Historias de sucrenses en Qatar
Una maestra se ganó un tour comprando smart TV; vio tres partidos e hizo turismo en Doha

Estaba por terminar su carrera en San Francisco Xavier y concluyó sus cursos de inglés. Buscando en la red, encontró opciones de trabajo en donde hoy se disputa el Mundial. Entonces, envió una postulación, se sometió a entrevistas, llenó formularios y pasó exámenes médicos. Y cuando ya prácticamente había perdido la esperanza, le mandaron un correo electrónico anunciando que su postulación había sido admitida. Tenía cuatro días para hacer maletas. Viajó de Sucre a Santa Cruz y de ahí a Doha (Catar), con escala en Madrid.
“Me postulé por febrero (…) Dije: ‘es ahora o nunca’, como que si no viajo este año, después va a ser más difícil. En agosto me respondieron e hicieron entrevistas en inglés. Me hablaron de unas vacantes y dije: ‘de una’. (…) Pasaron semanas, estaba esperando con ansias y me respondieron que ‘estás dentro’”, cuenta vía WhatsApp a CORREO DEL SUR Fernando Acuña Díaz.
Desde hace un mes que vive en Madinat Khalifah, Ad Dawhah, cerca de Doha, hoy “la meca” del fútbol mundial. Dice estar muy cómodo allí y que tiene planes de darse una vuelta por Dubái, Abu Dabi y Turquía, antes de volver a Sucre, donde lo espera su familia. “Prácticamente toda mi vida estaba allá. Dejé mi familia, amigos, todo, todo. De pendientes, a ver, tengo: terminar mi carrera, que ya la dejé casi en las últimas, pero... ese sería mi único pendiente”, dice este joven de espíritu aventurero al que le faltan por vencer tres materias de Ingeniería Mecánica y que siempre soñó con conocer otros países.
Cuenta que estando en Sucre no gastó mucho para hacerse unos exámenes médicos y sacar su pasaporte; el resto –visa de trabajo y pasajes– fue cubierto por la empresa que lo contrató. Enlazó con una firma en Argentina que se denomina “Mariela P. Pellegrini: Consultora de Recursos humanos”, la que se encargó hasta de ponerlo en suelo catarí.
“Lo que más me impactó al llegar fue la seguridad. Al llegar al aeropuerto no veía a los que tenían que recogerme y saqué una foto para mandarles; ahí se acerca un policía y me dice: ‘Borra esa foto, ¿por qué están sacando?’. Luego me explicaron que se prohíbe tomar fotos a los policías, a las mujeres que están tapadas –a no ser que ellas quieran–, y en choques en las calles y peleas tampoco se puede”. También asegura que Doha es una ciudad muy limpia y que funciona con el apoyo de dispositivos tecnológicos en todos los servicios que oferta. Y no deja de enfatizar que “los autos” que circulan por sus calles “son increíbles”.
“Nano”, como le llaman, vive en una casa rentada por la empresa para la que trabaja: un hotel. No sé queja, dice que la va bien con el sueldo “y, claro, están las propinas”. Espera ahorrar, prácticamente no gasta más que en transporte y alimentos para cocinar cuando tiene libre. “Trabajo de 9:00 a 17:30. Mi trabajo está a casi una hora en bus, vivo con unos compañeros. En el hotel tenemos desayuno, almuerzo y cena. O sea, mi sueldo es prácticamente para mis gastos personales”.
Dice que se siente feliz porque viene conociendo gente de todo el mundo. Pero también extraña su vida en Sucre: a su familia, a su mascota... Y por esta temporada asegura que la boca se le hará agua porque “no podré comer la picana que cocina mi ‘abue’”.
Cuando se le pregunta sobre las noticias de maltrato y abusos, dice: “No he visto eso del maltrato del que hablan. Catar es un país que tiene reconocidos los derechos para los trabajadores”.
Aclara que viajó por “la anécdota”, no por necesidad. Y está seguro de que si uno se lo propone, puede triunfar en su propio país.
LA FIEBRE DEL MUNDIAL
Por los altos costos de las entradas, no ha podido ver muchos partidos de Qatar 2022; Nano dice que para México-Argentina, por ejemplo, vio que revendían los boletos hasta en 1.000 dólares.
Pero fue a otros con entradas regaladas y se ubicó en el área “hospitality” de los estadios, las lujosas zonas VIP en Qatar, con cocineros privados, violinistas, alcohol y comida sin límite. “Te dan como un llavero y es tu pase; allí te tratan bien de verdad”.
Gracias a su trabajo, hace tres semanas pudo conocer a Sergio “Kun” Agüero”, charlar un poco con el exseleccionado de la albiceleste y tomarse unas selfies.
“Hasta ahora no lo voy a poder superar, creo que el Kun Agüero, no solo por cómo juega, sino por su carácter adentro y afuera del campo... cuando vino al restaurant donde yo trabajo, estaba sin seguridad, como cualquier persona, con su familia y sus amigos, todo tranquilo (...) Solo lo reconocimos los que somos de Latinoamérica y, justo entonces estaban hospedados unos mexicanos; lo vieron y le empezaron a pedir autógrafos y fotos. Es un tipazo”.
CATAR Y QATAR
Catar es el nombre del país donde se desarrolla el Mundial 2022 y Qatar, el de la competición en sí, según la recomendación de la FundéuRAE, que colabora con el buen uso del español en los medios de comunicación.
La ‘profe’ que se ganó un viaje a Qatar
La suerte le sonrió a la profesora Nancy Cruz. Sin haberlo pensado, al comprar smart TVs y un frigobar, esta maestra se ganó un tour de ocho días con todo pago en Doha, la capital de Catar, y se fue de turista a la sede del Mundial.
En entrevista con “El Kiosco” de Correo del Sur Radio FM 90.1, contó sus experiencias en suelo árabe. Cuando raspó la tira del último televisor inteligente que compraba, le salió “se ganó un viaje a Qatar” y, no lo podía creer.
Habló con su familia, llamaron a la importadora que lanzó la campaña y se dio cuenta de que todo era cierto. En principio, quiso que su esposo lo disfrutara; también tenía la opción de pasárselo a un hijo que habla inglés, pero la convencieron de que ella sea la que se dé “una vueltita por Catar”.
“Ese día fue una alegría muy grande para mí. Después hice mi pasaporte, cada día exigían más cosas para que envíe en la agencia”, detalla. Los felices ganadores de la campaña fueron cinco: de Sucre, solo Cruz.
“Para mí fue una experiencia muy hermosa. Tenía mucha expectativa porque se decía que todo era prohibido, pero de acuerdo a lo que yo he visto, no ha sido así. Había libertad para vestir de la manera que uno quisiera, incluso hemos ido a varios lugares públicos y no tuvimos ningún problema”, agrega.
Esta maestra que supo ser directora de varios colegios en Sucre viajó a Catar el mes pasado, y pudo asistir a tres partidos. Vio a la Argentina de Messi, a la Brasil de Neymar y a la Francia de Mbappé, y alentó a todos los equipos ondeando la tricolor boliviana.
No solo disfrutó del espectáculo futbolístico. Cuenta que paseó por castillos, coliseos de mármol, y hasta pudo conocer el desierto. “Hemos podido hablar con algunos cataríes. Su economía es muy buena, nos decían que su ingreso mensual es de 20.000 dólares; no pagan luz, agua ni impuestos”. Sobre el Mundial, comenta que es una fiesta desde que te acercas a los estadios.