El Señor de Maica reúne a multitudes de feligreses
El Señor de Maica volvió a convocar a multitudes de devotos ayer, miércoles, en el día de su festividad. La gente se acercó a los pies del Señor para pedirle salud y bendición luego de dos años por la pandemia del coronavirus.
El Señor de Maica volvió a convocar a multitudes de devotos ayer, miércoles, en el día de su festividad. La gente se acercó a los pies del Señor para pedirle salud y bendición luego de dos años por la pandemia del coronavirus.
El tradicional acontecimiento religioso en su versión 186 fue reflejado por el periodista Álvaro Barañado, quien dijo que en la noche de la víspera ya había una multitud de gente que acompañó la serenata.
“Al ingresar a la calera prácticamente un rosario de camiones, camionetas que han encontrado al borde del camino un espacio para acomodar sus motorizados y pasar la noche”, relató Barañado desde La Calera para Redacción Central de Correo del Sur Radio.
Contó que al llegar se preguntó dónde ingresa la gente si es muy pequeña la comunidad y destacó el arribo de peregrinos de Tarabuco y Yamparáez que como acto de fe y devoción llegaron caminando hasta el santuario del Señor de Maica.
Ya en la noche, en la serenata, dijo que participaron grupos de sicuris, los t’anta morenos, un grupo de mariachies y dos bandas que amenizaron la noche hasta cerca de las 3:30 de la madrugada de ayer.
Relató que a partir de esa hora, como ya es tradición, la multitud de feligreses sacó al Señor de Maica en procesión y lo llevó hasta el calvario en medio de oraciones y coplas de alabanza. “Las actividades de la serenata engancharon con la procesión de la madrugada”, precisó.
“NI UN ALFILER”
Después, a las 5:00, se realizó la primera celebración con el templo y sus inmediaciones llenas al igual que las misas de las 7:00, 9:00 y las que se sucedieron en el día.
“Para la celebración de las 9:00 ya no cabía un solo alfiler. Había una fila muy larga que se prolongaba desde el templo hasta la quebrada que recorría para acercar a los feligreses a un metro del Señor de Maica, a quien le hacían sus cortas oraciones y salían por una puerta”, describió Barañado.
“Han sido conmovedoras escenas de dolor de la gente, de fe, súplicas y pedidos”, finalizó.