“Sucre puede convertirse en centro de referencia de atención del cáncer”
Enfrentamos al más poderoso candidato que haya tenido cualquier elección en la historia de Bolivia.
¿Cuán diferente es para usted esta campaña no teniendo a Evo Morales enfrente sino a Luis Arce? Y, ¿qué opina de la idea de que la atomización del voto antiMAS puede llegar a beneficiar a ese partido?
Primero, la pregunta referida a que ya no está Evo Morales es parte de la respuesta que ratifica y confirma nuestro éxito electoral. Enfrentamos al más poderoso candidato que haya tenido cualquier elección en la historia de Bolivia, ya no solamente del periodo democrático. El poder que tenía el presidente Evo Morales era total, por el control discrecional de los poderes de Estado, por lo que representó inicialmente como símbolo político. En consecuencia, quiero subrayar que nuestra candidatura derrotó democráticamente a Evo Morales, le obligó a hacer un fraude gigantesco como prueba de nuestro éxito.
Nosotros entendemos que se trata de una elección distinta, una elección diferente en la que no está Morales, donde hay un candidato llamado Luis Arce y donde hay otras nuevas candidaturas en un proceso electoral que cambia. Pero sí creemos que si hemos sido capaces de lograr una epopeya electoral de un año de duración, tenemos la consistencia, tenemos una propuesta que ha sido ajustada, pero que esencialmente no ha cambiado, referida a qué país queremos tener y creemos ser; además, la candidatura de la reconciliación y el reencuentro.
Sobre la segunda parte de la pregunta, la posible dispersión del voto. Quiero recordar que el año 2019 tuvimos nueve candidaturas y que, sobre todo en el periodo mayo, junio, julio, agosto, todos los agoreros, todos los analistas, casi sin excepción, decían: “la candidatura de Carlos Mesa se cae”, “está en caída libre”, “no está llevando adelante una campaña adecuada”, “no va a poder ganar”, y el resultado fue la concentración del voto. Que por supuesto es una concentración de voto que combina el voto favorable, porque cree en tu propuesta y el voto castigo al candidato que en este caso era Evo Morales, que representaba el oficialismo. Eso ocurre aquí y en cualquier parte del mundo. Estamos convencidos de que las otras candidaturas plantean posiciones distintas y potencialmente de dispersión de voto, pero estamos convencidos de que volveremos a concentrar el voto, porque representamos la coherencia, el sentido de Estado, la reconciliación y el reencuentro de los bolivianos.
Mirando en retrospectiva, ¿qué no volvería a hacer o qué haría que le ha enseñado la crisis de octubre?
Lo que estamos haciendo es la respuesta a lo que fue la crisis más que la de octubre, porque en ese contexto nuestra posición fue más que clara de defensa de los derechos humanos y separarnos del presidente Sánchez de Lozada. Pero la experiencia más importante, para mí, fue la experiencia presidencial. Un desarrollo de una presidencia que tuvo una serie de objetivos, uno de los cuales pude cumplir: los económicos, que la gente se olvida rápidamente, nosotros redujimos el déficit fiscal del 8,1 al 2,3%, duplicamos las exportaciones, generamos un crecimiento de las reservas del Banco Central y establecimos un crecimiento del Producto Interno Bruto, que estaba menos del 2%, al 3,5%. Pero a lo que tú me preguntas, vacío de poder político y carencia de poder político, yo no tenía representación congresal, yo no tenía un presidente independiente con un gabinete independiente y, por lo tanto, estábamos de alguna manera colgados en el espacio referido al respaldo popular de las encuestas. Eso sirve mucho para la simpatía de la gente, pero no puedes efectuar y llevar a delante tus proyectos.
En ese contexto, lo que nosotros estamos haciendo es la construcción de proyecto político llamado Alianza Comunidad Ciudadana, de un proyecto político con un programa de gobierno. La votación que ya hemos recibido de más de 2,3 millones de votos, que te da legitimidad, poder político y estructura de conexión con sectores sociales organizados.
Y en esta última crisis, ¿no le faltó nada por hacer como líder político?
En qué sentido de la pregunta.
Mayor protagonismo. Hubo gente que observó eso, no solo en su caso sino en el de varios líderes políticos durante la crisis de octubre.
Consideramos que la crisis de octubre y noviembre tenía una razón de ser, primero: la primera persona que hizo una acción pública de desconocimiento electoral fue Carlos Mesa cuando desconoció las elecciones después de conocer el informe preliminar de la Organización de Estados Americanos; segundo, en ese mismo momento llamé a la movilización social pacífica y democrática. El primer líder político que llamó a una movilización fue Carlos Mesa. Inmediatamente después estructuramos la Coordinadora por la Democracia que incorporó partidos políticos, Conade, Derechos Humanos y Comités Cívicos. Luego, algunas de esas organizaciones decidieron separarse de nuestra propuesta y llevaron a un camino determinado que todos conocen.
