Oscar, canillita apasionado por la comunicación: Mi sueño es ser magíster en medios digitales”
Hoy se realizan dos kermeses solidarias en Sucre para recaudar fondos y colaborar con él
El golpe fue tan fuerte que apareció dos metros lejos de la pared. “Sentí que me chorreaba sangre dentro de mi cabeza y de repente el calor comenzó a recorrer por todo mi cuerpo y me quedé sin aire por unos 20 segundos, y luego comencé a gritar”.
Minutos antes, Oscar ya había entregado más de la mitad de los 500 periódicos CORREO DEL SUR que suele distribuir los domingos. La casa de una clienta, cerca del coliseo de la zona de Cobolde, era su próxima parada. Cuando se disponía a descender una calle empinada, se reventaron los frenos de su bicicleta y en milésimas de segundos tomó la decisión sumamente riesgosa de impactar contra el muro más cercano.
“Dije: ‘ahí tengo que chocar, si no a cualquier otro lado muero’”, confiesa desde la cama, en su casa, donde se recupera desde el martes pasado. Le sugirieron que permanecer en el hospital conlleva el riesgo de contagiarse de coronavirus…
SU HOSPITALIZACIÓN
Aquel fatídico domingo 3 de enero fue interminable para Oscar Cardozo, el canillita de 26 años. A lugar del accidente llegaron los bomberos y lo auxiliaron para llevarlo al hospital Universitario, donde le hicieron los primeros exámenes y más tarde se gestionó un espacio en el hospital Santa Bárbara.
Dos costillas fisuradas, la muñeca fracturada, varios hematomas, coágulos en la cabeza y la mandíbula desviada fueron los primeros resultados que arrojaron los estudios.
Por ahora, la muñeca derecha está enyesada a la espera de que pasen dos meses para ver su evolución. “Los médicos no quisieron operarme por temor a la enfermedad base que tengo: osteomielitis, que dicen que se puede reactivar en cualquier etapa de la vida, yo la tuve hasta mis 11 años”, recuerda Oscar.
La osteomielitis es una infección súbita o de larga data del hueso o médula ósea normalmente causada por una bacteria piógena o micobacteria y hongos.
Otra de las dudas que todavía queda por resolver es el problema de su mandíbula, que sufrió un desplazamiento mayor al que arrastraba con anterioridad. “Ya estaba desviada, pero con el golpe está peor. No puedo masticar bien y me duele”, revela.
Dos médicos especialistas dieron opiniones diferentes: uno recomienda colocarle una prótesis, que lamentablemente no existe en Bolivia y su importación demandaría mucho dinero; el otro sostiene que la prótesis no es necesaria y que los dolores desaparecerán con reposo y tratamiento médico.
“Voy a buscar una tercera opinión”, anticipa Oscar.
SU RECUPERACIÓN
Desde el día del accidente, Oscar recibe apoyo de su familia y amistades. La Dirección y la Administración del Diario de la Capital tampoco se descuidaron. Las gestiones para que sea trasladado al Santa Bárbara fueron casi inmediatas.
La comunicación con sus familiares es constante y todos están pendientes de cualquier emergencia o necesidad de apoyo que se presentase en adelante.
SU PASIÓN POR EL PERIÓDICO
Oscar aguarda con ansias su pronta recuperación. En las próximas semanas concluirá sus estudios en la carrera de Comunicación Social; cursa el cuarto año. No obstante, su pasión por vender periódicos es su otra preocupación. Desde hace casi siete años dedica gran parte de su vida a esta actividad que le ha permitido independizarse económicamente y cubrir los gastos de sus estudios.
“Mi amigo Freddy me invitó a vender periódicos; al comienzo, yo veía con desprecio a los canillitas, pero luego me llamó la atención y acepté. Mi primer día domingo me fue bien, pero al día siguiente no. Entonces, me puse a analizar por qué. Ahí comenzamos con mi amigo a leer las noticias y comenzamos a vender con estrategia de marketing, y así cada domingo aumentaban nuestros clientes”, recuerda emocionado.
Se puso metas altas, como superar la venta de los canillitas más antiguos; alguna vez vendió 530 periódicos junto con su amigo Freddy. Fue tanta su motivación que llegaban a las oficinas del periódico una hora antes que el responsable de distribución, y mientras esperaban, leían libros de superación; por ejemplo, a Robin S. Sharma.
También aprendió que la presentación es importante, por eso sugería a sus amigos que para vender periódicos hay que vestirse con la mejor ropa, y eso, según su propia experiencia, influyó en la mejora de sus ventas.
UNA GRAN DECEPCIÓN
Tras salir bachiller en el colegio nocturno Manuel Asencio Padilla, Oscar decidió postularse a la carrera de Economía, persiguiendo su primer sueño: ser empresario. Creyó que aprobaría y se presentó al examen sin hacer preuniversitarios, pero se llevó una gran sorpresa: no pudo responder a ninguna pregunta.
“Me di cuenta de que no sabía nada. Me afectó tanto que algunos maestros de colegio me ayudarán por mi osteomielitis, ya que por mi enfermedad a veces no podía ir a clases. Ese año me dediqué a vender pijamas y otros productos; me junté con unos amigos peruanos, viajamos a Argentina y Chile, pero ellos eran mayores y me di cuenta de que no estaba haciendo lo correcto y volví a Sucre para volver a postularme”, reflexiona.
LA MOTIVACIÓN
En ese ínterin ya vendía periódicos, pero no estaba seguro de qué estudiar. Sus amistades le sugerían de todo, hasta que alguien le dijo: “eres hablador”.
Él creía que Comunicación Social era una carrera para mujeres; sin embargo, dejó atrás los prejuicios, se preparó y aprobó el examen. Ahora confiesa que, hasta el primer día de clases, todavía dudaba de haber elegido correctamente. Pero recuerda que la primera clase de periodismo le cambió su totalmente perspectiva.
“El licenciado Willy Padilla nos hizo copiar unas hojas de Luis Ramiro Beltrán, yo dije: ‘si esta primera lectura no me convence, me voy de esta carrera’ (era la famosa “Carta a los estudiantes de comunicación de Bolivia”, del ya fallecido comunicólogo). Esa misiva hablaba de la pasión por la comunicación; me impactó y desde ese día dije: ‘esta es mi carrera y me quedo’. Poco a poco me fui enamorando de mi carrera”.
EN BUSCA DE SUS SUEÑOS
“Mi sueño es ser magíster en medio digitales; actualmente hay mucha manipulación a través de los medios digitales. Quiero aprender programación y neurolingüística, quiero seguir estudiando, de magíster o estudiar doctorado”, dice Oscar.
En ese sentido, este año será importante para él porque está por dar un primer fundamental: buscar la modalidad de su titulación como licenciado.