Ha muerto Lulú Rodríguez, cebrita solidaria y alegre
Trabajó cuatro años y un mes como educadora vial; tras un permiso, debía volver este mes
SUCRE. Lourdes Rodríguez Quiroga falleció a los 24 años de edad en terapia intensiva. Foto: Gentileza Estuvo cuatro años y un mes continuos trabajando en las calles de Sucre como cebra. Dejó temporalmente su actividad de educadora vial en enero de este año con la promesa de volver en septiembre, pero, en agosto pasado, un accidente la dejó postrada y no se restableció hasta que su vida acabó en una cama de hospital este martes. Murió Lourdes Rodríguez Quiroga, la Lulú de las cebras, recordada por su espíritu solidario y una alegría que plasmaba en contagiosos bailes.
El sábado 23 de agosto emprendió viaje junto a su equipo a jugar fútbol a la población de Ocurí (Potosí); regresaba junto a otros tres deportistas en un vehículo cuando chocaron con otro. Lulú quedó herida de gravedad, le diagnosticaron un trauma encéfalo craneano grave y la ingresaron de emergencia en el hospital de Ravelo.
De allí, la transportaron al hospital Santa Bárbara con dos fracturas en la cabeza, la cadera y sangre en el pulmón. La internaron en terapia intensiva, mientras su familia y amigos hacían guardia las 24 horas durmiendo en una carpa en el patio del nosocomio.
Vivió 24 años junto a sus padres y dos hermanos menores que ella. En 2020 se incorporó a las cebras y a la par construyó su carrera como ingeniera comercial y empresarial, pero este año empezó una nueva formación en el ITSEC, en Mercadotecnia.
¿Qué la animó a ser cebrita? Le consultó CORREO DEL SUR a la Mamá Cebra, Fátima Núñez. “Su espíritu de colaboración a la sociedad, se caracterizaba por ser muy empática con las personas a su alrededor. El contagiar su alegría y querer compartir con la población”, contestó.
Desde que Lulú fue ingresada a terapia intensiva las cebras emprendieron una campaña de recaudación de dinero para salvar su vida; esos esfuerzos se vieron truncados por el cuadro grave de salud de su compañera que no resistió.
“Tengo el corazón roto y no lo voy a entender por qué se me ha ido, me siento muy mal. Siento que no ha sido suficiente lo que he hecho por ella, todo lo que hemos trabajado, hemos reunido dinero con los chicos. Nos cuesta y me cuesta mucho aceptar”, reflexionó Núñez.
COMO CEBRA
“En su trabajo la describo como muy responsable, solidaria, colaboradora, alegre. Le gustaba mucho bailar, muy comprometida con el cambio de la sociedad, varias coreografías qué actualmente manejan las cebritas fueron de su creación”, recordó la Mamá Cebra, Fátima Núñez.