Luego, CC, sobre todos nuestros jóvenes participaron activamente en todo el país en las movilizaciones de los 21 días de lo que hoy conocemos como el movimiento de las pititas. En lo personal, y queda constancia inequívoca, estuvimos en cabildos, en manifestaciones, en concentraciones desde la más grande que vivió la ciudad de La Paz en la Zona Sur, delante del campo ferial donde di unas palabras muy comprometidas con el proceso. Estuvimos con Gustavo Pedraza en las diferentes reuniones de las rotondas en Santa Cruz, llegué el 23 o 24 de octubre a realizar un circuito por diferentes lugares de Santa Cruz.
La diferencia de nuestra participación tiene dos componentes: el componente que había un bien mayor; primero reclamamos la segunda vuelta, que había una causa mayor de defensa de la democracia y la confrontación con un presidente autoritario, y entendimos que no teníamos que hacer un protagonismo partidario sino sumarnos a la movilización social del país. Nuestro estilo ha sido de prudencia y equilibrio, no buscábamos el “aquí estoy”, buscábamos “aquí estoy con ustedes”.
El sur del país le dio un respaldo importante; de hecho, ganó en Chuquisaca. De su programa, díganos tres propuestas o una de las que usted quiera escoger que apunten a terminar con el retraso del sur.
Cuando hablas del sur hablamos casi siempre de tres departamentos: Chuquisaca, Tarija y Potosí, pero en el caso particular de Chuquisaca lo primero tiene que ver con la salud. Tenemos un proyecto nacional vinculado a la salud, un proyecto con el que apuntamos a dos cosas: el tratamiento del cáncer, por lo que significa como enfermedad, como la segunda más importante después de las cardiovasculares si descontamos las infecciosas, y el costo de la enfermedad. El segundo tema: la gestión de salud. Allí tenemos que aplicar algo para Chuquisaca que tiene gran importancia: existe un centro de investigación tradicional sobre cáncer desde hace muchos años, que tiene incluso una bomba de cobalto, y tenemos un mecanismo de infraestructura de confrontación de cáncer de un oncológico, pero no tenemos ni equipamiento ni equipos como, por ejemplo, un acelerador lineal, o como sistema de aislamiento para tratamientos de quimioterapias. Creemos que Sucre puede convertirse, por la tradición que fue interrumpida, en un centro de referencia; es decir, fortalecer la infraestructura de un hospital oncológico, equiparlo adecuadamente y convertirlo en un centro de referencia del sur del país. Ese es un punto.
En el tema del agua, creemos que el Proyecto Sucre III tiene que terminar. Hemos quedado en un camino interrumpido. Yo tuve la oportunidad, como presidente, de inaugurar el tratamiento de aguas residuales y fue un compromiso mío que ya tuve con la Capital de la República. Recuerdo la inauguración que hicimos de esa planta de tratamiento, y lo que tenemos que hacer ahora es garantizar la provisión de agua, que solo llega al 70% aproximadamente de la Capital de la República, y ahí tenemos que complementar con llevar adelante el financiamiento del proyecto de conexión de agua. Pero sobre todo, establecer que hay un acuerdo con los terrenos en una comunidad que está en el departamento de Potosí para poder terminar el acuerdo con la comunidad, construyendo las viviendas que son necesarias que ellos han pedido y financiando el proyecto de una presa que permita esa alimentación.
El componente de la religión en la campaña política. El candidato Chi lo introdujo y obtuvo una votación expectable. Pero ahora hay otros candidatos que introducen el tema de la religión como Camacho y Áñez. ¿Usted profesa alguna religión?
Yo soy católico y he sido educado en un colegio jesuita, por lo tanto, estoy en la profesión de fe católica.
Usted tiene su posición, como todos los candidatos, pero los tres mencionados colocan este tema en un punto alto de su campaña. ¿Usted no lo hace porque se adhiere a la letra de la Constitución Política del Estado que dice que en Bolivia hay Estado laico?
No me adhiero, cumplo la Constitución. Me parece que es un extraordinario salto positivo, ha sigo un salto positivo en la Constitución de 2009 la separación de Iglesia y Estado. Bolivia no es confesional y eso no quiere decir, como pretenden o interpretan algunos, que el Estado se ha vuelto ateo o antirreligioso o arreligioso, en absoluto. Por el contrario, esa definición de la Constitución garantiza el más profundo respeto a la diversidad espiritual y a las diferentes creencias católicas, evangélicas, carismáticas, musulmanas, judías o cualquier otra. Esta es una cuestión de un salto positivo que tiene que ser respetado. Yo respeto profundamente la fe religiosa de mis compatriotas, respeto su opción religiosa y, por supuesto, respeto a los evangélicos igual que a los católicos. Y creo que toda persona, y esto es lo que la Constitución garantiza, tiene derecho a profesar su fe haciendo los cultos, yendo a una misa o yendo a un culto religioso o a un culto evangélico, pero separado del Estado. Mi lógica es: esa separación es saludable para que no mezclemos una cosa con la otra.