La mancomunidad Tupac Katari reclama titulación de terrenos
Esta zona en expansión del Distrito 4 cuenta con 13 juntas de vecinos afiliadas
La mancomunidad Tomás Katari, ubicada en la zona oeste de la ciudad en medio de una extensa planicie, se constituye en uno de los núcleos urbanos más importantes del Distrito 4. En ella cohabitan un total de 13 barrios que se fueron levantando a medida que la ciudad se extendía sobre las cercanías de la planta termoeléctrica de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE).
Como referencia también se tiene que esta zona se encuentra sobre el antiguo camino al balneario de Charcoma, donde hace varias décadas atrás funcionaba la primera generadora eléctrica que abastecía de energía a la ciudad en base a un sistema hidráulico proveniente de las aguas del río Cachimayo.
En la actualidad, los barrios de la zona cuentan con los servicios básicos esenciales, aunque estos beneficios no alcanzan a todos los vecinos, puesto que muchas casas ubicadas en la zona baja tienen carencias de agua potable y el fundamental sistema de alcantarillado.
Una vecina del barrio 25 de Mayo cuenta que construyó su propia tubería para echar sus aguas servidas a una quebrada próxima, pero en otros casos, hay vecinos que suelen hacer sus necesidades a la intemperie e inclusive en una pequeña cancha de tierra inconclusa que se encuentra en las inmediaciones. La mayoría de las calles de esa barriada son de tierra, y al único sector pavimentado es la avenida que sube desde Ende y confluye en el cruce a Charcoma.
El problema central del vecindario sigue siendo la falta de titularidad de la propiedad urbana. Una gran mayoría de las casas están construidas sobre antiguas propiedades rústicas que fueron transferidas sin los respectivos planos de urbanización. Esta situación está generando problemas a los vecinos, los cuales tienen que realizar trámites prolongados ante el Municipio. Asimismo, la falta de títulos legales complica aún más el tema de la dotación de servicios, puesto que ni la Alcaldía ni las empresas pueden hacer instalaciones en sectores que no se encuentren debidamente saneados.
La situación mejora bastante en el barrio Los Ángeles, donde se cuenta con un mercado, un pequeño centro de salud y la Unidad Educativa Ruffo, que brinda un considerable movimiento a la zona debido a que acoge a una importante cantidad de alumnado.
Hace algunos años ingresó al servicio público un tanque de almacenamiento de agua de gran capacidad ubicado en el barrio El Mirador. El objetivo era garantizar el suministro a toda la zona. Los vecinos aseguran que la situación ha mejorado sustancialmente, aunque todavía en los meses de sequía se presentan algunos días de racionamiento.
El transporte público también es una de las necesidades urgentes de la zona. Actualmente, dos líneas de micros, la “Q” amarilla y la “8” hacen el servicio de transporte de pasajeros. Mientras la línea 8 cubre el trayecto hacia el Mercado Campesino, la Q se dirige más hacia el centro de la ciudad, aunque los vecinos se quejan de que esta última demora mucho en sus frecuencias, dejando a muchos usuarios en la disyuntiva de abordar taxis, cuyo costo es siempre mayor.
En cuanto al recojo de basura, el vecindario afirma que EMAS ha instalado un contenedor en proximidades de la escuela Ruffo, pero el mismo se ve rebasado en su capacidad, lo que provoca que una gran cantidad de residuos queden esparcidos por la calle. Asimismo, los habitantes del barrio advierten que personas de otros lugares suelen llevar sus desechos en camionetas en horas de la noche y la madrugada.
ACTIVIDAD SOCIAL
Los vecinos de esta barriada decidieron organizar una importante actividad socio cultural, con el objetivo de atraer la atención de los niños y jóvenes, en momentos en que se generalizan los malos hábitos en ese segmento de la población. Para ello, se programaron campeonatos de fútbol de salón en el flamante coliseo El Mirador, donde se desarrollan importantes eventos con una masiva participación de los habitantes de lugar. “Le estamos dando el mayor uso posible, pero lo malo es que no está implementado. Los vestuarios están incompletos. Si tuviéramos el apoyo de las autoridades se organizaría mejor”, afirma Simón Puma, quien en su juventud formó parte de equipos profesionales de fútbol como Stormers y San José de Oruro.
Puma asegura que muchos jóvenes de la zona que tenían como distracción el ocio y consumo de bebidas los fines de semana están cambiando esos hábitos perjudiciales por actividades más sanas como el deporte.
Asimismo, informó que en el Coliseo funciona una escuela de fútbol de salón destinada a los niños que viven en las proximidades del barrio.