¿Emprender en Sucre?: “Empezar es difícil”

Seis jóvenes emprendedores cuentan la travesía que pasaron al abrir su negocio propio

NITTIS. Jonathan y Daniel, en su emprendimiento ubicado en la avenida Las Américas.

NITTIS. Jonathan y Daniel, en su emprendimiento ubicado en la avenida Las Américas. Foto: Correo del Sur

REPOSTERÍA. Marianne Peterito, preparando uno de sus pedidos en su domicilio.

REPOSTERÍA. Marianne Peterito, preparando uno de sus pedidos en su domicilio. Foto: Correo del Sur

ALTA BRASA. Resto Bar ubicado en la avenida Las Américas.

ALTA BRASA. Resto Bar ubicado en la avenida Las Américas. Foto: Correo del Sur

ÑAUPA MIKHUY. Guadalupe Choque, junto al logo de su restaurante situado en la calle Colón.

ÑAUPA MIKHUY. Guadalupe Choque, junto al logo de su restaurante situado en la calle Colón. Foto: Correo del Sur

TAQUITOKIS. Laura y Ernesto, en su local ubicado en la calle Olañeta.

TAQUITOKIS. Laura y Ernesto, en su local ubicado en la calle Olañeta. Foto: Correo del Sur


    Sucre/CORREO DEL SUR
    Local / 24/04/2022 04:48

    La creciente apertura de nuevos negocios de comida en Sucre no deja de llamar la atención. Desde pizzas o hamburguesas hasta comida mexicana, son algunas de las ofertas que se han hecho visibles en este último tiempo, pero ¿qué hay detrás de ello? 

    Según el informe Emprendimiento Juvenil en Iberoamérica, presentado en Madrid, España,  Bolivia presenta “una de las tasas de actividad emprendedora más altas de la región y del mundo”; En Sucre, la mayoría de los emprendimientos están vinculados a jóvenes de 18 a 30 años de edad.

    El “boom” de nuevos negocios ha generado la creación de programas destinados a apoyar y promover estas iniciativas a través de instituciones, tal es el caso de Actívate Sucre, que tiene un directorio con entidades matrices del universo público y privado, como la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca, la Federación de Empresarios Privados de Chuquisaca y el Gobierno Autónomo Municipal de Sucre. 

    Actívate se constituye en la primera y única agencia de innovación y emprendimiento en la capital para la reactivación económica, que a través de sus diferentes programas busca capacitar y apoyar a los jóvenes, además de fomentar la formalización de sus iniciativas, ya que “de cada 10 emprendedores, solo 2 o 3 formalizan su negocio”, según afirmó Zulema Torres, directora de Actívate Sucre. 

    Torres también informó que de los seis rubros que ellos manejan, el más fuerte es el que tiene que ver con la gastronomía. “La vertical más fuerte que nosotros manejamos es la gastronómica de base alimentaria (...). Es muy interesante el fenómeno que se está dando”, sostuvo.

    NEGOCIOS 

    Entre los diversos negocios gastronómicos que se abrieron recientemente en la capital y cuyos propietarios son jóvenes, están: Nittis, una pizzería que nació en plena pandemia a finales del 2020, a partir de una receta “mejorada” de la mamá de los hermanos Tapia, Daniel (24 años) y Jonathan (23). Hoy son los dos quienes llevan adelante este emprendimiento. 

    TaquiTokis, es el nombre con el que Laura Izursa (23 años) y Ernesto Palacios (25) bautizaron a su restaurante. Una pareja de jóvenes que hace menos de un mes inauguraron su negocio en el rubro de la comida mexicana. 

    Ñaupa Mikhuy (quechua), que en castellano significa comida antigua, es el emprendimiento de Lupita, Guadalupe Choque, de 25 años de edad, quien influenciada por sus abuelos, en su pasión por la cocina, trata de conservar la tradición de los sabores de sus antepasados.

