Todavía no se puede confirmar el “mar de gas” pese a avances

Si bien todavía no se puede asegurar que Chuquisaca está encima de un “mar de gas” como pregonaba el gobierno de Evo Morales, las reservas del departamento pueden crecer con los proyectos incluidos en el acuerdo marco de desarrollo hidrocarburífero que reactivó la administración de Jeanine Áñez. 

El año pasado, durante la etapa de campaña política rumbo a las elecciones del 20 de octubre, el entonces ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, sotuvo que debajo de Chuquisaca existe un “mar de gas” e incluso dijo que por las reservas estimadas, el país había pasado de la época dorada a la de platino, por las inversiones comprometidas hasta 2025. 

Entre estas promesas estaba el acuerdo marco para el desarrollo hidrocarburífero que el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) firmó con autoridades departamentales en julio de 2018, tras los conflictos por el megacampo Incahuasi.

“Se garantizarán inversiones hidrocarburíferas en el departamento de Chuquisaca por un total de 2.514 millones de dólares”, reza la parte principal del documento, que además detalla que de este monto se destinará $us 1.290 millones para el periodo 2018-2021 en las áreas Aguaragüe Norte, Azero, Caipipendi, Huacareta, Itacaray, Iñau, Ingre, Saucemayu y otras. 

Los $us 1.224 millones restantes –según el acuerdo– serán invertidos de forma “progresiva” en las fases de exploración y desarrollo del campo Vitiacua, a partir del contrato de servicios petroleros entre Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Gazprom de Rusia. 

PROYECTOS

Tras la firma del acuerdo, la exploración en tres pozos registró avances y hasta junio se conocerán los resultados. 

La perforación del pozo exploratorio Sipotindi X-1 es la que tiene un mayor avance, aunque los trabajos se extendieron porque todavía no se encontraron las reservas de gas, tras alcanzar los 5.600 metros de profundidad que estaban previstos inicialmente, por lo que se perforarán 200 metros más en busca del objetivo. 

Sipotindi X-1, ubicado en el municipio de Macharetí, forma parte del área Aguaragüe Norte, citada en el acuerdo macro y que es compartida entre Chuquisaca y Santa Cruz. 

El objetivo de la perforación son los niveles naturalmente fracturados de las formaciones Huamampampa, Icla y Santa Rosa. Las labores comenzaron en agosto de 2018.

La inversión estimada para este trabajo es de $us 62,5 millones. Sipotindi X-1 permitirá evaluar el potencial hidrocarburífero de Aguaragüe Norte, en el que se estima recursos recuperables de 0.33 Trillones de Pies Cúbicos (TCF's) de gas natural.

Las labores de exploración en Ñancahuazú X-1 también continúan y podrían alcanzar su objetivo en mayo; mientras que un mes después, está prevista la conclusión de la perforación en Boicobo Sur, para el que se tiene prevista una inversión total de $us 75 millones. 

En Ñancahuazú X-1 del bloque Azero, la empresa Total E&P Bolivie alcanzó una profundidad de 3.400 metros de los 5.200 metros previstos, según reportó la Gobernación a finales de enero, tras un inspección. 

Las operaciones en Boicobo Sur, en tanto, comenzaron en octubre de 2019 a cargo de Repsol y se cuenta con una inversión programada de $us 75,4 millones 

¿MAR DE GAS? 

Entonces, ¿con estas proyecciones se puede reforzar la tesis del “mar de gas” debajo de Chuquisaca? El Gobierno prefiere ser cauto pero sí tiene la convicción de desarrollar el potencial de Chuquisaca, tal como se hizo en años anteriores en Tarija y Santa Cruz. 

“A estas alturas, hablar de mar de gas suena especulativo y hay que dar seguridad, lo cierto es que el potencial hidrocarburífero de Chuquisaca está empezando a desarrollar porque se ha desarrollado mucho Tarija y se han desarrollado algunas zonas en Santa Cruz. En Chuquisaca se está empezando a desarrollar el potencial hidrocarburífero y no hay manera que podamos estar peor que antes”, comentó el viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos, Antonio Pino.  

Agregó que la tendencia en Chuquisaca es “mejorar las reservas”, y por ende, sus efectos en el incremento de regalías, entre otros beneficios; sin embargo, pidió paciencia porque en el “sector hidrocarburífero se demora mucho desarrollar”. 

“Vamos a tener mayor protagonismo en el sector, una nueva realidad de Chuquisaca”, vaticinó Pino.  

Consultado sobre si se puede cumplir el acuerdo marco para el desarrollo hidrocarburífero en Chuquisaca en el tiempo determinado, es decir, antes de 2021, indicó que todo depende de los resultados de los proyectos encaminados para los próximos meses. 

“Las promesas que hizo el anterior Gobierno solo eran promesas porque viabilizar la inversión, asegurar la inversión, es otro cuento, y es un cuento mucho más complicado”, concluyó.  

Avances

1. La perforación del pozo exploratorio Sipotindi X-1 se encuentra a 5.600 metros, pero avanzará unos 200 metros porque todavía no se encontraron las reservas de gas.

2. En Ñancahuazú X-1 se podría lograr el objetivo en mayo. Hasta enero se alcanzó una profundidad de 3.400 metros de los 5.200 metros previstos.

3. Las operaciones en Boicobo Sur comenzaron en octubre de 2019 y su conclusión está programada para junio de este año.

Lo que se viene

Durante el primer semestre de este año, está programado el inicio de las perforaciones en los pozos Margarita X-10001 e Itacaray X-1. Actualmente se ejecutan obras civiles. 

En los próximos meses, otros tres proyectos de exploración

Durante el primer semestre de este año, está programado el inicio de las perforaciones en los pozos Margarita X-10001 del área Caipipendi e Itacaray X-1 del área Itacaray. El primero, en mayo; en tanto que el segundo, en junio. Actualmente se ejecutan obras civiles. 

“Son proyectos importantes para el departamento, una inversión de 650 millones de dólares, en 3 años se podría igualar el 70% de la inversión que existió durante el periodo 2007-2019”, explicó el viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos, Antonio Pino. 

Aunque la espera será más larga, está en planes la exploración del pozo Yapucaiti X-1 y del campo Vitiacua, que podrían arrancar los primeros meses de 2021 y durante el primer semestre de 2022, respectivamente. Para el primero, en mayo de 2019, se firmó un contrato con Shell Bolivia Corporation para una inversión de $us 120 millones. 

Otra de las áreas que figura en el acuerdo es la de Carandaití, para la cual YPFB suscribió un acta de intenciones para la suscripción del contrato con YPFB Chaco, en pos de una inversión de 160 millones de dólares, con lo que se pretende ratificar el potencial de 0,5 TCF de gas natural y 4,5 millones de barriles de hidrocarburos líquidos del área.

Miraflores y polémica por "fracking"

Así como Vitiacua, el área Miraflores tampoco está citada explícitamente en el acuerdo marco; sin embargo, este proyecto será reactivado por YPFB, según adelantó su presidente Herland Soliz, hace unos días. 

El anuncio generó reclamos de ambientalistas, debido a que en caso de que la exploración sea exitosa, se aplicará el método “fracking” para la explotación, una técnica cuestionada por su impacto medioambiental. Se estima que existe una reserva de 400 trillones de pies cúbicos (TCFs). 

Se trata de una perforación vertical de cuatro o cinco kilómetros, que introduce agua mezclada con productos químicos para fracturar el sustrato rocoso, filtrándose el combustible hacia el conducto. Cuestionan que este método puede causar daños ambientales.