema para el barrio Urriolagoitia
Vecinos piden a las autoridades atención inmediata con el fin de evitar más accidentes
La construcción de rompemuelles o reductores de velocidad en la calle Ingavi o, en todo caso, el cambio de sentido del tránsito vehicular, es uno de los principales pedidos que los vecinos del barrio Huerto de Urriolagoitia hacen a las autoridades, dado que en los últimos años esta arteria se ha convertido en escenario frecuente de contaminación ambiental y accidentes de tránsito.
La calle Ingavi está ubicada a pocos metros de la planta cervecera Sureña, entre la avenida Circunvalación y la calle Mauro Núñez, perteneciente a la Mancomunidad Zonas Bajas del Distrito 3. Se caracteriza por ser una vía angosta y empinada, y servir de ingreso y salida al sector principal de la ciudad, para las zonas de Yurac Yurac, barrio Holanda, entre otras, lo cual produce un alto nivel de tráfico vehicular.
Hace aproximadamente dos meses, una triple colisión protagonizada por una volqueta debido a una mala maniobra de cambio de caja, dejó como resultado una mujer gravemente herida. El vehículo repentinamente dio marcha atrás y chocó primero contra un micro y luego fue a impactar a una vagoneta tipo taxi, por la exagerada pendiente de la calle.
Los vecinos, alarmados por la situación que cada fin de semana se repite desde hace un tiempo, mandaron varias cartas a Tráfico y Viabilidad para exigir rompemuelles o, en todo caso, el cambio de sentido de circulación vehicular de la vía: de bajada en vez de subida; lo mismo hicieron con Tránsito, con el propósito de lograr que no estacionen vehículos en el sector; pero hasta ahora no recibieron respuestas en ninguno de los casos.
“Día tras día hemos hecho los pedidos correspondientes, pero nunca hemos sido oídos, no sabemos cuál será el motivo, también se hizo la representación a Tránsito, tampoco nos dieron ninguna respuesta”, se queja Janeth Medrano, presidenta del barrio.
Menciona que ahora los accidentes ocurren casi todos los fines de semana, debido a que en el sector aumentó el tráfico vehicular esta gestión, por la construcción del distribuidor vial Tintamayu y también por un lavadero de autos en la zona.
CONTAMINACIÓN
Otro de los problemas que viven día a día los vecinos, en particular los de la calle Ingavi, es la contaminación ambiental, generada por los motorizados que transitan por el lugar, entre ellos, autos, taxis, camiones, volquetas, micros, etc.
Al llegar al inicio de la calle se observa hollín en las paredes de las casas, además de dos tiendas de barrio con puertas de vidrio bien cerradas y en medio un restaurante; allí es donde justamente está la parte más empinada de la subida, lo que genera que el motor del vehículo haga más esfuerzo, dejando nubes de humo negro, imposibilitando la respiración.
La propietaria de una de las tiendas, Ayde Charcas, comenta que “es el humo que dejan las movilidades". "En la mañana cuando los micros pasan, seguro que no están bien calientes todavía sus motores, dejan un humo que contamina toda la zona, llega a todos los cuartos, la contaminación es terrible”, se queja.
Agrega que por ese motivo se vieron obligados a colocar puertas de vidrio a sus tiendas y que aun así no es suficiente para bloquear el ingreso del hollín; por el mismo motivo también se deshizo de un mueble que utilizaba para vender carne de pollo.
Así el pedido del cambio de sentido de circulación vehicular de la calle Ingavi (de bajada en vez de subida), se hace más fuerte entre los vecinos de la zona.
OTROS PROBLEMAS
Al otro extremo del barrio, a la altura del surtidor Nayler, se encuentra una vía de tierra que conecta la avenida Circunvalación con el barrio Judicial, que puede ser usada como ruta alternativa a la calle Ingavi, pero se ha convertido en botadero de escombros y basura a escasos pasos de las viviendas.
A pocos metros existe un poteo semidestruido, que se encuentra así hace ya algún tiempo y no se sabe cuándo será refaccionado.
Por otro lado, los vecinos también señalan que ese sector carece de alumbrado público, situación que aprovechan varias personas para beber y hacer fechorías, generando inseguridad en el sector.
Por ahora los dirigentes esperan la respuesta de las autoridades, pero en un futuro cercano amenazan con asumir medidas de presión.