Fiesta Teatral baja el telón con un desafío para Sucre

Positiva primera experiencia de la mano del Fitaz de La Paz y de la Gobernación

OBRA. Un pasaje de “El Himnovador”, de El Astillero – El Búnker (La Paz), en la Fiesta Teatral de Sucre. OBRA. Un pasaje de “El Himnovador”, de El Astillero – El Búnker (La Paz), en la Fiesta Teatral de Sucre. Foto: Correo del Sur

Sucre/CORREO DEL SUR
Local / 11/05/2025 02:59

Tras una semana intensa entre puestas en escena y conversatorios, se bajó el telón de la ‘Fiesta Teatral del Bicentenario’ este sábado dejando como tarea pendiente la consolidación de un espacio físico para este arte en la capital del país.

Por primera vez, bajo la dirección de Bernardo Arancibia, el reconocido Festival Internacional de Teatro de La Paz (Fitaz) se trasladó a Sucre en una versión pensada para el Bicentenario de Bolivia. Y lo hizo desafiando la falta de un espacio físico.

Resulta que el Teatro 3 de Febrero sigue sin repararse, pese a que es una demanda de actores y gestores culturales desde hace décadas, y el Gran Mariscal –que no reúne precisamente los condiciones para la presentación de obras de teatro– no fue cedido, como lo remarcaron a lo largo de estos días la Dirección Departamental del Bicentenario, el Fitaz y el Teatro de los Andes, que hábilmente montó un escenario con las condiciones mínimas en el Salón de Convenciones de la Gobernación de Chuquisaca.

Este detalle, sin embargo, no logró opacar la Fiesta Teatral. Confirmando la alta demanda de este arte en Sucre, el público respondió en gran forma al agotar las entradas gratuitas en tanto que los elencos, en general, no defraudaron. Hubo participaciones locales, nacionales e internacionales, porque también llegaron actores y actrices de España y Chile.

Esta primera experiencia deja al descubierto, además, el interés juvenil por el teatro, algo que ya se había visto anteriormente pero esta vez destacó especialmente con nuevos valores, por ejemplo, en la última presentación de Los Andes con “Ofelia, el Ajayu de Hamlet”.

Ellos tuvieron la oportunidad de compartir con actores consagrados como la actriz, directora de teatro y gestora cultural Maritza Wilde, a quien el Fitaz y otros festivales de teatro en el país le deben su nacimiento. Los visitantes destacaron el aporte de Arancibia, de Wilde y de la directora del Bicentenario de la Gobernación, María del Carmen Almendras.

Los conversatorios, en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, tuvieron representantes de prácticamente todo el país, mientras que las puestas en escena dejaron no solo calidad, sino curiosidades como la participación de un hermano de la Orden de San de Dios en el elenco de Carlos Cordero, a quien muchos conocen, sobre todo, por su rol como analista político.

ÁREA RURAL

Otro aspecto para destacar: el teatro no se quedó entre cuatro paredes ni en el centro de Sucre, sino que se trasladó hasta el Distrito 8 y al municipio de Tarabuco. El desafío ahora es institucionalizar la Fiesta Teatral en la capital, más allá del año del Bicentenario.

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