Villa Armonía retoma dinámica perdida a causa de la pandemia
Situada en el Distrito 2, la avenida Atahuallpa congrega a decenas de comercios en el lugar
La pandemia del coronavirus paralizó la economía de la ciudad por varios meses. El cierre de los establecimientos comerciales no esenciales se convirtió en un duro golpe para una ciudad como Sucre, donde gran parte de sus habitantes vive al día y forma parte de esa gran masa humana congregada en lo que se denomina economía informal.
La zona de Villa Armonía, en el populoso Distrito 2, forma parte de un extenso cinturón periférico que se extendió de forma acelerada en las últimas décadas. En la avenida Atahuallpa, la actividad comercial bulle estos días cuando la población ya vive la tradicional celebración de Todos Santos.
Entre las actividades económicas y comerciales que se asentaron a lo largo de la avenida se pueden encontrar: talleres mecánicos, farmacias, industrias metalmecánicas, puestos de venta de frutas, licorerías, distribuidoras de cerveza y ferreterías.
Pero lo más llamativo resulta la cantidad de establecimientos gastronómicos. En una sola cuadra se pueden encontrtar hasta tres broasterías, todas muy concurridas y solicitadas.
Resulta difícil hablar de un “vecindario” en la avenida, pues muchos de los comerciantes asentados en la zona viven en otros sectores de la ciudad. Sin embargo, al estar prácticamente mucho tiempo en sus establecimientos conocen bien y se identifican con los problemas de este sector ubicado al norte de la ciudad.
“El problema aquí sigue siendo el agua”, se queja Marisol, propietaria de una tienda de autopartes de vehículos que vive en Lajastambo y tiene que recorrer a diario casi diez kilómetros para llegar a su vivienda. Esta joven comerciante también cree que no existe seguridad plena en la zona, pues dice haber visto varias veces a personas en estado de ebriedad que provocan cierta zozobra en el vecindario. “No sabemos si son bebedores o gente que está fingiendo para cometer algún robo”, asegura.
ZONA ROJA
Muy cerca del lugar se encuentra una importante estación policial de la ciudad (EPI). Durante mucho tiempo, la zona de Villa Armonía era considerada zona “roja” debido a la existencia de pandillas juveniles y la gran cantidad de bares y cantinas que aumentaban la inseguridad en las calles. La pandemia ha puesto coto a esta situación, pero los vecinos temen que con el retorno de la normalidad vuelvan a vivirse situaciones que parecían superadas.
En cuanto al transporte público, el vecindario dice no tener mayores problemas debido a que son varias las líneas que prestan su servicio en el lugar. Sin embargo, todos los tramos conducen hacia el Mercado Campesino y el centro. Mucha gente que realiza alguna actividad en la avenida Atahuallpa tiene que tomar dos líneas para dirigirse a otras zonas de la ciudad, como Lajastambo y reclama por la instalación de una línea directa.
Aunque, como en muchas zonas de la ciudad, el servicio público de transporte virtualmente desaparece de las calles al anochecer, lo que causa molestia entre los usuarios que tiene que recurrir al servicio de taxis y pagar muchas veces tarifas elevadas.
SERVICIOS
Villa Armonía zona cuenta con todos los servicios básicos esenciales, pero por su situación geográfica (está ubicada en el sector alto de la ciudad) se dificulta la provisión de agua potable, cuya carencia se hace más visible durante los meses de fin de año.
Asimismo, se puede observar un descuido en las jardineras que dividen las dos vías de la avenida, muchas de las cuales se están convirtiendo en botadero de desechos debido a la inconciencia de algunas personas que arrojan sus desperdicios en plena vía.