La alimentación durante la lactancia
Después del nacimiento comienza la producción de la leche materna, que se desarrolla en tres etapas
El ser humano a lo largo de la vida requiere alimentarse para mantener la salud y realizar sus actividades cotidianas; dependiendo de las características de su alimentación puede disminuir o aumentar riesgos para la salud. En el caso de las mujeres, es de suma importancia una alimentación y nutrición correcta a lo largo de la vida debido a que se sabe que la desnutrición de la madre puede tener efectos en su descendencia por una transmisión generacional.
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Durante el embarazo y la lactancia, se debe poner especial cuidado en la alimentación y nutrición, ya que es un factor fundamental para la formación del bebé, así como para el crecimiento y desarrollo del mismo.
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Existen muchos mitos alrededor de la alimentación y nutrición de la mujer durante el periodo de lactancia lo cual puede originar diversas interrogantes relacionadas con el tipo de alimento que se debe o no consumir, la cantidad ideal o si un determinado alimento es sano o no.
NECESIDADES NUTRICIONALES
Nutricionalmente hablando la lactancia es una etapa que demanda una mayor cantidad de energía y nutrimentos, especialmente calcio, fósforo, hierro entre otros; para poder producir la leche que requiere el bebé.
Es importante destacar que en el último trimestre del embarazo el cuerpo de la futura madre se prepara para el periodo de lactancia, con la acumulación de tejido graso el cual sirve como un reservorio o almacén de energía para ser utilizado durante la lactancia.
PRODUCCIÓN DE LECHE
Después del nacimiento inicia la producción de la leche materna; la cual se desarrolla en tres etapas que requieren nutrimentos diferentes; por lo que, la alimentación de la madre debe estar acorde con las etapas de producción de la leche materna
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Los primeros días se produce calostro.
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Se produce leche de transición
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Se produce leche madura.
El calostro o leche inicial, se produce después del nacimiento y durante los primeros cinco a siete días posteriores al parto. Es un líquido alcalino de color amarillento asociado al alto contenido de precursores de vitaminas y minerales, principalmente carotenos, proteína de fácil digestión, sustancias y células que fortalecen el sistema inmunológico del bebé.
La leche de transición, se produce a los quince o treinta días. Su composición es variable ya que reduce la cantidad de proteína y aumenta la cantidad de energía, grasa (lípidos) e hidratos de carbono (lactosa o azúcar de la leche).
La leche madura, se produce entre los quince y treinta días alcanzando un volumen de 700 a 900 ml. Su composición depende de las necesidades del bebé y estado nutricional de la madre. Aporta proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, nutrimentos inorgánicos (minerales como calcio, hierro y fósforo) y agua necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé.
Para producir la leche se requiere energía, por lo que la mujer debe aumentar esas calorías en su alimentación; sin embargo, depende del tejido graso almacenado como reserva; por lo que, aunque se recomienda aumentar aproximadamente de 300 a 500 kcal, ésta deberá personalizarla su nutriólogo con base en el peso previo al embarazo y la ganancia de grasa durante el mismo. Para producir el volumen promedio de 750 ml de leche se deben aumentar la proteína en la dieta y cubrir las necesidades de agua, vitaminas y nutrimentos inorgánicos o minerales como el calcio, fósforo, y hierro cuyos requerimientos también se encuentran aumentados.
RECOMENDACIONES
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Tomar de 2 a 2.5 litros de agua al día
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Aumentar de 60 a 90 gramos de alimentos que contienen proteína tales como pollo, pescado, atún, huevo, queso o carne; es decir el equivalente a un huevo, dos claras, 1/2 lata de atún en agua, 2 rebanadas de queso o 2 vasos de leche semidescremada o yogurt natural aproximadamente, a lo largo del día.
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Aumentar el consumo de verduras y frutas ya que son una buena fuente de vitaminas, nutrientes inorgánicos y fibra.
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales Gob. Mex.