Estudiar Derecho, ilusión de vida entre los barrotes

Internos cuentan qué les motiva a dar este paso y a soñar con un título profesional

PENAL. Los privados de libertad primero deben vencer los cursos preuniversitarios. PENAL. Los privados de libertad primero deben vencer los cursos preuniversitarios. Foto: Archivo

Sucre/CORREO DEL SUR
Local / 13/02/2022 03:00

En el interior de los muros del Centro Penitenciario San Roque, de Sucre, entre garitas de seguridad, cámaras de vigilancia y puertas con candado, un grupo de 20 privados de libertad se alista, a punta de libros, lápices y papel, para rendir la prueba de admisión a la carrera de Derecho de la Universidad San Francisco Xavier.

Ellos intentan reconducir sus vidas, cambiar y tener una segunda oportunidad; decidieron aprovechar el tiempo que les queda entre rejas para formarse y limpiar todo lo que se pueda su “currículum” manchado y estigmatizado por el delito.

¿CÓMO SERÁ POSIBLE?

Un convenio suscrito entre la Facultad de Derecho y la Dirección Departamental de Régimen Penitenciario permitirá por primera vez hacer realidad el sueño rezagado de varios convictos que buscan estudiar leyes. Algunos, para defenderse de las injusticias que dicen sufrir en el actual sistema boliviano.

Para aquello, primero tendrán que esmerarse en los cursos preuniversitarios virtuales. Luego, vencer el examen de admisión programado para marzo venidero.

“Los internos podrán acceder a esta carrera universitaria, no sin antes pasar los cursos preuniversitarios, dar el examen correspondiente como cualquier otra persona de afuera lo hace”, explica a CORREO DEL SUR Sergio Flores, director Departamental de Régimen Penitenciario de Chuquisaca.

La Alcaldía de Sucre, a través de los cursos preuniversitarios gratuitos que oferta, también colabora en este propósito de los presos.

“Si bien ha quedado restringido su derecho a la locomoción, el derecho a la educación está vigente. Estamos hablando de 20 privados de libertad que están accediendo a estos cursos preuniversitarios gratuitos de la Alcaldía, porque quieren darle un giro a sus vidas y, ¿quiénes somos nosotros para juzgarlos? Al contrario, estamos para apoyar en ese proceso de reinserción a la sociedad”, indica la secretaria municipal de Desarrollo Humano y Social, Gabriela Viaña.

¿QUÉ LOS MOTIVA?

Este periódico entrevistó a dos de los postulantes. Franco (nombre ficticio) tiene 43 años y deposita su esperanza en los libros, que devora en su tiempo libre porque a la vuelta de la esquina está la prueba de fuego: su pase a la vida universitaria.

“Yo me postulé para hacer prevalecer mis derechos y el de mis compañeros del Pabellón 4. Somos más de 180 y muchos han sido víctimas de la injusticia que ejercen los malos profesionales, que en vez de asesorarte se aprovechan de tu falta de conocimiento en torno a las leyes para hundirte más”, argumenta él.

Franco cumple una condena por el delito de violación; admite la autoría de ese hecho. Más allá de su culpa, se detiene a pensar en muchos de sus compañeros que están con procesos detenidos y sin sentencia.

Christofer (nombre ficticio) es otro de los aspirantes a estudiar Derecho. No quiere dar detalles sobre el momento en el que cruzó la delgada línea entre el bien y el mal, porque hoy por hoy está enfocado en aquella luz de esperanza.

“La motivación viene de mucho antes, mis compañeros de colegio me decían que tengo mucha labia y esta realidad que me toca vivir creo que debo de aprovecharla para conocer más de las leyes en el país y ayudar a mis compañeros, así como ayudarme a mí. Necesitamos profesionales que nos ayuden, no solamente que nos platiquen”, dice este joven de 25 años.

Pidió a sus familiares que desempolven el material pedagógico de su época de estudiante y también se ayuda con textos de lenguaje, filosofía y leyes que adquirió. 

Ambos están conscientes de que afuera, en una cotidianidad que invita a cuestiones más mundanas, hay competencia, esa que parece tener mayores posibilidades para hacerse con el objetivo de lograr una plaza. Sin embargo, detrás de los barrotes, en medio del hacinamiento y de una realidad distinta, están ellos, dispuestos a dar pelea por uno de los 400 cupos que oferta la Universidad.

Flores, por su parte, al desearles éxito, dice sentirse orgulloso de este grupo de internos que busca cambiar el rumbo de sus vidas a través del estudio y la superación.

“En medio del caos siempre hay algo bueno y rescatable. Más allá de ser buenos estudiantes, ellos deben de ser buenas personas, porque seguramente afuera los espera una familia con muchas expectativas”, sentencia el Director.

CONVENIO

Un convenio suscrito entre la Facultad de Derecho y la Dirección Departamental de Régimen Penitenciario permitirá por primera vez hacer realidad el sueño de varios reos. 

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  • cárcel San Roque
  • Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca
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