Hogar Tata San Juan de Dios: Trillizos reciben cédulas y niños carecen de aulas
A los niños del centro de acogida les falta ambientes para pasar clases virtuales

Elías, Miguel y Beatriz Alejandro Canaviri, los trillizos del Hogar Tata San Juan de Dios, recibieron ayer su primera cédula de identidad, en una jornada especial para los niños bolivianos, pues celebraban su día. En medio de la alegría, la administradora de este centro de acogida, Rosa Gallardo, manifestó su sueño de construir dos aulas para sus pequeños estudiantes, donde en unos años más también se educarán los hermanos Alejandro y el resto de los niños del hogar.
La tarea no parece fácil, pero la religiosa confía en el respaldo de la población para cumplir su anhelo.
CARNETS PARA LOS TRILLIZOS
Un equipo móvil del Servició General de Identificación Personal (Segip) llegó hasta este centro de acogida para registrar a dos varones y una mujer, de tres meses de edad, como nuevos ciudadanos bolivianos. Los hermanos Alejandro Canaviri se tomaron la foto y estamparon la planta de los pies en su documento de identidad.
“La cedulación para los hermanos trillizos del Hogar Tata San Juan de Dios es gratuita, bajo la implementación del plan de cedulación
a niños y niñas de hogares de acogida y población vulnerable”, explicó el director del Segip, Álvar Arandia.
Elías, Miguel y Beatriz, nacieron a las 10:30 del 7 de diciembre de 2020, en el Hospital de La Mujer. Provienen de una familia de escasos recursos de la comunidad de Yanani, municipio de Poroma. A decir de la hermana Gallardo, sus progenitores llegan al hogar una vez al mes para visitarlos.
TRAS LOS PASOS DE UN SUEÑO
Son 42 los niños que derrapan carcajadas y travesuras en ambientes, pasillos y patios de este centro de acogida, siete de ellos están en edad escolar y asisten a sus clases virtuales: cinco pertenecen a la primera sección y dos a la segunda, del nivel inicial del Kinder Municipal.
Cuentan con tres equipos de computación, suficientes para que los pequeños asistan a sus labores escolares en esta época de pandemia.
El inconveniente es que el centro de acogida no cuenta con un ambiente en específico que se acomode a las necesidades de los estudiantes, por lo que la administradora emprendió una campaña para edificar y regalarle a sus niños dos pequeñas aulas que serán de uso estrictamente educativo.
“Quiero hacer dos aulitas, uno para la primera sección y otro para la segunda sección (…) aquí tengo el terreno, hay el espacio para hacer”, asegura, mientras muestra un pequeño lote, a un costado del parque de diversiones que tiene la institución.
Debido a la coyuntura que vive el planeta por la pandemia del coronavirus, la institución no cuenta con los recursos suficientes para concretar el sueño, por lo que recurre a la solidaridad de la ciudadanía para poder lograrlo.
“Si alguna persona de buen corazón quiere ayudarme yo le agradezco. Pueden ayudarme con cemento, ladrillo, fierro y todo lo que se necesita en la parte de albañilería. Yo quiero que mis niños estén bien cómodos, ese es mi deseo”, asegura la religiosa.
Explico que profesionales entendidos en el área de la construcción llegaron hasta el orfanato y de manera voluntaria trabajaron en el presupuesto que alcanza los Bs 163.200, que también cubren los planos para la edificación de las dos aulas.
Las personas que quieran hacer llegar sus aportes pueden dirigirse a la calle El Villar, barrio San Cristóbal, o comunicarse con el teléfono celular 72998018 de la hermana Rosa.