Destacamento 111 aún genera nostalgia

A 89 años de la partida del valeroso Destacamento 111 a la Guerra del Chaco, los descendientes de beneméritos aún recuerdan a sus padres con nostalgia. Lucio Arévalo, el hijo menor de uno de los 938 soldados, llegó desde Argentina solo para rendir un homenaje póstumo a su “héroe”, y a todos quienes yacen en el mausoleo y capilla de los Beneméritos del Cementerio General de Sucre.

Ayer, la Federación Departamental de hijos(as) de Excombatientes y Beneméritos, el alcalde Enrique Leaño, la Guarnición de Sucre y la Región Militar N° 4, además de invitados especiales, participaron de un emotivo acto que se desarrolló al pie del mausoleo y capilla de los beneméritos, donde se entregó una réplica del Estandarte de Guerra del Destacamento 111, como símbolo de homenaje.

 “En esta fecha no quise quedar indiferente porque mi padre fue benemérito del 111 y cayó prisionero y le llevaron a Asunción para trabajar en las fincas de los terratenientes, pero después del alto al fuego volvió sano y salvo (…) Por amor a su madre”, relató Arévalo, cuando las lágrimas lo traicionaron.

Mario Soria, presidente de la Federación de hijos(as) de Excombatientes y Beneméritos, y escritor del libro “Lo que no se dijo de la Guerra del Chaco”, acotó que a pesar de los años la ausencia de quienes entregaron su vida por su patria se siente.

Leaño por su parte, les llamó a “sentirse orgullosos por ser hijos de los beneméritos”, al conmemorar aquel 17 de marzo de 1.993, cuando 938 soldados del Destacamento 111 partían del cuartel San Francisco, en medio de llanto y los abrazos de sus hijos, esposas y enamoradas hasta las áridas tierras del Chaco de donde solo 200 retornaron.