El paro cívico se refuerza con choferes y una huelga
Los movilizados optan por escribir mensajes de protesta en carteles y evitan pintarrajear espacios públicos de la ciudad
Un primer piquete de huelga de hambre, el bloqueo de los vehículos del transporte público y la instalación de una olla común reforzaron ayer las protestas en el decimotercer día de paro cívico en Sucre.
Micros, camiones, taxis e incluso vehículos de alto tonelaje bloquearon las calles reforzando los cortes de ruta realizados por los ciudadanos en las avenidas Juana Azurduy, 6 de Agosto, Marcelo Quiroga Santa Cruz y 2001, por citar algunas.
“Rechazamos las anormalidades que se ha visto en la Corte Electoral (…) Pedir a la población que nos colaboren y traten de no dañar nuestra herramienta de trabajo”, solicitó el ejecutivo del Sindicato de Micros San Cristóbal, Lucio Chumacero, al informar que el bloqueo es indefinido y que se encuentran cortados los cuatro accesos a la ciudad.
En el centro de la ciudad se vio a pocos micros interrumpiendo el paso, pero la población y los sectores movilizados instalaron barricadas con distintos objetos en la avenida Ostría Gutiérrez y alrededores del Mercado Campesino. Los comerciantes utilizaron su mercancía y vehículos particulares para bloquear, tampoco faltaron las pancartas y las banderas nacionales.
En otros sectores, camiones de empresas locales que se usan para repartir productos y prestar servicios también cortaron las rutas.
El senador oficialista Omar Aguilar denunció presuntas amenazas y multas al interior del transporte. También criticó la convocatoria de la Federación Departamental de Choferes.
Desde el sindicato San Cristóbal, el ejecutivo desmintió categóricamente esos señalamientos. “No estamos obligando a los afiliados, estamos al lado del pueblo en defensa de la democracia”, manifestó.
El presidente del Comité Impulsor del Desarrollo de las Provincias (Cidepro), Ambrosio Ilafaya, destacó los pronunciamientos de apoyo al paro que realizaron comités cívicos de distintos municipios.
El cerco a las instituciones judiciales, que usualmente inicia después de las 8:00, comenzó más temprano. Los manifestantes se apostaron en los tribunales Agroambiental, Constitucional, Supremo de Justicia y la Fiscalía General del Estado, sorprendiendo a los funcionarios que intentaban ingresar. Las entidades financieras del centro histórico también permanecieron cerradas.
Negocios particulares, que hasta el fin de semana funcionaron con normalidad, no abrieron ayer sus puertas y en algunos había mensajes alusivos a las protestas. Los supermercados atendieron con irregularidad.
En la calle Aniceto Arce, una mesa de ping pong sirvió tanto para bloquear como para distraer a los jóvenes. Otros aprovecharon para pasear en bicicleta, charlar con sus vecinos o sacar a pasear a sus hijos o mascotas. La música folclórica nacional y de protesta fue el común denominador en los parlantes de algunas de las tiendas abiertas.
Como otros dias los movilizados escribieron mensajes en papeles y los pegaron en postes, puertas y sobre los bloqueos en lugar de pintarrajear las paredes. “¡Bolivia te quiero libre!”, “¡Luchemos, luchemos unidos!” y “Por el futuro de nuestros niños” rezan algunos carteles.
Piquete de huelga
“Queremos seguir viviendo en democracia, esa es la mayor herencia que vamos a dejar a la gente que viene”, dijo el exdirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), Pastor Velásquez, al instalar el primer piquete de huelga de hambre en la plaza 25 de Mayo.
Velásquez indicó que asume la medida extrema contra las actitudes intimidantes del presidente Evo Morales y el ejecutivo de la Federación Única de Trabajadores de Pueblos Originarios de Chuquisaca (Futpoch), Francisco Rentería, que amenazaron con intervenir los bloqueos y dejar sin alimento a las ciudades.
Asimismo, llamó a otros dirigentes a asumir la extrema medida. “Que vengan, que se incorporen a esta medida pacífica”, llamó.
Una olla común
A media mañana en el frontis del Multicentro Céspedes, un grupo de ciudadanos con el apoyo de empresas privadas y autoridades locales instalaron una olla común para ofrecer más de 300 platos de ají de lenteja y refrescos a los ciudadanos movilizados.
“Muchas familias, muchos jóvenes nos hemos unido para esta causa, no es la primera vez, es la cuarta oportunidad que estamos suministrando alimentación a la ciudadanía para que sigamos de pie en esta lucha”, señaló el concejal Pablo Arízaga, al puntualizar que reparte los platos de 10:00 a 12:00, día por medio.