Macharetí llora y despide al franciscano Wilberth Daza
Familiares exigen justicia y todavía no se da con el o los presuntos autores del crimen
El cuerpo del franciscano Wilberth Daza, que murió víctima de un asesinato violento en la ciudad de Santa Cruz, llegó ayer su ciudad natal, Macharetí. Las autoridades aún no tienen a ningún aprehendido, pero suponen que el móvil del crimen fue económico y develaron que la causa de su muerte fue un politraumatismo craneano severo.
Al promediar las 18:30 de este lunes, una caravana de fieles católicos en Macharetí acompañó los restos del religioso hasta la parroquia Nuestra Señora de la Misericordia, donde se realizó una primera misa de cuerpo presente. Hoy habrá otra eucaristía en su honor, oficiada por monseñor Jesús Galeote.
Con fotos de Daza en manos y con expresiones de pesar en el rostro, los pobladores que llegaron desde diferentes comunidades estuvieron cerca de los conocidos y familiares, que aprovecharon el velorio para exigir justicia.
“Esto (el crimen) ha sido planificado, porque conocían donde el hermano Wilberth guardaba el dinero, porque han visto la oportunidad de que se quedaba solo (…) esto ha sido planificado, no creo que haya sido una sola persona”, manifestaron en medios de comunicación sus familiares.
Más temprano, desde la Fiscalía de Santa Cruz informaron que la causa del deceso del religioso fue un politraumatismo craneano severo –17 golpes en la cabeza– ocasionados por un objeto contuso cortante.
A nivel nacional, emitieron una alerta migratoria en puntos fronterizos con Santa Cruz y el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, afirmó que el autor está identificado. “Ya se encuentra plenamente identificado el homicida de este padre que prestaba servicio en una iglesia y actualmente nos encontramos en plena búsqueda”, señaló.
“Una persona que constantemente visitaba este centro religioso, que formaba parte del clero católico, que tenía conocimiento del funcionamiento de la Iglesia católica, un drogodependiente que ya ha sido identificado”, agregó la autoridad sobre las características del sujeto que es buscado.
El abogado de la familia, Marco Antonio Vinicius, indicó que una persona ajena a la iglesia fue arrestada. “Según las investigaciones ha sido por más personas, dos o tres personas”, agregó mientras la Fiscalía desmintió ese extremo.
LA VIDA DEL FRANCISCANO
El padre Leónidas Román conoció a Daza hace 21 años. La primera vez que se encontraron fue el 2001 en un grupo de aspirantes a religiosos franciscanos que provenían del Chaco chuquisaqueño y de Camiri.
Fueron compañeros en la primera etapa de formación, es decir el postulantado. “Nos hemos conocido porque teníamos un bonito grupo. En 2003 nos tocó venir a Sucre en la etapa de noviciado en la casa del convento de Santa Ana de La Recoleta”, recordó.
En Sucre debieron decidirse por la opción para ser sacerdote o hermano y Daza optó por la última. Entonces fue enviado a estudiar Ciencias Religiosas en el convento de San Francisco de Santa Cruz, durante dos años. Uno de sus maestros fue el entonces padre Aurelio Pesoa, ahora presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).
“Él no es sacerdote, él solamente hizo la opción para ser hermano (podía oficiar) la celebración de la palabra y bautismos pero tampoco quiere decir que es menos que un sacerdote”, afirmo Román en declaraciones a Correo del Sur Radio 9 FM 90.1.
En Macharetí, sus amigos y familiares lo recuerdan como alguien a quien en principio no le gustaba ni ir a la misa, pero luego encontró su vocación de servicio y alguna vez mencionó que “tengo que morir como Jesús en la Cruz”, señaló su hermano Edil.
Su vida cambió cuando ingresó a uno de los grupos juveniles de la Iglesia católica y no se separó más.
“Él quería ser siempre hermano franciscano”, agregó y dijo que le había confesado que quería “morir como franciscano”. “Él me decía ‘si algún día muero, tengo que morir como franciscano, como Jesús murió en la Cruz’”, detalla.
Desde la Iglesia lamentan la inseguridad
El sacerdote franciscano Ronald Armijo lamentó la inseguridad que campea en Santa Cruz.
El religioso atendió a Correo del Sur Radio FM 90.1 desde Montero y durante una entrevista develó que otro franciscano fue víctima de un robo violento hace algunos años.
“No se puede vivir tranquilo, imagínense ni siquiera dentro de un convento (…), estamos viviendo una inseguridad tremenda y es algo alarmante”, afirmó Armijo al solicitar a las autoridades poner mayor atención al problema de la delincuencia y el cuidado de la población.
Al mencionar que a diario ven a delincuentes en las calles y se enteran de robos a mano a armada, el religioso comentó que “hace algunos años también a un hermano nuestro le han robado el celular prácticamente en la puerta del convento, lo han golpeado pero no paso a mayores”.
Sobre el caso específico de fray Wilberth Daza Rodas dijo sentirse consternado por la noticia de su fallecimiento al igual que toda la familia de franciscanos en Bolivia que se divide en tres ramas; capuchinos, menores conventuales y menores observantes. Daza pertenecía a esta última. “En algún momento he tenido la oportunidad de verlo y conversar con él, una persona bastante buena dedicada al servicio, a la entrega y realmente es muy triste recibir esta mala noticia”, lamentó.
El domingo, la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana emitió un comunicado para solicitar “que se realice una investigación clara y precisa lo antes posible y que llegue hasta el esclarecimiento de los terribles hechos”.