Avenida de Las Américas, un motor económico que crece
Los habitantes de ese sector de la ciudad de Sucre reclaman la atención de las autoridades
Tiendas de barrio, verdulerías, fruterías en puestos callejeros, cajeros automáticos, agencias de bancos, locales de comida rápida, churrasquerías y concesionarias son algunos de los muchos comercios que hoy se pueden encontrar recorriendo tan solo media cuadra de la avenida de Las Américas.
No pasaba lo mismo hace más de 30 años, cuando el lugar era concebido como uno de los más alejados y apacibles de la ciudad y llegó a ser llamado “la alameda de Sucre”, donde grupos de amigos y familias podían deambular lejos del ajetreo del centro. Hoy, las Américas es uno de los lugares más concurridos de la urbe capitalina, el corazón de operaciones económicas y una de las vías de conexión interdistrital más importantes del municipio.
Sus dos carriles de circulación vial, separados por las llamativas jardineras, son el nexo entre otros sectores, también considerados motores económicos de Sucre. La avenida, conecta con la zona del mercado San Antonio, la parada a Tarabuco y la avenida German Mendoza, por un aparte, y del otro costado enlaza hacia la terminal de buses, la avenida Marcelo Quiroga Santa Cruz y la salida a Cochabamba.
ESTO ES LO QUE HAY
Según se pudo observar en un recorrido que hizo CORREO DEL SUR, sobre las seis cuadras que conforman la avenida se han establecido negocios de todo tipo. Son más desde el encierro por la pandemia del coronavirus
Este diario contó dos micromercados, tres agencias de entidades financieras, cuatro farmacias, cinco talleres mecánicos y tiendas de autopartes, seis churrasquerías, seis carnicerías, siete centros de diversión nocturna, ocho agencias de productos, 11 licorerías, 13 tiendas de barrio, 14 cajeros automáticos y 45 establecimientos entre restaurantes, pensiones y puestos de comida.
Y en las vías transversales y paralelas a la avenida también hay una importante cantidad de emprendimientos particulares.
¿ES RENTABLE?
La competencia en distintos rubros es notoria; carros ambulantes, emprendimientos y agencias de todo tipo abren diariamente una disputa con la oferta y la demanda de productos y servicios como invitadas.
A pesar de ello, la caída económica originada por la pandemia del covid afectó a algunos. Este año, por ejemplo, la liquidez de los comercios presenta un descenso a causa de la baja frecuencia de ventas.
“Abril ha sido un mes relativamente bueno, mayo a medias, junio ha bajado hartísimo, no sé si la gente no tiene plata o a qué se debe (…) y no solo conmigo, yo veo cómo todos se quejan de que no hay gente y no hay circulante. Entonces, está duro…”, cuenta una comerciante que pide guardar el anonimato de la avenida de Las Américas.
RITMO PERMANENTE
El movimiento y circulación en el cinturón del barrio petrolero sufre una trasformación dependiendo de la fecha y las horas del día. El flujo es menos frecuente a principios de mes, tiene una escalada considerable con el pasar la primera quincena y vuelve a descender al concluir la mensualidad.
Durante la primera mitad del día el flujo es moderado, al caer la tarde la aglomeración comienza a ascender gracias al paso del transporte público y llegada la noche las calles están repletas de negocios abiertos, vehículos y personas que buscan, principalmente, consumir una de las muchas ofertas de alimentos.
Por otra parte, los fines de semana la zona se convierte en el espacio idóneo para que familias y grupos de amigos se reúnan a compartir y dar un paseo. Pero la avenida también se ha convertido en un espacio público para el consumo indiscriminado de bebidas alcohólicas, dentro y fuera de centros de diversión nocturna.
EL COMERCIO
El comercio informal ha invadido las aceras de varias cuadras de la avenida de las Américas, donde hoy hay hasta toldos y sombrillas en plena vía pública.
Se habla de control en la zona
El responsable de la oficina municipal de Transporte, Tráfico y Viabilidad, Bonifacio Cerezo, asegura que unos de los problemas en la avenida de las Américas tiene que ver “con la educación vial tanto de la población como de los conductores”.
En contacto con CORREO DEL SUR, también aseguró que la instalación de semáforos o rompemuelles forma parte de un análisis efectuado con anterioridad por la Municipalidad.
“Si nosotros vemos los tramos de circulación, son tramos cortos, entonces si ponemos semáforos en esos sectores –ya viendo el aforo de la cantidad de movilidades que circulan y dar una secuencia de unos diez segundos por la cantidad que van–, vamos a ocasionar un caos vehicular en el sector” explicó Cerezo.
Aun así, aseguró que los estudios enfocados a dar solución a las rutas de las calles adyacentes son constantes, debido al crecimiento del parque automotor en la ciudad.
Del mismo modo explicó que para implantar nuevos ingresos y salidas a la avenida es estrictamente necesario un estudio de factibilidad vial y coordinar con instituciones como YPFB o la Universidad San Francisco Xavier, que son poseedoras de terrenos donde podrían habilitarse estas calles.
Voz y requerimientos de los vecinos en las Américas
A medida que las calles de la popular avenida se llenaron de todo tipo de comercios pareciera que el espacio para las viviendas en escaso; no obstante, gran parte de los residentes de la zona habilitaron ambientes de sus domicilios para ofertarlos en alquiler a los negocios entrantes.
“El crecimiento de la zona no ha sido de golpe, ha ido evolucionando poco a poco y más bien fue (un avance) progresivo” cuenta a CORREO DEL SUR una de las vecinas del sector. También apunta que uno de los problemas más significativos son las salidas de algunas calles colindantes a la avenida.
El crecimiento económico que se dio gradualmente en la zona también trajo consigo diferentes problemáticas que aquejan directamente a los residentes y establecimientos.
Con el tiempo los miembros de la junta vecinal consiguieron, a través de una petición a la Subalcaldía del Distrito 2, la construcción del edificio de la Patrulla de Auxilio y Cooperación Ciudadana (PAC) y el asfaltado de las calles que se dirigen hacia el polideportivo de Garcilazo.
Al día de hoy; según lo informado por Alex Torres, presidente de la junta vecinal del barrio petrolero, la avenida requiere la instalación de semáforos y rompe muelles para una optimización del tráfico además de un control a los automóviles que suelen estacionarse en doble fila en el sector de bancos y cajeros.
Asimismo, algunas de las calles aledañas como la Panamá, Honduras y México no poseen ningún tipo de salida adecuada, entorpeciendo la circulación vehicular.
Las reparaciones de algunas de las aceras y la mejora de la iluminación pública también son pedidos recurrentes. Otro de los inconvenientes percibidos por los vecinos es la disposición de contenedores de basura a lo largo de la avenida. “Es una pena que la basura este ahí a montones, frente a los que están comiendo o frente a los que hacen fila en los bancos”, reclamó Torres.
A pesar de las problemáticas, el crecimiento del sector “facilita las cosas, ya no tenemos que ir hasta los mercados, entonces ya no hay que preocuparse tanto por buscar parqueo” subrayó el dirigente vecinal.