La maestra “semipresencial” que dicta clases al aire libre para nivelar el aprendizaje de sus alumnos
Tiene 62 años y se reúne con sus alumnos, por grupos, en la puerta de su unidad educativa
"Lo único que yo quiero es que mis niños aprendan y no se queden atrás, porque en su mayoría son de escasos recursos económicos”. Son las palabras de una maestra de 62 años que se da modos para encontrarse con sus alumnos de segundo grado; ante la imposibilidad de acceder a un aula de la unidad educativa ubicada en el Distrito 2 de Sucre, dicta clases presenciales en la calle.
Según cuenta a CORREO DEL SUR esta profesora –que pidió mantener su nombre en reserva por temor a sanciones de autoridades educativas–, la idea se le ocurrió hace algunas semanas al notar un claro retraso en el aprendizaje de sus estudiantes debido a que el año pasado en su mayoría se fueron al campo tras la suspensión de las clases.
“Luego de que el año pasado se dio la suspensión de clases por el Gobierno, varios estudiantes y familias se fueron al campo por lo que se retrasaron en el aprendizaje porque no pudimos tener contacto con los niños. No puedo empezar a darles clases de segundo grado si no aprendieron casi nada en primero”, reflexiona.
Pero también hay otros factores que la llevaron a tomar la decisión de encontrarse con sus alumnos; uno de ellos, la motricidad de aprendizaje que estos presentan por la edad y el impedimento que sufren los padres al no poder guiar y ayudar a sus hijos porque varios no saben leer ni escribir y carecen de habilidades de enseñanza.
Así, entonces, empezó a dictar clases en la calle. “Antes de iniciar con esta actividad solicité un aula a la directora de la unidad educativa, misma que fue negada asegurando que no tienen autorización desde la Dirección Distrital de Sucre”, revela.
La maestra llega al lugar acordado tres días a la semana: martes, miércoles y jueves, y allí enseña a sus alumnos uno por uno. Ellos, conforme van llegando, forman una fila de espera acompañados de sus padres. ¿Por qué no los lunes y viernes? Porque en esos dos días, las labores educativas son de manera virtual.
POR GRUPOS
Como tiene 30 alumnos en el curso, en coordinación con los padres de familia decidieron conformar tres grupos, cada uno de diez estudiantes, con el fin de evitar las aglomeraciones. Así, además, ella tiene el tiempo suficiente para atender a todos.
Las clases comienzan a las 14:00 y se extienden entre dos y tres horas. Al momento de explicar al niño o niña, la educadora aprovecha para guiar a la madre o el padre sobre cómo debe apoyar en el aprendizaje de sus hijos según el avance de materia.
“En el momento de enseñar al niño aprovecho también para guiar a los padres y les digo que se paren al lado de sus hijos y vean lo que estoy haciendo, la forma cómo tienen que enseñar a sus hijos, porque algunos dicen que ya les han enseñado, pero no pueden. Les explico también que tienen que tener paciencia para que les enseñen, porque son de un contexto donde si el niño no puede, lo castigan”.
Cuando se le pregunta si las clases virtuales son o no eficientes, responde que “sí son productivas pero en este caso, que son niños de segundo año y en el contexto que se encuentran, es necesario el apoyo de forma presencial de la maestra”.
También manifiesta que continuará dando clases en la calle, pese a que las inclemencias del tiempo podrían representar una dificultad. Evalúa la posibilidad de ir a un ambiente que ofreció un padre de familia.
“Yo voy a seguir, tengo que seguir, los padres de familia me lo han pedido; ellos están de acuerdo. Tengo 62 años, ya me voy a jubilar, es el último esfuerzo que hago por mis niños”.
Confiesa que le teme a un probable contagio de covid-19, pero lo supera con el deber y el cariño que tiene por los niños. Además, aplican las medidas de bioseguridad: padres y niños asisten con barbijos y alcohol en gel, como lo hace la maestra.
JUNTA DE PADRES
El coordinador de la Junta de Padres de Familia de Sucre, Jimmy Choque, dice que la mayoría de las unidades educativas cumple los requisitos para abrir sus puertas ante la necesidad de volver a las aulas, sobre todo, en el área periurbana, y que el principal impedimento es la dejadez de las autoridades educativas del municipio.
Él lo adjudica a que pronto dejarán su cargo. “No existe la voluntad de dar salida a esta situación, que preocupa a los padres de familia”, asevera. No obstente sostiene que al menos 15 unidades educativas ya están pasando clases semipresenciales, principalmente, en el Distrito 3.
La Junta de Padres de Familia de Sucre vuelve a amenazar con movilizaciones. Incluso maneja la posibilidad de pedir que los maestros que no pasen clases, no cobren, y de contratar a otros que sí estén dispuestos a asistir a las aulas.
“Se está viendo la posibilidad de solicitar que los profesores que no quieran pasar clases, no cobren sus sueldos y los padres de familia podamos contratar a otros maestros que sí quieran dar las clases”, aseveró Choque.