Entre casas y palacios: ¿Dónde vivieron los presidentes en Sucre?

El Palacio de Gobierno fue una de las primeras residencias para los mandatarios

HISTÓRICO. En este grabado se observa el antiguo Palacio Arzobispal, que fue la primera sede del Gobierno en la naciente República de Bolivia. HISTÓRICO. En este grabado se observa el antiguo Palacio Arzobispal, que fue la primera sede del Gobierno en la naciente República de Bolivia. Foto: Correo del Sur

Sucre/CORREO DEL SUR
Local / 26/09/2021 10:02

Cuando el 18 de abril de 1828 el presidente Antonio José de Sucre fue despertado con la noticia de un motín en el Cuartel de la Guardia Presidencial (hoy San Francisco), salió a toda prisa de su residencia, tomó su cabalgadura y recorrió los 200 metros que separaban el entonces Palacio Arzobispal (actual sede del Gobierno departamental) y trató de ingresar al recinto donde se encontraban los amotinados, los “Granaderos de Colombia”. Fue allí donde recibió un impacto de bala en el brazo derecho que le provocó serias heridas y que marcaron el final de su presencia en la recién formada República de Bolivia.

Por entonces, el Palacio tenía un aspecto totalmente diferente al que presenta hoy, formando parte de un conjunto arquitectónico acorde con el de la Catedral. Desde allí, el Mariscal gobernó los primeros años de una nación que se mostraba ya altamente compleja en lo político.

El Palacio Arzobispal, convertido entonces en Palacio de Gobierno, fue en los años subsiguientes la sede de funciones de los distintos presidentes, aunque el carácter itinerante del Gobierno, que hasta fines del siglo XIX no tuvo una residencia permanente, hasta su traslado definitivo de la sede a La Paz, hizo que sus huéspedes fueran con frecuencia ocasionales.

Sin embargo, los presidentes nacidos o residentes en Sucre habitaron en casas familiares que por lo general se encontraban ubicadas en el hoy centro histórico de la ciudad.

Mariano Enrique Calvo, que fue vicepresidente en el gobierno de Andrés Santa Cruz (1829-1839), vivía en su propia casa ubicada en la hoy calle Aniceto Arce (actual agencia “Bata”). Calvo, aunque ocupaba la segunda magistratura, fue virtualmente el jefe del Ejecutivo debido a las prolongadas ausencias de Santa Cruz, abocado a sus campañas militares fuera de las fronteras. Es una de las pocas viviendas que todavía permanece en manos de sus descendientes directos.

Otros, como Manuel Isidoro Belzu (quien gobernó entre 1848 y 1855), compraron haciendas cercanas a la ciudad. El general pasaba temporadas en su casa de campo de Huata, lugar conocido por sus aguas termales.

El expresidente Gregorio Pacheco fue también un rico empresario minero que, al igual que Aniceto Arce, tuvo un importante protagonismo en la vida política del país. Tenía varias propiedades y terrenos en la ciudad. Su vivienda estaba ubicada en la esquina de las calles Nicolás Ortiz y Colón, donde luego funcionaría la Escuela Nacional de Maestros. Además, Pacheco donó los terrenos donde se construiría el primer Instituto Nacional de Psiquiatría del país, el que lleva su nombre. También era propietario de la hacienda Ñucchu, construida al estilo de las villas europeas.

La casa familiar de otro expresidente nacido en Sucre, Severo Fernández Alonso (1896-1899), se encontraba en lo que actualmente es el Kinder Judith Carrasco de Echevarría, en la calle Azurduy. Mientras, que el expresidente José Gutiérrez Guerra (1917-1920), político sucrense de ascendencia aristocrática inglesa, tenía como casa particular la céntrica vivienda de las esquinas de Plaza 25 de Mayo con calle Arenales, hoy centro comercial de dos conocidas fábricas de chocolates locales.

Mamerto Urriolagoitia, quien gobernó al país entre 1948 y 1951, residió en una amplia casona de la calle Audiencia, hoy Universidad Andina Simón Bolívar.

Esa casa perteneció a la familia de su esposa, Juana Hernández Calvo. Y en ese lugar falleció el expresidente, el 4 de junio de 1974, hace 47 años...

La imponente casa de Aniceto Arce Ruiz

Uno de los casos más notables es, sin duda, el del expresidente Aniceto Arce Ruiz (1888-1892). Tarijeño de nacimiento, fue quizá uno de los impulsores del cambio arquitectónico en el centro de la ciudad. Hizo construir una residencia portentosa en plena esquina de la calle que lleva su nombre y la Plaza 25 de Mayo. Actualmente, en esa residencia funciona el Museo del Tesoro. 

Junto a otros empresarios mineros de la época, Arce implantó el estilo parisino en los edificios del centro de la ciudad, aplicando el estilo neoclásico tan de moda a finales del siglo XiX y principios del XX. Para ello, contrató los servicios del arquitecto de origen italiano Antonio Camponovo, quien diseñó la casona que contiene elementos llamativos como una gran cúpula interior y varios ambientes amplios.

El actual propietario de la vivienda, Miguel Morales, afirma que se conservan los planos originales del inmueble y que se exhiben como parte del museo. Según la historia de la casa, Arce falleció el 14 de agosto de 1906 en una de las habitaciones de esa casa.

Posteriormente, la vivienda fue vendida a la princesa de La Glorieta, Clotilde Urioste Velasco, quien estaba relacionada familiarmente con Arce a través de su esposo, Francisco Argandoña, cuñado del expresidente.

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