Barrio Obrero, punto neurálgico de actividad económica en Sucre

El barrio Obrero fue una de las primeras experiencias de urbanización social que el Estado boliviano implementó en Sucre a principios de la década de 1950. Allí se concedieron lotes de terreno a miembros de diferentes gremios de “obreros y artesanos”, muchos de los cuales construyeron sus viviendas. En sus primeras décadas, el barrio fue parte de la periferia de Sucre, claramente delimitada por un tramo de la línea férrea entre Sucre y Tarabuco, visible incluso a finales de la década de 1980.

Hoy, el barrio, con su “plazuela del Reloj” como emblema principal, es uno de los centros de actividad económica y comercial más importantes de la ciudad. 

Felicidad Alfaro es bibliotecaria de la Biblioteca Municipal de “El Reloj”, pero también se considera una vecina del barrio. Relata que una de las mayores preocupaciones de la zona es la inseguridad. Esta proviene, sobre todo, de grupos de bebedores consuetudinarios que se instalan en inmediaciones de la plazuela. También, dada la intensa actividad comercial, el flujo de personas que transita a diario por el lugar, en el que puede filtrarse algún malhechor, agrega la entrevistada. Por eso, considera necesarios la instalación de cámaras de seguridad o los patrullajes policiales que –asegura– son inexistentes en esta parte de la ciudad.

Felicidad cumple además un loable servicio a la comunidad. La mayoría de los lectores que acuden a la Biblioteca va en busca de periódicos de la fecha. Sin embargo, y debido probablemente a la falta de presupuesto, la Alcaldía ha dejado de adquirir diarios hace mucho tiempo. Doña Felicidad y su asistente son quienes compran con su propio dinero los periódicos CORREO DEL SUR y El Potosí. “No hay dinero para comprar los periódicos, yo tengo que comprar con mi dinero para no fallar a los clientes”, afirma.

Enrique Mormero es dirigente del Sindicato de Plomeros, Pintores, Electricistas y Albañiles “1 de Mayo” de la zona El Reloj. Al igual que sus compañeros, permanece en el lugar varias horas al día ofreciendo sus servicios a la población. “Todos los días estamos aquí, en tiempo de pandemia casi no hemos trabajado, vivimos al día. Escaso está el trabajo todavía”, se queja.

Mormero asegura que durante el día no pudo observar hechos que pudieran llamar la atención, aunque dijo haber escuchado a vecinos quejarse de la inseguridad en horas de la noche. No obstante, dijo que el Sindicato “1 de Mayo” extiende credenciales a sus afiliados para garantizar el servicio a la población y evitar casos que pudieran darse por parte de personas inescrupulosas.

Javier Saavedra es propietario de un pequeño camión de carga y preside el Sindicato de Servicio Rápido “4 de Octubre”, un rubro enfocado en las tareas de mudanza. “No hay mucho trabajo, poca demanda. La gente se acostumbra a pagar muy barato y no paga lo de antes. A la larga no cubre nuestros costos de operación”, lamenta.

Las tarifas del servicio oscilan entre 60 y 80 bolivianos por carrera, en función a la capacidad del vehículo. Sin embargo, en los últimos meses el número de salidas diarias se ha reducido de tres o cuatro a solamente una o a veces ninguna. “Estamos desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la noche. A veces nos vamos sin nada”, dice Javier, quien asegura que está planeando migrar hacia otros departamentos, principalmente Santa Cruz, donde la situación en el rubro “está mejor, ya está más reactivada la economía”.

Saavedra dice que el servicio que brinda su sindicato “es garantizado” y que cuenta con “gente de confianza” que colabora en las tareas de carga y descarga. Consultado sobre si piensa que la situación mejorará en los próximos meses, indica: “Hay que ver las posibilidades, está difícil en Sucre”.

LOS VECINOS

“Quisiera que pongan cámaras, porque la Biblioteca (Municipal de El Reloj) guarda libros valiosos. Tengo miedo de que me asalten“.

Felicidad Alfaro

“Hacemos trabajos diarios, no importa si es pequeño o grande. Nosotros nos quedamos hasta las 6 de la tarde“.

Enrique Mormero

“Estamos pasando una situación difícil. Estamos pensando irnos a Santa Cruz, allá está mejor la situación“.

Javier Saavedra