De bomberos en la Chiquitanía a viajeros en Sucre

Una quincena de bachilleres de Concepción (Santa Cruz), varios de ellos combatientes voluntarios de los incendios en la Chiquitanía, visitó la capital para conocer su riqueza arquitectónica, tras ese amargo episodio que marcó al país entre julio y octubre.

Debido a la magnitud del incendio en la Chiquitanía, el colegio Guadalupe Fe y Alegría se transformó en un centro de acopio y alimentación para quienes llegaban a esa región en pos de intentar aplacar el fuego.

Muchos estudiantes dejaron los libros, los cuadernos y los celulares para colaborar.

“Estábamos trabajando en la cocina hasta que llegó nuestro profesor. ‘Nosotros somos hombres, no podemos seguir de cocineros, no podemos quedarnos con los brazos cruzados’, nos dijo”, recuerda Daniel Antiare Parapaino.

Esa misma tarde, se incorporaron a una cuadrilla de bomberos voluntarios y se internaron al área de los incendios.

Daniel retornó pasada la medianoche a su hogar y tuvo que aceptar las llamadas de atención de su familia por enrolarse sin permiso. Tras explicar sus razones, consiguió la aprobación y colaboró por más de diez días en el sector de los incendios.

“Muy estresante”, así rememora Daniel esas jornadas, porque era frustrante ver huir a los animales y a otros ya calcinados.

“Cuando vas al monte, los jochis se ocultan, pero en este caso se te apegaban. Era triste ver esta situación, hasta los felinos más peligrosos a uno se le acercaban para sentirse a salvo”, dice y se muestra más esperanzado: “Ahora la Chiquitanía está mejor, está más verde, en el bosque ya se puede ir y respirar aire fresco”. 

DE VIAJE POR EL PAÍS

Los bachilleres de la Chiquitanía conocieron la capital como parte de su viaje de promoción que incluyó Potosí y el Salar de Uyuni.

Norma Sarzuri, profesora parte de la delegación, dijo que el viaje que emprendieron es una “bonita recompensa para ellos, porque tras los incendios, estar acá y conocer un poco más de la cultura los enriquece más”.

Por su parte, invitaron a conocer el Santuario de la Orquídeas, a donde afortunadamente no llegó el fuego.

Pobladores se mostraron afectuosos con los viajeros al enterarse de dónde venían.

Recompensa

Norma Sarzuri Profesora

"Es una bonita recompensa para ellos, porque tras los incendios, estar acá y conocer un poco más de la cultura los enriquece".