Falleció Luis Ríos Quiroga, alma de la picardía sucrense
Adiós al literato, lexicólogo, tradicionalista e investigador de la literatura

El profesor chuquisaqueño, literato, lexicólogo, tradicionalista, incansable investigador de la literatura y el folclore boliviano, Luis Ríos Quiroga, ha fallecido a las 17:30 de este, domingo. Tenía 86 años de edad y era miembro de la Academia Boliviana de la Lengua y de La Academia de la Mala Lengua Chuquisaqueña.
La información fue confirmada a CORREO DEL SUR por sus allegados directos. Después de una semana internado, le sobrevino un paro cardiorrespiratorio. Desde hace varios años que le aquejaban problemas renales crónicos, los mismos que lo obligaron a tener que ser internado en diferentes oportunidades.
LA MALA LENGUA
Uno de los últimos integrantes de La Academia ('Aqhademia' le decían de sobrenombre por 'aqha', en quechua: 'chicha') de la Mala Lengua Chuquisaqueña, Ríos Quiroga destacó a lo largo de su vida como profesor de Lenguaje y Literatura, materia que impartió durante 30 años en su querido Colegio Nacional Junín.
Antes, integró la Peña de Arte “Illapa”, que, según él mismo contó a este periódico antes de la llegada de la pandemia en su casa de la calle Junín, tenía una revista, “Crisol”, que duró 20 números. Ríos era uno de sus directores.
Tenía un humor único, impregnado de sarcasmo, con la chispa y la picardía sucrense que ahora se queda huérfana por la pérdida de uno de sus mejores cultores. Eran características sus carcajadas, así como su agudeza y sus referencias corrosivas a la sociedad, tal cual el rasgo distintivo de los miembros de La Academia de la Mala Lengua (Aqha), según recuerda para este diario su amigo Freddy Oviedo.
Oviedo, quien en los últimos dos años vino trabajando en una reedición ampliada, corregida y de homenaje del libro “La bohemia chuquisaqueña”, de Ríos Quiroga, habla de él en tiempo presente.
“Es de esas personas imprescindibles para la cultura de los pueblos, en este caso para la cultura sucrense y chuquisaqueña. Digo ‘imprescindible por el significado que tiene su labor docente, investigativa del folclore y como gestor cultural”.
“LUCHO”, SEGÚN CRISTINA BUBBA
“Lucho es un gran amigo; me niego a hablar en pasado. La amistad era un valor muy importante para él y fue, además de solidario, muy leal. Su vida giraba alrededor de los amigos, sobre todo los que formaron parte de La Academia (‘aqha’, de chicha) de la Mala Lengua Chuquisaqueña”.
Así lo recuerda Cristina Bubba, otra gran amiga de Luis Ríos Quiroga. Dice que ese fue “un lindo grupo donde compartían picantes, chicha, música –en especial bailecitos y cuecas– al son del piano de don Fidel o la guitarra tocada por Gunnar o por Matilde Casazola, y divirtiéndonos con el humor y chistes picantes, donde hacían gala de su ingenio sucrense y picardía”.
Pero, de ese selecto grupo, Bubba sostiene que “Lucho se llevaba la flor por sus ocurrencias y simpatía, además de cantar cuecas y bailecitos con el alma”.
“Combinaba la bohemia con sus clases en el Colegio Junín, de literatura, era un erudito en literatura boliviana, y nos ha dejado muchos libros impresos, entre ellos La Chaskañawi”.
UN PROYECTO TRUNCO
Su último proyecto, de que su “Museo de escritores chuquisaqueños” sea abierto, quedó trunco, según coinciden tanto Freddy Oviedo como Cristina Bubba.
“Hace como 15 años regaló al museo de La Recoleta fotos de diferentes escritores chuquisaqueños, para que sean exhibidos en una sala. Lamentablemente, nunca se abrió y han pasado más de 15 años reclamando esa apertura y la respuesta siempre fue que no hay fondos, no pasó nada”, comenta Bubba a este periódico.
EXEQUIAS
Los restos de Luis Ríos Quiroga serán velados desde mañana, lunes, en el Colegio Nacional Junín.
Para las 10:00 de este martes 11 de enero se ha programado una misa de cuerpo presente en el templo de su barrio, San Roque.
Posteriormente, partirá el cortejo fúnebre hacia el Cementerio General de Sucre, donde su familia tiene un nicho a perpetuidad.