Drama y pedido de ayuda para una humilde escuela en Macharetí
Apelan al corazón solidario del país para emplazar aulas y suplir sus necesidades
La voluntad y las ganas de superación aún mantienen en pie los objetivos y sueños de estudiantes, profesores y padres de familia de la Unidad Educativa René Arteaga, de la comunidad Cuatro Vientos, municipio de Macharetí, provincia Luis Calvo de Chuquisaca, que pasan clases en precarias condiciones. Y donde la energía eléctrica, el agua potable y el internet, hasta un pizarrón acrílico, están considerados como “lujos”.
Son 29 los estudiantes –10 de secundaria y 19 del nivel primario– que gracias al desprendimiento y voluntad de cuatro maestros –dos de primaria y dos de secundaria– desarrollan sus labores escolares hacinados y en condiciones pedagógicas no apropiadas. En ese girón patrio, límite con Paraguay, un lápiz, un borrador o un cuaderno son conservados cual si fueran “tesoros”, ya que el material escasea y gran parte de las familias no cuentan con los recursos suficientes para adquirirlos en Villa Montes o Macharetí, urbes más cercanas a Cuatro Vientos.
A esto se suma la nula atención de autoridades locales, departamentales y nacionales, que en la previa a una justa política llegan al lugar con promesas y compromisos verbales, que después son arrastrados por el viento y se pierden en el árido y bravo suelo chaqueño, mientras los “castigados” siguen siendo los comunarios, profesores y estudiantes de esta zona donde el territorio nacional expira.
EDUCACIÓN SIN CONDICIONES
En estos lares del departamento, la enseñanza se trasmite con demasiadas carencias y entremezclada con la polvareda y el sofocante calor de la región. Pizarras de nylon, inmobiliario rústico e infraestructura improvisada que no tiene puerta ni ventana se mantiene en pie gracias a la fuerza de las ramas y listones de madera que fueron acomodados por los mismos estudiantes y padres de familia.
Pese a esta cruda realidad, los maestros inflan el pecho y destacan orgullosos que este año se graduarán José Eduardo y Dolores Arteaga, estudiantes de la segunda promoción del colegio.
Las condiciones son tan precarias que el “mejorcito” de los ambientes es “multiuso”, ya que funciona como aula, dormitorio y cocina. Allí los profesores preparan sus alimentos.
“Este es mi cuarto, aquí vivo, aquí visto a mi bebé, aquí me tengo que cambiar, alistar mi material. Mi colega de la misma forma. Yo soy de Oruro y ella es de La Paz: tenemos que vivir así”, indica en un video la profesora Andrea Martínez, mientras muestra dos carpas de camping que les brindan “algo” de privacidad a ambas educadoras.
Un ambiente contiguo es el dormitorio donde pernoctan más de 14 estudiantes que debido a las largas distancias entre sus domicilios y la escuela no retornan a sus hogares. Otro factor es el temor de infectarse con el covid-19, misma situación que los maestros, quienes prefieren quedarse junto a sus alumnos en esa unidad educativa.
CLASES A DISTANCIA
¿Clases virtuales? Ni hablar, porque el servicio de energía eléctrica e internet todavía es un lujo para estudiantes, profesores y comunarios de Cuatro Vientos.
“No contamos con energía eléctrica, pero la mayoría de los papás tienes paneles solares, aunque muchas veces se los friegan y entonces se tiene que acudir a una familia cercana. Por ejemplo, nosotros estamos yendo ahorita a cargar nuestros celulares a 2 kilómetros a una casita donde hay panel”, agrega la maestra Salomé Castillo.
Para no desmayar y continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje, maestros y estudiantes de la Unidad Educativa René Arteaga apelan al corazón solidario de empresas, instituciones y la población chuquisaqueña y boliviana, para recibir un “empujoncito” con material escolar (lápices, borradores, cuadernos, bolígrafos, entre otros…), pupitres y pizarrones, además de todo tipo de material de construcción para edificar aulas y ambientes donde puedan pasar clases y descansar bien.
“Somos estudiantes de la Unidad Educativa René Arteaga de la comunidad de Cuatro Vientos. Ayúdennos por favor”, es el clamor de los estudiantes.
“Mi sueño y el de mis colegas es que se cumpla el proyecto de infraestructura para mis alumnos. Uno se encariña con los comunarios y el lugar, y quiere que la recuerden cuando ya no estemos”, finaliza la maestra Castillo.
CAMPAÑA
En las próximas horas se lanzará una campaña de recolección de donativos, a beneficio de la Unidad Educativa René Arteaga, de Macharetí, organizada por el diario CORREO DEL SUR y la Pastoral Social Caritas en Sucre.