La festividad de Todos los Santos se celebró ayer con la visita de miles de chuquisaqueños a los camposantos de Sucre y el armado de altares en los hogares. Hoy es el Día de Difuntos para despedir a las almas con misas y coloridos k’anchacus.
Honrar a los difuntos es una tradición que pasa de generación en generación y al margen de cualquier crisis social no hay forma de evitarlo. Miles emprendieron un viaje a pie hasta el Primer Cementerio Patrimonial de Bolivia, pero la cantidad fue menor en comparación con otros años, pues muchos prefirieron dar la bienvenida a las almas en sus hogares.
El principal camposanto se abrió a primera hora cumpliendo las restricciones de control, especialmente en el tránsito vehicular. Para ingresar a la locación se habilitaron tres accesos.
En el sector patrimonial, la concentración de la población fue escasa, aunque desde lejos ya se oía a los rezadores con un Padre Nuestro en los labios, cuyos versos se repitieron incansablemente para las almas. “Que se reciba la oración”, decían al terminar.
Más al fondo, los caídos de la Batalla de Ayo Ayo y las almas olvidades fueron rememorados por un k’anchacu al pie del monumento erguido en su nombre, y unos metros más distantes, las víctimas de feminicidio eran recordadas entre mensajes de reflexión, fotografías y una voz que relataba cómo habían perdido la vida. Ambas mesas fueron ofrendadas por el Gobierno municipal.
A diferencia de las visitas en las demás reparticiones y cuarteles donde mayormente solo se dejaron flores y se limpiaron los nichos, cerca del mediodía en el tercer patio varias familias afanosas armaron altares en pequeñas mesas o en el suelo.
Fotografías de los difuntos, enormes t’anta wawas, variedad de masitas, panalas, flores, guirnaldas, velas y alguno que otro cóctel fueron ofrecidos por sus familiares, muchos vestidos de negro. Niños rezando a viva voz y cantos con guitarra fueron motivos para reunir a las generaciones.
Varias señoras y adultos mayores acudieron solos a dejar sus ramos, por lo que el apoyo de los “escaleritas”, trabajadores del cementerio, fue esencial.
Sin embargo, no todos los difuntos tuvieron la suerte de ser inmortalizados. Mientras las flores se ondeaban y le daban brillo a tumbas, osarios y nichos de algunos fallecidos, otros quedaron en el anonimato sin recuerdos ni oraciones y con una cruz casi a punto de desaparecer.
Para la fecha, el Mercado de las Flores se amplió con la comercialización de repostería de temporada, alimentos, adornos, veleros, jarrones y flores cosechadas para la época en los alrededores de Sucre y en distritos rurales. Las rosas y claveles fueron los preferidos.
En los panteones distritales como Lajastambo, Lechuguillas y Azari, la festividad de Todos los Santos se conmemoró con música, el armado de altares y rezos.
Hoy, Día de Difuntos, las familias abrirán las puertas de sus hogares para que la población rece por sus seres queridos y a cambio reciba un plato de mondongo y/o masitas y bebidas.
SERVICIO
La Dirección Municipal de Salud (Dimusa) instaló dos brigadas que atendieron pacientes con dolores de cabeza, insolación, calambres y leves daños como raspaduras.
Controles
El ingreso al Cementerio General todavía tendrá un estricto control hasta hoy según la Ordenanza Municipal 165/13. Que prohíbe principalmente la venta y/o expendio de bebidas alcohólicas en todos los cementerios, así como kermesses y verbenas en calles adyacentes de estos establecimientos. Ayer, ni la Policía ni la Guardia Municipal reportaron inconvenientes.
Para la venta de carne de cerdo, elemental para la preparación del mondongo, la Intendencia Municipal realizó controles en los mercados de la ciudad. De acuerdo con su reporte, las comerciantes cumplieron con las normas de manipulación, conservación y procedencia de la carne.
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