El vuelo de la paraba frente roja, detenido en el aire por el clima
Habita entre los árboles de janchicoco de El Palmar, el único lugar que atesora a esta pintoresca ave en Chuquisaca
El escarlata que adorna su frente y el arcoíris de las plumas de la paraba frente roja ya no colorean los cielos del Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) El Palmar. La caza y principalmente el cambio climático redujeron su población y la pusieron en peligro de extinción, en el único hogar en el mundo: Bolivia.
La paraba frente roja es un ave endémica de los valles interandinos del país, es decir que no existe en otro lugar del mundo en estado silvestre. Cumple una función ecológica que ayuda a mantener en equilibrio los ecosistemas de los bosques.
Los colores vivos de su plumaje resaltan del follaje y de los árboles janchicoco de El Palmar, pero cada vez menos.
“Antes se veían bandadas de 200 a 350 en época alta… Ahora, 100 a 150”, dicen los habitantes de El Palmar, ubicado a casi 150 kilómetros de Sucre, en el municipio de Presto, reflejando su reducción y el peligro de extinción en el que se encuentra. La reserva se constituye en su único hogar en Chuquisaca y se impulsa una cruzada para conservarla, aunque no resulte sencillo.
Pintoresca, carismática y sinigual, es esta ave también conocida como “Qaqa loro” o “burro loro”. Por ello es la tentación de cazadores que van reduciendo las parvadas, pero su principal enemigo es el cambio climático, que la va dejando sin posibilidades de vida y sin alimento ni cobijo.
Tienen su hogar en Potosí, Santa Cruz, Cochabamba y en Chuquisaca, solo en El Palmar, en los brazos de sus guardianes, unas grandiosas palmeras –también únicas en el mundo–que forman parte del ambiente paradisiaco que ofrece el área natural.
Este lugar, reconocido por sus palmeras y por constituirse en el hábitat del oso jucumari –otra especie en peligro–, es sobrevolado por decenas de parabas, aunque las cifras se reducen con el paso de los años.
Encendidas las alarmas, el ANMI El Palmar se trazó un plan para trabajar precisamente en estos “tres recursos emblemáticos del área”: la palmera, el oso jucumari y la paraba frente roja.
“Son referentes de nuestra área protegida y el tema de la preservación y conservación es la misión del Sernap (Servicio Nacional de Áreas Protegidas), en este caso, abocada a que estas especies permanezcan para las futuras generaciones”, destacó a CORREO DEL SUR el director del área El Palmar, Miguel Sardán.
Bajo esa premisa, están en marcha las gestiones para conseguir los recursos económicos necesarios para mejorar las condiciones de vida de estas especies; por ello, autoridades de los departamentos que albergan a las parabas frente roja elaborarán, el 3 de marzo, la hoja de ruta en busca de preservar la especie que no existe en otro lugar que no sea Bolivia.
“Vamos a definir a través de un diagnóstico, un plan y un proyecto que va a tratar el apoyo tanto económico como de fortalecimiento del ave, a través de mejoramiento y diversas técnicas para que esta ave permanezca en nuestra área”, adelantó Sardán.
¿Qué necesita? Principalmente y ante las adversidades del clima, alimento.
“El alimento, en cierta manera, ha disminuido, el cambio climático ha afectado a las cosechas. El maíz es parte de la dieta de la paraba”, comentó el titular de El Palmar.
Según la cartilla “Conociendo a la paraba frente roja”, elaborado por la Universidad Andina Simón Bolívar, estas aves consumen maíz y maní, porque los alimentos que comían “hace muchos años”, frutos y semillas de plantas silvestres como el algarrobo o “tjako”, mara, soto y molle, ya no se encuentran fácilmente.
Características
Miden hasta 60 centímetros de altura y tienen un peso que oscila entre 525 y 550 gramos. Son de color verde encendido. Su característica principal es la frente roja-naranja que llega hasta la corona.
Comercio ilegal
Sus pichones se venden hasta en 100 dólares y adultas, en más de 250 dólares.
El ave que equilibra el ecosistema
La paraba frente roja es un ave endémica de los valles interandinos de Bolivia, es decir solo vive en el país y no existe en otro lugar del mundo en estado silvestre.
Fue catalogada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie “en peligro”. El Libro Rojo de Bolivia considera esta especie “en peligro crítico” y estima una población de 800 individuos.
Su hábitat está caracterizado por bosques secos y por una vegetación xerofítica y matorrales espinosos con muchos cactus, entre los 1.100 y 2.500 msnm.
Se reproducen en huecos de peñas donde anidan y colocan entre 2 a 3 huevos. Los pichones nacen como máximo tres por temporada y la época de reproducción comienza en diciembre y termina en mayo. Existen reportes que también tienen sus nidos en las palmeras de janchicoco.
Cumplen una función ecológica que ayuda a mantener en equilibrio los ecosistemas de los bosques.
Son un “medio de transporte” natural de semillas de diferentes especies de plantas, con lo que aseguran su propagación a través del bosque.
Fuente: Cartilla “Conociendo a la paraba frente roja” elaborada por el área ambiental de la Universidad Andina Simón Bolívar, con el apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones del PNUD.