Arzobispo pide despojarse del "dios poder" que arrastra a la corrupción
En su homilía, monseñor Jesús Juárez destacó el trabajo del personal de limpieza y otros sectores
En la homilía del Te Deum de conmemoración de los 211 años del Primer Grito Libertario en América Latina, acaecido en Sucre un 25 de Mayo de 1809, el administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Sucre, monseñor Jesús Juárez, pidió despojarse del “dios poder” que arrastra a la corrupción, al tráfico de influencias, los feminicidios y otro tipo de pecados que alejan del Dios verdadero.
En una catedral Metropolitana casi vacía, con algunos sacerdotes celebrantes y la presencia de autoridades locales y departamentales se realizó el Te Deum por el aniversario de Chuquisaca
Invitó a los chuquisaqueños a mirar con optimismo el futuro de la Iglesia y del departamento, siguiendo las palabras de Jesús.
“Y tú, Sucre, tierra fértil, donde se proclamó la libertad y la justicia de los pueblos, tu reto, como sede del Poder Judicial, es hacer que la justicia sea independiente, creíble y confiable”, sostuvo.
El prelado pidió orar por los “héroes de hoy”; médicos, policías, militares, periodistas, empleados de la banca y personal de limpieza que pone en riesgo su vida para prevenir que la gente sea víctima del flagelo del coronavirus.
“A ellos nuestra administración y apoyo junto con nuestras oraciones para que el Señor Resucitado, que venció a la muerte, les acompañe en sus esfuerzos y dedicación para salvar las vidas”, señaló.
SEMILLAS LIBERTARIAS
Haciendo referencia a la parábola del sembrador en el Evangelio, Juárez dijo que la conmemoración de los 211 aniversario de la Gesta Libertaria, debe cuestionarnos si las semillas de los ideales de los precursores de la libertad que ofrendaron sus vidas, la soberanía, la justicia, el progreso, la felicidad y la unidad, cayeron en buena tierra para dar buenos frutos.
O si cayeron en el camino árido de la mezquindad, sin sentido de patria, la defensa de la democracia y la defensa de los derechos humanos. O en un terreno pedregoso con poca tierra, de los cobardes y mediocres, de los que son tibios y no dan la cara, aquellos que destilan frustración y desesperanza.
Otras semillas que cayeron en buena tierra y produjeron buena cosecha, de las personas honradas que creen que pueden transformar estructuras de pecado y en las que Jesús podrá sembrar semillas del Reino de Dios.