La realidad del aborto

El aborto es un tema complejo y altamente debatido en todo el mundo, que abarca tanto aspectos médicos como éticos, legales y sociales. Considerando que se trata de dar fin al embarazo de manera prematura implicando la vida que se gesta en el útero de la madre, el aborto puede ocurrir de manera espontánea o ser inducido por diversas razones. Mientras que en algunos países, ciudades o estados es legal y considerado como un derecho de la mujer, en otras es prohibido. Este artículo se refiere a los tipos de aborto, sus consecuencias físicas y psicológicas, y la realidad legal y social de esta práctica en Bolivia.

¿QUÉ ES EL ABORTO?

El aborto, del latín abortus (ab = separarse / orior = salir, nacer), es la interrupción y finalización prematura del embarazo de forma natural o voluntaria, antes de que el feto pueda sobrevivir fuera del útero. Un aborto que ocurre espontáneamente también se conoce como aborto espontáneo. Cuando se toman medidas deliberadas para interrumpir un embarazo, se llama aborto inducido. Se diferencia del parto prematuro, ya que en este último sobrevive el feto.

TIPOS DE ABORTO

1. Aborto espontáneo

El aborto espontáneo es un aborto no provocado intencionalmente. Es la muerte no deseada y expulsión de un embrión o feto antes de las semanas 20 o 24 del embarazo. Cuando la pérdida es posterior, se habla de muerte fetal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), también se considera aborto espontáneo si el feto pesa menos de 500 gramos. Sin embargo, este criterio debe ser interpretado con prudencia, ya que un feto de menos de 500 gramos expulsado puede ser reanimado y sobrevivir. Si fallece posteriormente, se registra como muerte neonatal.

Se distingue el aborto precoz, cuando ocurre antes de las 12 semanas de gestación, y el aborto tardío, con 12 o más semanas. Los factores que pueden producir aborto espontáneo son variados: genéticos o cromosómicos del feto, exposición a toxinas ambientales, problemas hormonales de la madre, y otros como el tabaquismo, la drogadicción y el alcoholismo.

Los signos y síntomas incluyen sangrado vaginal, dolor en la región lumbar, dolor abdominal sordo, agudo o cólico, o la presencia de coágulos que salen de la vagina. Todos estos deben ser valorados por un ginecólogo y a menudo requieren atención inmediata. Para verificar o prevenir estos abortos, existen pruebas como el ultrasonido vaginal o abdominal que ayuda a examinar el desarrollo del embrión o feto, los latidos cardíacos y la cantidad de sangrado. En caso de aborto, es fundamental comprobar si queda algún resto fetal o de tejido placentario en el útero. Estos deben ser retirados inmediatamente para prevenir complicaciones. El producto expulsado debe ser analizado para determinar si la causa del aborto espontáneo es tratable y prevenir futuros casos.

2. Aborto inducido

El aborto inducido es la finalización del embarazo mediante la eliminación de un embrión o feto antes de que pueda sobrevivir fuera del útero. Puede ser un aborto terapéutico, cuando se realiza por razones médicas, o un aborto por decisión personal (interrupción voluntaria del embarazo), cuando se realiza a petición de la mujer embarazada.

Según la técnica empleada para inducir el aborto, se puede hablar de aborto médico o de aborto con medicamentos, y de aborto quirúrgico. Dependiendo del país, existen diversas legislaciones sobre el aborto inducido, desde aquellas que lo permiten con pocas restricciones, considerándolo como una ampliación de los derechos reproductivos, hasta legislaciones que lo prohíben, viéndolo como una forma de homicidio.

EL ABORTO EN CIFRAS 

El aborto tiene una presencia significativa en el panorama mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es parte de la salud reproductiva y sostienen que casi la mitad de todos los embarazos – 121 millones anualmente –  según su cálculo, son no deseados. De este número, 6 de cada 10 terminan en aborto inducido, lo que se traduce en unos 73 millones de abortos anuales, lo que convierte al aborto en una práctica médica extendida.

