Unos 3.000 vehículos en 4 horas pico
En su descargo, la oficina de Tráfico de la Alcaldía dice que el coneado da buenos resultados

Alrededor de 3.000 vehículos, entre públicos y privados, sin contar las motocicletas, congestionan el centro de Sucre en cada una de las cuatro “horas pico” diarias, que contemplan el ingreso y la salida de escuelas, colegios y oficinas, según cálculos de la Alcaldía, que apuesta por medidas que, asegura, vienen dando resultados graduales para superar las molestas trancaderas.
Una de las aristas del congestionamiento del tráfico vehicular en una ciudad en constante crecimiento poblacional y de su parque automotor se presenta entre estas cuatro horas: 7:30 y 8:30, 12:00 y 13:00, 13:30 y 14:00, y 18:00 y 19:00. La oficina de Tráfico, Transporte y Vialidad (TTV) de la Comuna estima que tres millares de vehículos circulan en el centro en esos cuatro momentos, por lo que, en total, suman 12.000 (solo en cuatro horas) que a diario convierten al casco histórico de Sucre en un área de circulación prácticamente imposible.
CORREO DEL SUR verificó esta semana que cicular en vehículo en dichos momentos del día es una tarea titánica, si se considera que miles de estudiantes y profesores, funcionarios públicos, trabajadores de empresas privadas y banqueros, por citar un solo sector, deben llegar a destino y lo hacen desde distintos lugares, por lo que a muchos les toca tomar un micro o un taxi, si no abordar su propio motorizado o subirse a su moto.
LA REALIDAD
Un periodista de este diario tomó un micro al azar desde cuatro puntos diferentes que tenían un destino común: la plaza 25 de Mayo. El lunes, uno desde la zona Prosperina; el martes, en El Guereo; el miércoles, en la calle Colón, a la altura de los hospitales; y el jueves en la intersección de la avenida Jaime Mendoza y la calle Aniceto Arce.
¿Qué pasa todos los días a las 7:30? Comienzan los embotellamientos y los bocinazos mientras agentes de Tránsito intentan apurar el paso de vehículos y prohíben estacionamientos, aunque sea momentáneos, de segundos, en sincronía con el cambio de luces que marcan los semáforos.
“Si tuviéramos un mínimo de educación vial en Sucre, el fenómeno (las trancaderas) sería imperceptible”, dice un padre de familia que lleva de la mano a su niña a la escuela Nicolás Ortiz (Dalence entre Nicolás Ortiz y Bustillos). Vienen desde la calle Uyuni y bajaron en la esquina de Colón y Loa. “De aquí, a pie nomás porque, si no, no llegamos”, se le escucha hablar. Apresura el paso. Tienen solo minutos antes de que den las 8:30 –rige el horario de invierno en Sucre– y cuatro cuadras por delante.
Al final de la Calvo, subirse a un micro para bajar al centro es casi imposible. A ese punto llegan repletos de pasajeros, y el descenso es “a paso de tortuga”. Pocos respetan el cambio del semáforo y basta que un vehículo se estacione en plena calle para que comience el atolladero. Llegar de El Guereo a la esquina de la plaza toma entre 30 y 45 minutos. Mientras que subir al centro desde las zonas Prosperina, barrios Senac o América y El Tejar es igual de tortuoso. La Destacamento Chuquisaca está colapsada en sus carriles de ida y vuelta. Como en otras zonas, allí se funden micros, autos de distintos tamaños y motos.
Y lo mismo ocurre en la Aniceto Arce, con vehículos cargados de pasajeros de varios barrios del norte de Sucre, Terminal de Buses y Mercado Campesino. Esa vía de bajada se convierte en un cortejo fúnebre: llegar a la Hernando Siles toma 45 minutos.
LA ALCALDÍA
Datos al mes de abril, de la Dirección Municipal de Ingresos, dan cuenta de que Sucre tiene un parque automotor de 70.000 vehículos. El responsable interino de la oficina de TTV, Ronald Martínez, estima que unos 3.000 circulan por el centro en cada una de las cuatro “horas pico”.
“El parque automotor sigue creciendo, compran un vehículo para tener transporte y necesitamos proyecciones para que se descongestione un poco (el caos vehicular) en el centro”, dice la autoridad al indicar, por otra parte, que si bien no tienen cifras exactas, algunas familias cuentan con hasta tres motorizados de uso particular y todos se utilizan para el transporte diario de sus miembros. No es novedad, pero TTV recuerda que el caos en el casco histórico se explica por la alta concentración de colegios y oficinas públicas y privadas.
“Lógicamente el centralismo de la ciudad, donde están bancos, colegios, escuelas y administración publica, contribuye, afecta”, dice Martínez antes de aclarar que su oficina está trabajando con medidas que intenta hacer cumplir pese a sus limitaciones de personal.
Recuerda que una primera medida vigente desde el año pasado es el “coneado” (la colocación de conos para dividir las calles del centro en dos carriles por los que, en teoría, debería haber tráfico fluido, sin chance de parqueos, así sean momentáneos). “Cuando la gente vaya acostumbrándose, vamos a poner rebatibles metálicos”, en vez de conos de plástico, y la técnica se replicará en otras zonas como la del Mercado Campesino, donde se viene haciendo pruebas.
Martínez cree que la situación es responsabilidad todos, “de la educación del peatón, del conductor, de la educación vial. Si no tenemos educación vial, lamentablemente estamos como estamos, (uno) se estaciona donde sea”.
Y recuerda que están vigentes las restricciones de ingreso al centro por la terminación del número de placa, algo que, a decir de varios conductores, no se controla con rigor.
ESTUDIO
Tráfico, Transporte y Vialidad (TTV) anuncia que una consultora mexicana comenzará en días más un análisis integral sobre el transporte en Sucre, en el marco de un “Estudio de Movilidad Urbana”. De allí saldrán recomendaciones para aplicar estrategias que forman parte de un proyecto financiado por organismos internacionales.