Chuquisaca, un departamento expulsor de recursos humanos
La pandemia del coronavirus puede agravar la situación de las regiones pobres, principalmente del área rural
A lo largo de la historia, los chuquisaqueños se han convertido en la segunda comunidad con mayor migración interna en toda Bolivia, después de los potosinos. De cada 100 chuquisaqueños que nacieron en el Departamento, unos 27 han emigrado a otras regiones del país .
Durante varias décadas, chuquisaqueños y chuquisaqueñas, ya sea por factores económicos o sociales, han emigrado de su lugar de origen con rumbo a diferentes partes de Bolivia, así como también a varios países de Sudamérica, Norteamérica, Europa y Asia.
Las cifras oficiales del último censo de 2012, muestran que unos 192.043 chuquisaqueños han emigrado a otros departamentos del país y otros 31 356 emigraron al extranjero, haciendo un total de 223.399 chuquisaqueños que residen afuera de su Departamento.
En 1992 eran 109.266 los chuquisaqueños que residían en otros departamentos; en 2001 fueron 163.945 y en 2012 alcanzaron a 192.043
Los municipios del país con mayor cantidad de chuquisaqueños fueron, según el Censo de 2012, Santa Cruz de la Sierra: 56.455; Tarija; Cochabamba: 6.930; La Paz: 6.856; Oruro: 1.186. Estos datos no incluyen a residentes chuquisaqueños en ciudades intermedias o provincias de otros departamentos, donde las cifras son mayores.
De acuerdo a esos datos del INE, en 2012 los chuquisaqueños residentes solo en el departamento de Santa Cruz incluyendo su capital y poblaciones intermedias eran 101.119.
Chuquisaca no es un departamento industrial y su principal rama de su economía son, de acuerdo al INE; la agricultura y la ganadería. Los mayores cultivos son de trigo, maíz, cebada, legumbres, verduras. Mientras se cultiva en zonas tropicales pimienta, arroz, tabaco.
Las condiciones geográficas del departamento hacen que la agricultura extensiva sea reducida. La mayor cantidad de los terrenos aptos para la producción agrícola o ganadera se encuentran en pequeñas extensiones ubicadas a la vera de ríos o quebradas. El territorio del Chaco, extenso pero árido, muestra grandes dificultades para la esta actividad.
No obstante las situaciones adversas, Chuquisaca produce uva, durazno, chirimoya, naranja, limón, palta, guayaba y mango. Además, el departamento produce el 90% del ají del país en los valles de la zona central.
DEPARTAMENTO EXPULSOR
Pero, a pesar de que Chuquisaca cuenta con una extensión de 51.524 kilómetros cuadrados, una gran parte de éstos forman parte de cadenas montañosas surcadas por valles no muy extensos, lo que en los últimos años ha promovido la agricultura intensiva.
La situación al interior del departamento de Chuquisaca, revela una alta disparidad entre municipios. Mientras Sucre, Monteagudo, Macharetí, Camargo y Las Carreras presentan porcentajes de extrema pobreza menores a 30%; municipios como Presto, Poroma, Tomina, Azurduy, Tarvita e Icla muestran incidencias de extrema pobreza de más de 90%.
Según el presidente del Concejo Municipal de Tarabuco, uno de los municipios con mayor índice de migración poblacional, el Censo de 2001 arrojó un total de 19.554 habitantes, cifra que se redujo en el Censo de 2012 a 15.000 habitantes, según estimó el presidente del Concejo Municipal, Liborio Leaños.
Tarabuco fue tradicionalmente un departamento agrícola, pero en los últimos años el turismo había empezado a generar una importante actividad económica, sobre todo en la producción y venta de artesanías tradicionales. Sin embargo, la llegada de la pandemia afectó seriamente la llegada de turistas nacionales y extranjeros y virtualmente paralizó la manufactura de prendas y tejidos tradicionales, además de restringir al mínimo la presencia de personas en la feria dominical durante más de una año.
La inversión social que realizan los municipios es un elemento indispensable de la gestión pública para el logro de mejores condiciones de vida de la población.
Sobre este tema, el presidente de la Asociación de Gobiernos Municipales de Chuquisaca (Agamdech), Ariel Galarza, dijo que una alianza estratégica con organismos financiadores de proyectos como el FNDR es “fundamental” para salir de la pobreza, más aún después de la crisis generada por la pandemia del coronavirus.
“Los municipios que hemos sido afectados de gran manera con el covid-19, con los problemas socioeconómicos de las pasadas gestiones, los municipios pequeños han tenido serias complicaciones en el tema de gestión municipal. La mayoría tienen deudas y así se está pudiendo de alguna manera trabajar con esos inconvenientes. Los municipios Categoría A son los que más requieren apoyo del estado central”, dijo el también alcalde del Municipio de Icla
Galarza consideró que será importante tomar en serio las sugerencias de autoridades nacionales y departamentales efectuadas en las cumbres sobre la reconstrucción económica y productiva que hablan sobre priorizar el tema de riego y la industrialización de materias primas.
Transferencias en beneficio de la región
De acuerdo a informes oficiales, en 2020, las transferencias a la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca llegaron a Bs 351 millones, 2% por encima de 2019.
La Universidad pública se ha convertido en un importante generador de empleo en el sector público en Chuquisaca.
En el período 2006 y 2019 en promedio la universidad pública recibió Bs 230 millones para cubrir sus necesidades de operación.
Por el contrario, durante el período 1994 y 2005 esta casa superior de estudios apenas recibió en promedio Bs 63 millones, de acuerdo a esas cifras.
Según el ministerio de Economía y Finanzas Públicas, en el marco de la política social de redistribución, implementada por el Estado Plurinacional de Bolivia desde el 2006, a través del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, se crearon los bonos sociales para mejorar las condiciones de vida de sectores más vulnerables como niños, niñas, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad.
En el departamento de Chuquisaca, hasta diciembre de 2016, 346.486 personas (56,2% de la población chuquisaqueña) se beneficiaron con algún bono social entregado de manera directa, contribuyendo en la disminución de la tasa de abandono en educación, la mortalidad materna infantil y otorgando una vejez digna a los adultos mayores