Además, la tasa de abortos varía geográficamente. Un estudio del Instituto Guttmacher, publicado en 2019, reveló que las tasas de aborto son más altas en África y Oriente Medio, seguidas de América Latina y el Caribe. En contraste, Europa presenta la tasa más baja, con solo 17 abortos por cada 1,000 mujeres.

ABORTO EN BOLIVIA

El aborto en Bolivia está prohibido, excepto en casos de violación, incesto y para salvar la vida de la madre. Sin embargo, incluso en estos casos, el procedimiento rara vez se lleva a cabo. Entre 1973 y 2016, solo se permitieron legalmente 126 abortos en Bolivia. Se estima que 185 mujeres sufren abortos clandestinos cada día. A pesar de su ilegalidad, el aborto es relativamente fácil de obtener en Bolivia. En ciudades como La Paz y El Alto, algunos consultorios que anuncian pruebas de embarazo o métodos de planificación familiar, una frase que resulta engañosa pues a menudo ofrecen abortos. Se calcula que más de 80,000 abortos inducidos tienen lugar cada año en Bolivia, según datos de la organización Safe2Choose.

CONSECUENCIAS FÍSICAS Y PSICOLÓGICAS

CULPA / REMORDIMIENTO

Una de las consecuencias más comunes del aborto es la culpa. Muchas mujeres, a pesar de haber tomado la decisión de forma segura, viven un sentimiento de culpa que puede durar mucho tiempo. Este sentimiento puede intensificarse al imaginar a su bebé. Dicho sentimiento puede aparecer incluso cuando el aborto ha sido espontáneo o decidido por razones médicas.

CASTIGO SOCIAL

El entorno geográfico y la cultura son variables clave que determinan las consecuencias del aborto para una mujer. En lugares donde el aborto no es aceptado socialmente, aunque sea legal, la mujer puede enfrentar el “castigo” de su comunidad, especialmente si quienes la rodean conocen lo sucedido. 

Este rechazo social puede tener consecuencias más graves cuando proviene de personas cercanas a la mujer.

ARREPENTIMIENTO

El arrepentimiento es una de las peores consecuencias emocionales del aborto. A diferencia de la culpa, el arrepentimiento se caracteriza por el deseo de cambiar la decisión tomada, lo cual es imposible. Puede surgir si la mujer no se sentía preparada para ser madre en el momento del aborto, pero más tarde siente que sí lo está. Este cambio de perspectiva puede llevar a preguntas angustiantes como: “¿Por qué ahora sí y antes no?”.

PROBLEMAS MÉDICOS

Especialmente cuando los abortos son clandestinos o realizados por personal no cualificado, las consecuencias físicas pueden poner en peligro la vida de la madre. Los riesgos varían según la técnica utilizada, siendo las principales: succión, dilatación, inyección salina, químicos y por nacimiento parcial. Además, las mujeres que han tenido uno o más abortos tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, cervical, de ovario y de hígado.

INCAPACIDAD DE CONCEBIR

En algunos casos, una mujer que ha tenido uno o más abortos puede enfrentar dificultades para quedar embarazada cuando más lo desee.

PROBLEMAS PSICOLÓGICOS

Además de la culpa y el arrepentimiento, el aborto puede desencadenar otras consecuencias psicológicas como ansiedad, depresión, baja autoestima, conductas autodestructivas, ira o irritabilidad, retraimiento, insomnio y/o pesadillas, pérdida de peso y apetito, cansancio e ideación suicida.

RUPTURA DE PAREJA

Según varias investigaciones, más de la mitad de las parejas que enfrentan un aborto terminan separándose o divorciándose, en un rango del 60 al 70%. 

El impacto emocional en ambos miembros de la pareja y la posibilidad de que la decisión no haya sido consensuada pueden hacer insostenible la relación después del aborto.

 

* El Dr. Víctor Hugo Vásquez Chungara es médico general y miembro de la Sociedad Boliviana de Medicina General Filial Chuquisaca, del Colegio Médico de Chuquisaca.