Cómo enfrentar la bulimia nerviosa
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En una primera entrega de MI DOCTOR sobre bulimina nerviosa se informó sobre el trastorno de la alimentación y emocional que afecta principalmente a mujeres, manifestándose con episodios de ingesta descontrolada seguidos de comportamientos compensatorios como el vómito autoinducido, uso de laxantes o exceso de ejercicio. Este trastorno surge típicamente durante la adolescencia o adultez temprana, y su causa se relaciona con la insatisfacción corporal y presiones sociales. Los signos incluyen conductas secretas, cambios en el peso, problemas de salud física y mental que pueden conducir a complicaciones graves como problemas digestivos, alteraciones cardíacas y riesgos para la salud mental. El diagnóstico se basa en la recurrencia de comportamientos específicos y su impacto en la imagen corporal y el funcionamiento diario. Ahora se profundiza en el tratamiento, los factores de riesgo y la prevención de la bulimia nerviosa.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la bulimia debe de ser multidisciplinaria para tratar los aspectos físicos y psicológicos, es por ello que debe de ir acompañado de un tratamiento farmacológico y terapias individuales y en grupo, siendo la más empleada la terapia cognitivo-conductual (TCC), con el objetivo de que mejore su autoestima y se acepte a sí misma.
1
Psicoterapia:
Se trata de hablar y reconocer los problemas de bulimia con un especialista.
2
Medicamentos:
Los antidepresivos pueden ayudar a aliviar o mejorar los signos de la bulimia cuando se usa junto con la psicoterapia.
3
Educación nutricional:
Un nutricionista puede ayudar al paciente diseñándole un plan de alimentación con el que se logre el tratamiento.
4
Hospitalización:
Normalmente no es necesaria, pero en determinadas ocasiones al existir complicaciones importantes es posible recibir el tratamiento en el hospital.
FACTORES DE RIESGO
• Biología. Tener familiares con trastornos alimenticios o sobrepeso durante la niñez o la adolescencia puede aumentar la predisposición genética o familiar.
• Problemas psicológicos y emocionales. Sentimientos de inadecuación, abuso de sustancias, bajo apetito y conciencia emocional pueden afectar la autoestima y la relación con la comida.
• Dieta. Restringir o saltarse comidas puede provocar atracones y vómitos para compensar las calorías ingeridas.
• Presión social, medios de comunicación y redes sociales. Los ideales de belleza y delgadez pueden influir en la imagen corporal y la auto exigencia de mantener un peso determinado.
• Práctica deportiva o artística. Algunas actividades que requieren un peso o una forma física específica pueden generar estrés y ansiedad por el rendimiento.
COMPLICACIONES
Los comportamientos de los bulímicos suelen tener poca incidencia sobre el peso de los afectados. Sin embargo, la alternancia de atracones y vómitos, junto al abuso de laxantes, provoca otros efectos perjudiciales sobre la salud. Estas son algunas de las posibles complicaciones de la bulimia:
• Deshidratación y desequilibrio electrolítico.
• Trastornos gastrointestinales, que pueden derivar en colon irritable, reflujo gastroesofágico, hernia de hiato, pancreatitis, rotura esofágico.
• Lesiones en la garganta y el esófago.
• Deterioro del esmalte dental.
• Ansiedad y depresión. Pueden además conllevar situaciones de fobia social, cleptomanía, alcoholismo u otras drogadicciones, etcétera.
• Alteraciones en el metabolismo (disminución de los niveles de glucosa, cloro, calcio y potasio en la sangre).
• Trastornos cardíacos (arritmia, hipotensión, prolapso de la válvula mitral).
• Descalcificación y osteoporosis.
• Irregularidades menstruales.
• Problemas renales.
• Pérdida de la libido y desinterés por las relaciones sociales.
• Riesgo elevado de suicidio.
PREVENCIÓN
Hablamos de un peligroso trastorno de la conducta alimentaria, que tanto jóvenes como adultos deberían evitar. Estos consejos deberían ser tomados en cuenta por todo aquel que quiera prevenir la bulimia:
• Descubra qué le gusta de su cuerpo, recuérdelo, y potencie ese atractivo con la ropa que mejor se adapte a tu físico. También puede disimular los aspectos negativos. Es normal que ciertas partes de su cuerpo no le agraden, y querer mejorar o esconder esos defectos no es malo, siempre que no se convierta en una obsesión.
• No se compare con los demás. El físico es, sobre todo, cuestión de genes, y aunque se puede mejorar practicando deporte y con una dieta equilibrada, la estructura ósea y la estatura no se pueden modificar. Aprenda a sentirte cómodo con tu físico porque esa seguridad se transmite y resultará más atractivo.
• Conozca y valore sus cualidades, y muéstrelas cuando conozca gente nueva. Cuando alguien es simpático, ingenioso, amable, dice cosas interesantes y sabe escuchar, el físico queda en un segundo plano.
• No critique la apariencia de los demás. Valórelos por sus cualidades y su carácter, al margen de su belleza.
• Si se siente mal con su cuerpo, no comience una dieta por su cuenta sin consultar primero con un profesional. No se aísle, hable con su familia y amigos. Siempre hay alternativas para mejorar sin necesidad de caer en hábitos perjudiciales para su salud, que son un problema grave y no una solución.
*El Dr. Víctor Hugo Chávez Chungara es Miembro de la Sociedad Científica de Medicina General del Colegio Médico de Chuquisaca