Drama y pedido de ayuda para una humilde escuela en Macharetí

Apelan al corazón solidario del país para emplazar aulas y suplir sus necesidades

CLASES. Las condiciones precarias en la que los estudiantes cumplen sus labores escolares en la Unidad Educativa René Arteaga.

CLASES. Las condiciones precarias en la que los estudiantes cumplen sus labores escolares en la Unidad Educativa René Arteaga. Foto: Gentileza

CLASES. Las condiciones precarias en la que los estudiantes cumplen sus labores escolares en la Unidad Educativa René Arteaga.

CLASES. Las condiciones precarias en la que los estudiantes cumplen sus labores escolares en la Unidad Educativa René Arteaga. Foto: Gentileza


    Sucre/CORREO DEL SUR
    Local / 15/09/2021 01:49

    La voluntad y las ganas de superación aún mantienen en pie los objetivos y sueños de estudiantes, profesores y padres de familia de la Unidad Educativa René Arteaga, de la comunidad Cuatro Vientos, municipio de Macharetí, provincia Luis Calvo de Chuquisaca, que pasan clases en precarias condiciones. Y donde la energía eléctrica, el agua potable y el internet, hasta un pizarrón acrílico, están considerados como “lujos”.  

    Son 29 los estudiantes –10 de secundaria y 19 del nivel primario– que gracias al desprendimiento y voluntad de cuatro maestros –dos de primaria y dos de secundaria– desarrollan sus labores escolares hacinados y en condiciones pedagógicas no apropiadas. En ese girón patrio, límite con Paraguay, un lápiz, un borrador o un cuaderno son conservados cual si fueran “tesoros”, ya que el material escasea y gran parte de las familias no cuentan con los recursos suficientes para adquirirlos en Villa Montes o Macharetí, urbes más cercanas a Cuatro Vientos. 

    A esto se suma la nula atención de autoridades locales, departamentales y nacionales, que en la previa a una justa política llegan al lugar con promesas y compromisos verbales, que después son arrastrados por el viento y se pierden en el árido y bravo suelo chaqueño, mientras los “castigados” siguen siendo los comunarios, profesores y estudiantes de esta zona donde el territorio nacional expira.

    EDUCACIÓN SIN CONDICIONES

    En estos lares del departamento, la enseñanza se trasmite con demasiadas carencias y entremezclada con la polvareda y el sofocante calor de la región. Pizarras de nylon, inmobiliario rústico e infraestructura improvisada que no tiene puerta ni ventana se mantiene en pie gracias a la fuerza de las ramas y listones de madera que fueron acomodados por los mismos estudiantes y padres de familia.

    Pese a esta cruda realidad, los maestros inflan el pecho y destacan orgullosos que este año se graduarán José Eduardo y Dolores Arteaga, estudiantes de la segunda promoción del colegio. 

    Las condiciones son tan precarias que el “mejorcito” de los ambientes es “multiuso”, ya que funciona como aula, dormitorio y cocina. Allí los profesores preparan sus alimentos.

    “Este es mi cuarto, aquí vivo, aquí visto a mi bebé, aquí me tengo que cambiar, alistar mi material. Mi colega de la misma forma. Yo soy de Oruro y ella es de La Paz: tenemos que vivir así”, indica en un video la profesora Andrea Martínez, mientras muestra dos carpas de camping que les brindan “algo” de privacidad a ambas educadoras.     

    Un ambiente contiguo es el dormitorio donde pernoctan más de 14 estudiantes que debido a las largas distancias entre sus domicilios y la escuela no retornan a sus hogares. Otro factor es el temor de infectarse con el covid-19, misma situación que los maestros, quienes prefieren quedarse junto a sus alumnos en esa unidad educativa.

    CLASES A DISTANCIA

    ¿Clases virtuales? Ni hablar, porque el servicio de energía eléctrica e internet todavía es un lujo para estudiantes, profesores y comunarios de Cuatro Vientos.

    “No contamos con energía eléctrica, pero la mayoría de los papás tienes paneles solares, aunque muchas veces se los friegan y entonces se tiene que acudir a una familia cercana. Por ejemplo, nosotros estamos yendo ahorita a cargar nuestros celulares a 2 kilómetros a una casita donde hay panel”, agrega la maestra Salomé Castillo.

    Para no desmayar y continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje, maestros y estudiantes de la Unidad Educativa René Arteaga apelan al corazón solidario de empresas, instituciones y la población chuquisaqueña y boliviana, para recibir un “empujoncito” con material escolar (lápices, borradores, cuadernos, bolígrafos, entre otros…), pupitres y pizarrones, además de todo tipo de material de construcción para edificar aulas y ambientes donde puedan pasar clases y descansar bien.

    “Somos estudiantes de la Unidad Educativa René Arteaga de la comunidad de Cuatro Vientos. Ayúdennos por favor”, es el clamor de los estudiantes.  

    “Mi sueño y el de mis colegas es que se cumpla el proyecto de infraestructura para mis alumnos. Uno se encariña con los comunarios y el lugar, y quiere que la recuerden cuando ya no estemos”, finaliza la maestra Castillo.

    CAMPAÑA

    En las próximas horas se lanzará una campaña de recolección de donativos, a beneficio de la Unidad Educativa René Arteaga, de Macharetí, organizada por el diario CORREO DEL SUR y la Pastoral Social Caritas en Sucre.

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