    Alta Brasa, un Resto bar de hamburguesas y cortes de carne, es el negocio de Alejandro Auza, de 29 años de edad. Su pasión por las carnes a la parrilla, que viene desde que era un adolescente, le llevó a apostar por esta oferta culinaria que desempeña junto a su esposa Kathia Pérez. 

    Sin dejar de lado los sabores dulces y saludables, Marianne Petterito, o más conocida como Mariannex, decidió retomar su pastelería este año, luego de haberla cerrado el 2021. 

    Cuenta que su amor por la repostería comenzó desde que tenía 15 años, y ahora, a sus 21, ya tiene planes de diversificar su menú enfatizando el lado saludable de sus productos.

    Si bien todos estos emprendedores comparten una misma pasión por la gastronomía, cada uno tiene una perspectiva distinta en cuanto a la oferta, de acuerdo a su propia experiencia.

    “EMPEZAR ES DIFÍCIL”

    Ante los pocos años de experiencia, el escaso capital, y en algunos casos la falta de apoyo de su entorno, hay una frase con la que todos estos emprendedores coinciden: “empezar es difícil”. Sin embargo, cada uno de ellos estuvo dispuesto a asumir el riesgo que esta actividad implica para alcanzar su meta de contar con su propio negocio.

    “Al principio no es fácil, es cuestión de tener fuerza. Hay veces que no se vende casi nada y es frustrante”, contó Lupita respecto a su pensión-restaurante. 

    Por su parte, Ernesto y Laura recuerdan con tristeza que en una ocasión tuvieron que ceder gran parte de la comida que prepararon a los perros callejeros al no haber logrado venderla durante el día. 

    Mientras que Alejandro también confiesa que “ha sido duro al comienzo” porque “nadie te conoce en el mercado”. Él junto a su esposa empezaron “desde cero” pero con una visión bien clara respecto a lo qué querían hacer.

    Para Daniel, propietario de la pizzería Nittis, “hay dos maneras de aprender: uno, a través de un maestro y otro, por cuenta propia”; en su caso, junto a su hermano, contaron con el apoyo y experiencia de sus padres, lo que les ayudó a evitar “el dolor del fracaso”.

    De todos los jóvenes emprendedores, algunos contaron con el apoyo de su entorno más cercano, otros tuvieron que arreglárselas prácticamente solos desde un principio.

    Por ejemplo, Marianne tuvo que lidiar con la falta de apoyo de su papá, mientras que Lupita, encontró el apoyo de sus abuelos antes que el de sus progenitores. “Yo creo que si mis abuelos no me apoyaban, mis papás nunca lo hubieran hecho”, expresó. No obstante, gracias a su perseverancia, ambas jóvenes terminaron recibiendo el apoyo de sus allegados.

    Estudiaron una profesión diferente, pero no hay empleo

    Daniel, Laura, Ernesto y Alejandro concluyeron una carrera universitaria, es decir tienen una profesión. 

    Daniel es administración financiero, entre tanto, Laura es psicóloga de profesión; Ernesto estudió Comunicación Social y Alejandro, es diseñador gráfico. Empero, su visión acerca de sus respectivas profesiones cambió a partir de las características de sus emprendimientos.

    En el caso de Lupita y  Marianne, además de su formación universitaria inicial (Ingeniería Comercial e Idiomas, respectivamente), ambas decidieron estudiar Gastronomía, para ejercer la profesión que les apasionaba desde temprana edad.

    Ellos no ejercen su profesión por aspectos como no encontrar empleo o el haber estudiado algo que no les gusta.

    Las dificultades para ingresar al mundo laboral son notoriamente marcadas para los jóvenes profesionales.

    Para la directora de Actívate, Zulema Torres, se debe hacer un cambio en la matriz del pensamiento desde la universidad. “Salimos de las facultades a buscar trabajo, pero es necesario hacer este recambio, y creo que las nuevas generaciones ya vienen con este chip especial de hacer las cosas diferentes. Por eso nosotros estamos formando a las generaciones, no para ser empleados, sino para emplear (...). Que no apunten solamente al cargo público o tener un sueldito pequeñito”, dijo.

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