Centellas: El primer compromiso del cristiano es defender, proteger y promover la vida

El arzobispo de Sucre, monseñor Ricardo Centellas, emitió este domingo una enérgica condena al aborto, al afirmar que “debemos ser capaces de amar, respetar, proteger y cuidar la vida de todo ser humano” por encima otras circunstancias.

Durante su homilía dominical en la Catedral Metropolitana, Centellas ponderó la cruzada de oración que se realiza a nivel nacional de rechazo al aborto, iniciativa que calificó de “valiente”  y que constituye en “un testimonio a favor de la vida”.

“No podemos amar a Dios y al hombre a partir de las leyes. Primero esta amar a Dios y amar al hombre, primero está respetar a Dios y respetar al hombre para ser íntegramente humanos. No podemos amar a Dios y al hombre a partir de ciertas experiencias y circunstancias que nos toca vivir”, manifestó.

El arzobispo centró su mensaje a partir de una controversia nacional surgida a raíz del caso de la violación y embarazo de una niña de 11 años.

“No podemos acercarnos a Dios y al hombre en actitud de respeto y amor a partir de las cosas que aparecen en el mundo. Prejuicios, ideologías presupuestos políticos, compromisos entre seres humanos. Eso está después, por eso se repten esas lecturas que no habíamos escuchado”, prosiguió.

El prelado recordó pasajes de las sagradas escrituras y pidió que la sociedad actual debe escuchar lecturas del evangelio que “hace dos mil años ya hablan de amar a Dios y amar al prójimo”.

“Amar Dios y amar al hombre que nos ama, sea varón, mujer, pequeño, joven, adulto. No se puede separar el amor a Dios y el amor a la persona, al ser humano. Las dos cosas van juntas”, subrayó.

Luego, Centellas añadió que “el sustrato del cristiano es el amor, por supuesto que en primer lugar nuestro compromiso es defender, proteger y promover la vida y esto no se negocia, esto no cambia, pasarán generaciones como ya han pasado, dos mil años, el principio es el mismo. Eso no cambia por ciertos errores o ciertas experiencias negativas o negras que tiene la humanidad, la sociedad y nuestra historia personal”.

“Escuchando esta palabra de Dios renovemos nuestro compromiso de asumir lectura de la vida, ante tantos signos de la cultura de la muerte que no pueden ser más fuerte que este compromiso que asumimos. La violencia no puede ser más fuerte que la paz. El miedo y el odio no pueden ser más fuertes que el amor. Que en esto, el Señor nos renueve y nos sostenga”, finalizó.